Una semana después, me había acostumbrado a la impresión que Clímeno dejaba en mis compañeros. Su manera tan segura de caminar, captando todas las miradas del pasillo, estaba impregnada en mi cabeza, sin mencionar que ahora podía reconocer el sonido que sus botas hacían contra el suelo al caminar.
Incluso su aroma se había convertido en algo familiar, era reconfortante cuando podía olerlo al entrar al salón de clases. No hacía falta que levantara la cabeza, podía saber por el ligero aroma a cítricos que se trataba de él y una ligera sonrisa se asomaba en mis labios, aunque jamás admitiría que era porque podía verlo nuevamente.
Sin embargo, no volví a hablar con él después de que me regresó mis apuntes de literatura un par de días después de que me los pidió prestados. Intenté que eso no me desanimara, después de todo, no porque hayamos intercambiado un par de palabras significaba que éramos amigos.
-¿Qué te parece si vamos este fin de semana a buscar disfraces?- Preguntó Sam mientras caminábamos por los pasillos de la escuela.
Recién terminábamos la hora del almuerzo y nos dirigíamos a nuestra siguiente clase. Como era costumbre desde hace una semana, Sam me acompañaba a la mayoría de mis clases antes de dirigirse a la suya. No sabía qué mosca le había picado, pero si no lo conociera mejor pensaría que estaba siendo sobreprotector conmigo.
-Sí. Debo ayudar a mi madre a limpiar las verduras y empacarlas, pero podemos ir en la tarde- Estaba algo distraída, por lo que no me percate que había pasado de largo mi salón.
Llevaba varias noches soñando con el mismo lago, los mismos árboles frutales y huyendo de la misma figura alta e intimidante. Esos ojos azules me perseguían hasta en sueños y no sabía cómo iba a poder mirar a la cara a Clímeno sabiendo que soñaba con él.
Cuando despertaba en la madrugada no podía dejar de recriminarme, me golpeaba mentalmente por soñar con alguien a quien apenas conocía. Sí, Clímeno era bastante guapo, pero también lo era Tom Hiddleston y no había soñado ni una sola vez con él desde que lo vi interpretar a Loki.
-Kore- Llamó Sam detrás de mí.
Cuando me giré y vi que tenía una expresión de preocupación, me sentí como la peor amiga del mundo. Aquí estaba él, siendo tan amable de acompañarme a mi salón y ¿Cómo le pagaba yo? ignorándolo y caminando en las nubes.
-Lo siento, es el examen de física, me tiene algo preocupada- La mentirá salió de mis labios sin que pudiera evitarlo.
¿Qué me estaba pasando? Yo jamás le había mentido a Sam, pero la idea de confesarle que no estaba prestando atención porque estaba pensando en lo guapo que era el chico nuevo no resultaba para nada atractiva.
Su rostro se relajó y me sonrió pícaro.
-Solo tienes que pedirlo, no hace falta que actúes toda distraída y distante. Ya sabes que te ayudaré a estudiar- Su sonrisa se ensanchó y pude jurar que sus dientes brillaron -Aunque, no sé si bastará una tarde de estudio. Pensándolo bien -Puso su índice en su barbilla y miró al techo pensativo -No sé si mil sesiones de estudio bastarán para que aprendas lo necesario para pasar el examen-
Di un paso en su dirección, dispuesta a darle un golpe en el hombro por su comentario, aunque en mi rostro hubiera una enorme sonrisa, pero cuando estuve a unos centímetros de él, alguien habló a nuestro lado.
-Si me disculpan, quisiera llegar a mi lugar antes de que suene la campana- Sam y yo volteamos a ver a Clímeno, quien tenía una cara de pocos amigos.
No me veía a mí, sino que parecía querer perforar un hoyo en el rostro de Sam con su mirada.
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El Rapto de Perséfone
RomantikLa historia de Hades y Perséfone es posiblemente una de las más conocidas dentro de la mitología griega. La historia de un dios enamorado, dispuesto incluso a robar lo más preciado que Deméter poseía para cumplir su destino y dar al Inframundo su ta...