Daniela (Caché)

Día 3

POV Daniela Calle

Desperté temprano esa mañana viéndola dormir, se veía tan tranquila.

Sentí la desnudez de nuestros cuerpos y me sonrojé inmediatamente buscando mi celular, 10 a.m. Había un mensaje.

"Tendrás que darme tantas explicaciones, Dani" Mi hermana.
"PERDONAME JULIANAAAA!!!"
"Esta noche no pienso dormir con Sebas :)"
"Bien, te lo recompensaré, lo prometo"

Solté mi celular y con cuidado me levanté a buscar ropa en mi mueble, tomé la maleta que  traje de Medellín y comencé a hacerla.

Un traje de baño, dos pijamas y cuatro cambios de ropa, más artículos esenciales.

Me  vestí con una camiseta de manga corta gris y unos shorts claros, me puse mis gafas en la cabeza y tomé unos tenis negros.

Tomé mi celular por segunda vez y salí para hacer una llamada sin despertar a María José.

-¡Holaaaaa! -Respondió Juan Pablo al celular de Sebas.

-¿Juanpi? -El rió.

-Hola Dani. -Escuché a Juana.

-Parece que están los tres juntos.

-¡Cuatro! -Mi hermana. -Pero yo ya me voy al trabajo. ¡Adiós!

-Ahora si estamos tres. -Sebas rió.

-Chicos, ¿Quieren ir a la playa? -Todos comenzaron a decir cosas y no logré entender a ninguno. -¡Uno por uno!

-¡Claro que queremos ir bebé! -Gritó Juan Pablo. -¿Dónde te vemos?

-En mi almacén-casa. -Dije feliz. -¿Juana?

-Llevaré mi camioneta. - No puedo verla pero se que rodó los ojos.

-¡Los amo! -Nos despedimos y colgamos.

Entre y me dirigí rápido a mi maleta, al entrar vi a María José tallandose los ojos, acababa de despertar.

-¿Te gusta la playa? -Dije a lo que ella sólo asintió. -Puedes invitar a quien quieras. -Reí de su carita de sueño.

Miró hacia abajo y se dio cuenta de  que estaba desnuda, rápidamente se cubrió y yo reí ante la ternura que me causó.

-Hay ropa aquí, ponte lo que quieras. -Tome la maleta y me senté en el sofá con mi celular.

Minutos después salió de detrás fe la cortina con una camiseta sin mangas holgada blanca,  unos shorts de mezclilla y sus zapatos.

-Invite a unos amigos, vienen para acá. -Se acercó tímida. Probablemente no sabia como nos tratariamos ahora, por suerte yo sabía perfectamente como.

Tomé su mano y la invite a sentarse junto a mi, la rodee con mi brazo y comencé a hacerle mimos y en la cabeza. Pareció sentirse cómoda pues también me abrazó subiendo sus piernas a las mías.

-No tengo ropa ni traje de baño. -Dijo con un puchero.

-No te preocupes por la ropa. -Fruncí momentáneamente la nariz. -Y el traje te compraremos uno de camino, los míos son más grandes que tu cuerpo. -Reí. -Eres muy chiquita.

-¡Oye! -Comenzó a reír. -Altura promedio. -Reí aún más.

-¡Para niñas de 10 años! -Golpeó mi brazo.

Una bocina se escuchó fuera y la miré con una sonrisa.

-Hora de irnos.

Salimos tomadas de la mano, mis amigos nos vieron con las típicas caras de burla, aunque creo que María José no lo notó.