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(La escena que viene ahora no tiene nada que ver con la conversación)
+18 (lo he intentado jajaja)
La casa de Agoney está sola.
Sus padres se fueron a Adeje a arreglar unos papeles y él no podía irse porque tenía exámenes. O eso fue lo que les dijo.
- ¡Hola! Soy exámenes. - El moreno ríe mientras deja pasar a Raoul, pegándole una pequeña nalgada.
- ¿Qué querías que les dijera? Que no quería ir porque así la casa estaría sola para que pudiéramos... Estar... Aquí... Juntos...
- Follar Ago, Follar. - Las mejillas se tornan rojas y el rubio las tapa con sus palmas antes de besarle los labios.
Se miran, con ojos brillantes, y sonríen entre medias del beso.
- Trajiste...
- Si. Chocolate. - Alza las cejas, y ambos se encaminan a la habitación con una bolsita de plástico. - ¿Te acuerdas el día que tuvimos está conversación?
Agoney se quita la camiseta y le mira extrañado.
- No.
- Fue después de clase, yo me acuerdo porque esa noche me hice la mejor paja de mi vida. - Se muerde el labio con ganas, mirando su pecho desnudo.
- Joder Raoul. - Agoney ríe a carcajadas y casi se cae al haberse desatado los cordones y tropezar de camino a la cama.
Raoul es mas rápido, y sus zapatillas vuelan hasta la puerta, cerrada, junto sus calcetines.
- Bueno, pero que en esa conversación tú decías que no ibas a lamerme ni aunque tuviera chocolate por encima... ¿Qué tienes que decir ahora?
- ¿Qué era imbecil? - Agoney saca el lubricante de chocolate. - Me encanta el chocolate y me encantas tú. Pero por aquel entonces creía que era hetero... Mi padre se encargó de dejarme claro que tenía que serlo.
Raoul ríe, ya sin camiseta ni pantalones.
- Bueno pues ya me encargo yo de que no vuelvas a serlo.
Ambos en igualdad de condiciones, se suben a la cama.
- Raoul... Se que no es nuestra primera vez pero... Qué nervios.
- Deja de robarme las frases. - Pero las mejillas del rubio están rojas y Ago entiende qué no es el único nervioso. - No pasa nada, somos nosotros. Va, empieza tu, como el día de los masajes.
