Todo comenzó con un destello en el cielo. Algo había entrado en la atmósfera de forma repentina y violenta, dejando una estela de fuego en la oscuridad de la noche. Aquella cosa atravesó el cielo de forma diagonal hasta perderse en los límites de la ciudad, más allá de lo que mi visión me permitía ver. Posteriormente, nada. La tranquilidad regresó y la estela de fuego desapareció, como si nada hubiera pasado. Todo ocurrió tan rápido que ni siquiera pude grabar el fenómeno.
Esa misma noche, prendí la televisión esperando ver noticias sobre lo ocurrido en el cielo. Estuve una hora pegado al televisor, pero nunca llegaron a decir algo. Ni siquiera una pequeña mención. Esto me pareció bastante raro, pues la ciudad en la que vivo tiene siete millones de habitantes y era casi imposible que nadie más se hubiera percatado de lo acontecido.
Miré mis redes sociales esperando encontrarme con comentarios del suceso, pero todo era y seguía normal. Nadie parecía haberse inmutado ante lo que surcó el cielo. Era como si yo hubiera sido el único en verlo.
Al día siguiente, en el trabajo, le comenté a varios de mis compañeros y amigos de la oficina acerca de lo ocurrido en el cielo, pero nuevamente nadie vio nada. Para este punto, no sabía que era más raro: si lo que llegué a ver o el hecho de que nadie más lo haya notado.
Llegué a mi departamento por la noche e inmediatamente prendí la televisión. Como ya lo suponía, nuevamente no hubo noticias del fenómeno de ayer. Apagué la televisión, salí al balcón y miré la oscuridad del cielo, como si este tuviera la respuesta de lo que había pasado. A fin de cuentas, él y yo éramos los únicos testigos. Decidí ya no pensar en eso. Me acosté y cerré los ojos, dejando que el sueño se apoderara de mí.
Desperté a mitad de la madrugada temblando. Era como si mi habitación se hubiera convertido en un refrigerador gigante. El reloj al lado de mi cama marcaba las 2 de la mañana. Me levanté llevándome conmigo todas las cobijas que tenía en un intento desesperado por conservar un poco de calor corporal. Salí de la habitación y me di cuenta que todas las ventanas estaban abiertas de par en par, y estas dejaban entrar el frío de la oscuridad absoluta. Cuando cerré la puerta de vidrio que da hacia el balcón, pude percatarme que la oscuridad no correspondía a la noche, sino a una ciudad sin luz. Todos y cada uno de los edificios que podía observar desde ahí estaban en completa oscuridad, incluyendo las calles.
La atmósfera del lugar y de la ciudad era extraña. Algo estaba mal. Ocasionalmente unos ruidos bastante tétricos sonaban a la lejanía y rebotaban en forma de eco entre los altos edificios, lo que hacía imposible poder localizarlos. Llegué a escuchar un par de gritos, sonidos de algo parecido a una alarma, perros ladrando y un sonido leve y constante que provenía de todos lados y que se asemejaba al de un motor viejo.
Cerré todas las ventanas e intenté prender la luz de la sala, pero tampoco mi edificio tenía luz. Tomé el teléfono intentando llamar a quien fuera, pero la línea estaba muerta. Nada en este departamento parecía funcionar sin luz, a excepción de mi celular, pero sin señal y sin internet tampoco servía de mucho. Fue cuando recordé que tenía un viejo radio que funcionaba con pilas.
Busqué un par de minutos hasta encontrarlo en la parte más alta de un librero. Lo tomé y me cercioré que tuviera puestas un par de pilas, y así fue. Lo prendí esperando escuchar noticias sobre el apagón masivo de la ciudad, pero en lugar de eso me topé con algo mucho peor.
De la radio salió el sonido de una alarma acompañada de la voz de un hombre. Esta voz no parecía humana, sino más bien parecía una voz sintética. No entendí mucho de lo que dijo, pues al parecer el mensaje estaba en bucle y se repetía cada cierto tiempo. Finalmente, y cuando dejó de hablar, el mensaje se repitió. Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo al escuchar la primera información.

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Lo que cayó del cielo
Science-Fiction"Y Dios dijo: hágase la oscuridad; y el sol desapareció. Y los otros cayeron del cielo para propagar caos y destrucción. Y ante mis ojos, la muerte". Un destello surcó el cielo. El sol ha desaparecido. Y, entre la oscuridad, aparecieron varias cria...