viii.

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A Peter le brillaban los ojos y no faltó más que unas cuantas caricias de esas manos grandes que tanto había extrañado por todo su torso para volver a relajarlo. Hipnotizado por la imagen de Tony, Peter se quedó pasmado, intentando pensar, salir de la ilusión que creía era creada por él mismo, por el recuerdo de Tony que no lo dejaba de perseguir. Tony rió por la expresión entre confundida y anhelante de Peter, pero no pareció darle tanta importancia, continuando con lo suyo, retirando sus caderas un poco para volver a estampar su pelvis contra Peter, quien, sin dejar de mirarlo cual aparición, se derritió en un gemido ansioso, sintiéndose en un sueño.

—Beso —susurró Peter apenas capaz de pensar—. Deme un beso, por favor.

Tony de nuevo le sonrió con esa actitud tan de él, pero no lo hizo esperar. Se inclinó hasta alcanzarlo y lo dejó descansar sobre lo suave de la cama, hasta besarlo y acariciarlo exactamente como Peter lo recordaba. El toque firme de sus dedos sobre su cadera y pecho, su barba picándole la piel, esos suspiros en su oído cuando Peter lo abrazó con brazos y piernas, fundiéndose en el recuerdo del sabor de sus labios lentamente, como una triste y retórica despedida, sin querer dejarlo ir de nuevo.

Pero al terminarse el beso y abrir los ojos otra vez, el aroma de Stark se había ido, reemplazándolo de nuevo con la real imagen de Beck sobre él, quitándose la camisa. Peter espabiló sacudiendo la cabeza un poco, saliendo por fin del trance intentando pensar completamente de nuevo en follar con Quentin, no con otro. Se esforzó por aclarar su mente y dejar atrás el pasado, sosteniendo con fuerza las muñecas del mayor, disfrutando de su toque y el ritmo firme que mantenía contra su cuerpo. Peter se soltó, sintiendo de verdad el placer, mas sin atreverse a cerrar los ojos de nuevo, observando cómo Quentin se movía de atrás hacia delante sobre él y escuchaba su fuerte respiración agitada.

—Voltéate —le pidió Beck jalándolo de un lado de su cuerpo para ayudarlo a acatar su orden. Y Peter, casi por reflejo y sin pensarlo, acató. Luego de que quedara boca abajo abrazando una almohada y ahogando sus ruidos en la misma, Quentin reanudó el acto de inmediato, levantando y sosteniendo con fuerza las caderas de Peter a la altura de sus estocadas, empujándolo a medida de las fuertes arremetidas y jalándolo de nuevo hacia él inmediatamente después. Peter hacía su mayor esfuerzo por mantener el trasero alzado para Beck, curveando su espalda y clavando sus rodillas en el colchón—. Ah~ buen chico, Peter —susurró lento en un aliento débil pero decidido por encima del cabello del chico, hablándole por sobre el ruido de sus propias pieles encontrándose entre sí, aprovechando la cercanía para besarle la nuca y un hombro, sin frenar su ritmo. Peter hundió la cabeza en la almohada, pero pronto tuvo que descubrirse de nuevo para respirar, soltando al aire un jadeo prometedor—. Buen chico, eh, ¿te gusta?

—Mmgh s-sí, sí, ¡sí! —soltó un "sí" por cada estocada cada vez más precisa en su interior, continuando después con pequeños "ah-ah-ah" para desahogar la energía y excitación que el mayor le hacia sentir con sus movimientos. Quentin se levantó en busca de un mejor ángulo, apretando más su agarre en las caderas del chico y dejándolo respirar un segundo antes de hacerlo volver hacia él con sus manos. Peter se levantó con sus brazos estirados sobre el colchón, colocándose en cuatro frente a Beck, quien usó la nueva postura para tomar un hombro de Peter y jalarlo hacia su pene con cada movimiento.

Peter pensaba cada vez menos. Su mente se blanqueó de un segundo a otro y, será por costumbre, confusión o nostalgia, Peter no podía imaginar a nadie más que a Stark detrás de él. Verlo minutos antes tan real no había ayudado el hecho que Quentin haya decidido follárselo en una posición donde no podía ver de quién eran las manos que con tanta firmeza lo sostenían, o quién con tal pasión le hacia sentir placer luego de todo el tiempo perdido por llorar la muerte del que Peter justo en ese instante creía no solo vivo, sino con él, justo ahí como si nunca se hubiera ido. Como antes de todo el desastre con Thanos, las gemas, su matrimonio... Simplemente había sido un periodo de su vida que nunca olvidaría, no se culpaba por que en momentos así, aunque fuera otra persona la que estaba con Peter, Tony seguía fresco. Y aunque Peter lo llamara entre gemidos y estocadas, él ya no contestaba.

Rumor a realidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora