Amanecí con un Extraño

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Dentro del ascensor recuerdo estar muy emocionada, mi corazón parecía que iba explotar con tanta alegría.

Hoy iba a visitar a mi novio al trabajo, es gerente de una empresa, a mi parecer lo explotan mucho porque siempre esta trabajando. Se abrió la puerta del cuadrado minúsculo donde andaba metida, caminaba a grandes pasos con ganas de llegar rápido...

Por fin estoy aquí en frente de la puerta de su oficina, toco la perilla con las manos sudadas, la giro y que me encuentro adentro una desagradable sorpresa. Mi novio besándose con la secretaria, ella sentada arriba del escritorio rodeándoles con las piernas la cintura y alrededor las manos del cuello de el, pegados pecho a pecho, el pasándole los dedos por su espalda.

( Sentía tanta rabia y dolor porque el me estaba haciendo esto)
Grite enfurecida - Max que es esto
El dijo con descaro - Te juro que no es lo que parece
Sarcásticamente conteste - No me digas estas trabajando
En tono de falso arrepentimiento dijo - Amor todo tiene una explicación
Enfadada exclame - Esto se acabo quedate con ella ( aunque en ese momento sentía esas palabras como un cuchillo en mi garganta)
Quiso disculparse diciendo - Yo te amo mi vida perdoname
Respondí molesta - Que te perdone Dios yo no lo pienso hacer.

Salí corriendo de la oficina no quería que ellos me vieran llorar, por lo menos quería conservar la poquita dignidad que aun me quedaba. Cerré la puerta de un solo golpe me dirigí al ascensor. Al llegar abajo llame un taxi, necesitaba salir de allí.
Ya dentro del vehículo comencé a llorar como niña chiquita. Hoy tenia planeado que comiéramos comida china y un buen vino deseaba contarle lo de mi ascenso en el trabajo, sin embargo ir allí fue horrible. La comida china se le regalo al chofer y el vino comencé a tomármelo sola.
El pregunto - Señorita, para donde desea que la lleve
Dije - Lleveme por favor aun bar
Contestó - En unos minutos la llevare para halla, añadió - se ve que tiene mal de amores
Respondí - Si, me quiero sacar este dolor del alma que siento

El taxista paso de calle en calle velozmente ya no había mucho tránsito, le pague al llegar al bar. Pase, corrí con desesperación a la barra, ya había acabado con el vino. Deseosa de emborracharme para olvidar esta pena. Un hombre alto, rubio con ojos azules se me acerco.

Al día siguiente desperté en mi departamento completamente desnuda lo único que envolvía mi cuerpo era las sabanas de algodón, pero no estaba sola, tenia compañía amanecí con un extraño.








Reto: Una Historia por DiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora