¿Pescado?

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– ¿Duende? ¿Qué es duende?
Preguntó el niño mirando hacia donde estaba Rodger .

– Papá dice que los duendes son niños que tienen magia y viven en los bosques.
Dijo el niño sin quitar la mirada de Brandon.

– Tranquilo hijo. No le digas así a Brandon.

– ¡Oh! Su nombre es Brandon. Oye niño del bosque, yo soy Zilv.
Aquel niño tocó la cabeza de Brandon y le sacudió el cabello rubio.

– Tú también eres niño del bosque; mi nombre es Brandon así me puso mi papá.
Respondió el niño mientras se levantaba.

– ¿Papá? ¿Dónde está tu papá?
Preguntó Zilv.

– Pués no lo sé. Se fue al trabajo, se va muy temprano y regresa tarde. Yo casi no lo veo.
Respondió el niño mirando a Rodger.

– Zilv, ven aquí un momento por favor.

– Ya voy papá. Quédate aquí niño del bosque.
Zilv se fue a una esquina con su padre.

– Escúchame Zilv, no le hables de su papá a ese niño, lo vas a poner triste. – – ¿Me lo prometes?

– No entiendo nada papá, pero ayudaré al niño del bosque.

– Gracias hijo. Ahora ve con él, mientras yo le busco algo de comer.

– Como digas papá.
Rodger se fue hacia la cabaña y entró en ella. Por otro lado, Zilv se acercó donde estaba Brandon.

– ¿De qué hablaban? ¿Es un secreto?
Preguntó el niño de ojos grandes.

– No, no es un secreto. Papá me dijo que te cuidara en lo que iba por algo de comer.

– Cuidarme... será como mi hermano mayor, nunca tuve uno.

– No lo sé Brandon, pero podemos ser amigos.

– Me gustaría tener un amigo, nunca he tenido, solo a mi papá.

– Ahora que lo dices, yo tampoco he tenido uno.

– Zilv... quiero hacer pis...
Dijo el niño algo colorado.

– Pues hazlo, ven vamos al baño. Solo tienes que seguirme.
Los niños caminaron por varios segundos y llegaron al baño.

– Es aquí, entra y te espero aquí afuera.

– No pude más, desde que estaba en el bosque tenía ganas, pero no dije nada.

– ¡Caracoles! Te haz hecho en tus pantalones.
Exclamó Zilv.

– Lo siento, lo siento. No quería hacerlo.
Dijo el niño con la cabeza inclinada.

– Uh!! Ahora tendrás que cambiarte esa ropa.

– Zilv, Brandon ¿dónde están?
Gritó Rodger desde la cabaña.

– Oye es mi papá, ven él puede ayudarte. No tengas pena.
Brandon seguía con la cabeza inclinada, pero decidió seguirlo.

– Papá ¿tienes ropa para Brandon? Se hizo pis antes de llegar al baño.

– Pues no lo creo, pero voy a buscar en tus cosas que usabas antes.

– Aquí esperamos papá.

– Oye niño ¿cuántos años tienes?

– ¿Eh? Espera un momento, era así, no así, tampoco...
Brandon movía los dedos de varias formas tratando  de decir su edad.

Un Bosque Para DosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora