UN DESTINO INESPERADO

Un trato

Omnisciente

No muy lejos del castillo del demonio, cerca de un poblado se realizaba una reunión. Era la secta humana, estaban buscando los puntos débiles de los demonios para poder ganar la guerra.

- ¡Tenemos que hacer algo, sino pereceremos!- ¿Qué podemos hacer? Ellos son más fuertes que nosotros, tienen poderes, mientras que nosotros solo somos unos simples humanos, con ansias de poder.

- ¡Tú mismo los has dicho, somos humanos! Pero nosotros tenemos algo que ellos al parecer no tienen, aun sois muy jóvenes para saber.

- ¿Es que acaso esta delirando viejo? ¿Piensa que se dejaran manipular?

- ¡Más cuidado con cómo te diriges a mí! Puede que sea viejo, pero llevo muchos años viviendo y aprendiendo de lo que me ha enseñado la vida, tengo mucha experiencia con los demonios.

- Sabes Markus, que no todo es sabiduría, pero los demonios también aprenden de nosotros, y uno en particular es demasiado listo y poderoso como para dejarse manipular por un humano.

- Yo había pensado más bien en atrapar uno y torturarlo hasta poder descubrir todo de ellos, me encantaría despedazarlos.

- Microiss cada día eres más sádico, ¿no?

- Ya sabes que me encanta despedazar, Antone.

- Si, si, siempre igual.

- Porque seas el hijo del jefe de la secta no tienes derecho a decirnos lo que tenemos que hacer, yo solo estoy aquí para poder conseguir despedazar a algún demonio, aunque me da igual si es humano.

- Padre, ¿Por qué aceptaste a alguien como él?

- Digamos que es muy bueno en lo que hace, no me importa cómo.

MUY A LO LEJOS

En un castillo, ciertamente en una habitación, se encontraba una joven, aun estaba pensando en cómo poder escapar de allí, necesitaba salir. Aquel demonio aun seguía queriendo conseguir el colgante y el pergamino, pero ¿Por qué?Para ella no tenía mucha importancia el pergamino, pero el colgante no quería entregárselo aunque eso le costase la vida.

- ¡Es mejor que no lo intentes humana! Si pudieses escapar, no llegarías a los perímetros del castillo, antes acabarías muerta. ¡aunque me has demostrado que eres valiente, para ser una humana!

- ¿Tanto odio le tienes a los humanos?

- Más que odio es desprecio y asco, sois traicioneros y mentirosos.

- No todos somos iguales.

- Me es igual, no deseo saber nada, si no me entregas lo que deseo, lo que te ocurra a partir de ahora será por tu propia decisión.

- Como si te importara no hacerme daño, llevas casi un mes torturándome, no me dejare vencer ahora solo porque me amenaces.