9. GOLPES 💥

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Raoul esta rodeado por un grupo de chicos unos años mayores, repetidores con chupa de cuero y complejo de malotes de turno. Ni sabe cómo ha acabado así.

Cuando Agoney los ve de lejos, cuadra hombros, frunce el ceño y se acerca con lentitud. Deja a ese lado hetero machito salir a la luz, y los instintos primitivos le hacen gruñir con rabia. Si tuviera garras, ya las habría sacado.
Algo bueno que ha heredado de su padre es la determinación a la hora de enfrentarse a otros.

- Mira, dejadme en paz, que a vosotros no os he hecho nada, ni tenia pensado hacerlo. - Raoul sube las manos, con inocencia. - A mí no me van los chicos malos.

Y sonríe, blanco y radiante, aunque por dentro este muriéndose de miedo. Porque son solo cuatro chicos con aires de superioridad que quieren sentirse importantes. Y para reina dramática él. Si quieren llamar la atención, Raoul no se va a quedar atrás.

- Mira maricón, me molesta que te vayas paseando así. - Señala su camisa rosa, y Agoney frunce el ceño. ¿Pero si le queda genial, que están diciendo?

- ¿Te molesta, o te da envidia que me quede genial el rosa palo?- Se gana el primer puñetazo, sin esperarselo, y Agoney da los dos últimos pasos más rápidos para apartar al chico de Raoul.

- ¿Que cojones te pasa? - Mandíbula apretada y ojos negros, la respiración acelerada que a Raoul le pone un huevo, y que le recuerda a que ese día no se le ha insinuado lo suficiente.

- No... no te preocupes Agoney. - Raoul sonríe con dificultad, sobandose la mandíbula cuando empieza a dolerle el golpe. No va a dejar que la humillación se haga presente, por lo menos no la suya. - Si le gusta hacerlo duro esto se habla...

El chico va a lanzarse otro vez contra él, pero Agoney lo sujeta con fuerza, empujándole hacia atrás.

Como le mola al rubito vacilar, y como le gusta el peligro. Y como le gusta a Agoney que sea así, que no se achante por nada ni nadie.

- Ni le toques. Vete a tirar fichas al casino, a ver si consigues algo.- Decide usar el juego de Raoul, y sonríe con falsedad.

- ¡Que asco me dais! ¿Que no lo entendéis? Sois escoria, desviados, mariposones. Unos...

- Maricones, que sí, superalo. - Raoul coge a Agoney de la mano, que de se ha quedado paralizado, y sale corriendo antes de decir una última cosa. - ¡Y no te pajees en casa pensando en mí eh!

- ¡Como te pille no sales vivo rubio de bote! - Es lo ultimo que escuchan de él, antes de desaparecer de su vista.

Dejan de correr cuando llegan al patio, se apoyan en una de las paredes y jadean.

- El gilipollas ese, que me ha metido en tu grupo. - Agoney niega con la cabeza. Él gay, que risa. Una risa histérica, insegura.

Raoul sonríe con un suspiro, echa la cabeza hacia atrás, y deja pasar unos segundos en silencio.

- Si es que te estás ablandando Ago, ya pronto caes rendido a mis pies. Se te nota.

- Ya... Pero como no te van los chicos malos...- Agoney alza las cejas girándose para mirarle.

- No, no me van. Pero no te pongas triste, que tienes posibilidades eh, tú eres un cachito de pan.

Se hace el ofendido, dándole un pequeño golpe en el hombro. Si él es una bestia, que dice de pan.

- ¿Te ha hecho daño? - Se pone más serio segundos después, y Raoul se encoge de hombros.

- Bah... Me duele un poco solo. No podré comerme tu polla esta semana, lo siento. - Se soba la mandíbula, con un quejido.

- ¡Serás cerdo! Ni que yo quisiera que tu me comieras nada.- Ambos sueltan una carcajada, y Agoney se permite acercarse más, y deja pequeños besos en su mandíbula.

- Así que chico malo... - Ríe suavemente, estremeciéndose al sentir los labios de Agoney por su piel.

- Agh, cállate. - El rubio baja la cabeza, y la boca de Agoney sube hasta la suya. Se miran, se admiran, se imaginan. Y entonces Raoul se lame el labio inferior.

- Me duele la boca también.

El moreno niega con la cabeza, con una pequeña presión en el pecho.

- Raoul... - Y entonces le besa. Le coge con suavidad de la dañada mandíbula y acaricia. Le acerca para profundizar el beso, aprieta con fuerza los ojos e intenta que su corazón vaya a un ritmo normal antes de separarse y mirarle con intensidad. Y entonces suplica: - No te puto pilles.

No te puto pilles 💥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora