78 ↯ Reina~

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A C L A R A C I O N:
HISTORIA HETERO, SI NO ES DE TU AGRADO EL CONTENIDO, NO LO LEAS. NO ESTAS OBLIGADA A HACERLO. PERDONEN LAS FALTAS DE ORTOGRAFÍA, ESCRIBO EN EL TELÉFONO Y SE TRAVA MUCHO :((((

PERSONAJES ORIGINALES PRESENTES.

AU!MAFIA








EL SALÓN PRINCIPAL ESTABA REPLETA DE PERSONAS BAILANDO Y CONVERSANDO. La clase alta era despampanante y extravagante, reluciendo diamante y rubíes; no importaba si los miraban o no, ellos siempre sobre salían entre las personas con sus mirada indiferente y sus grandes portes aristócratas. Las fiestas que daba el gran Godric Gryffindor siempre eran grandes, lujosas y escandalosas, nadie se negaba a asistir a una de las fiestas del león de Las cuatro casas de Inglaterra. Era tan carismático que provocaba que muchas damas cayeran a sus pies.

Para el disgusto de su esposa Rowena.

—Sabes que yo te amo linda—dijo el anfitrión abrazando las caderas de su amada esposa y haciendo un pequeño puchero en sus labios.

Rowena se cruzó de brazos ante aquel gesto tan infantil de su marido, era un adulto por el amor de Dios. Rodó los ojos, ante esto, el gesto de Godric se intensificó y sus ojos de cachorro no tardaron en aparecer. Rowena lo vio. Quería maldecir a los cuatro vientos pero no podía hacer nada ante esa linda cara que hacia su marido... Y joder, ¿por que era tan débil ante él?

—Yo igual te amo—murmuró ella. Sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa que hizo que el león se contentara y abrazó con fuerza a su chica mientras la besaba con suavidad.

No muy lejos de ellos, una joven mujer de cabello castaño los miraba sonriente con las mejillas rojas mientras bebía una copa de vino tinto. Le encantaba ver como sus dos amigos disfrutaban de su relación. Cuando los conoció se sorprendió saber que llevaban diez años de matrimonio, ambos tenían personalidades tan diferentes que hacia dudar a cualquiera sobre su relación. Pero... Miren los. En medio del gran salón, abrazados y bailan de al ritmo de la música, esperando el año nuevo como todos los demás invitados.

Su mirada viajó por cada persona que se encontraba ahí; sus vestimentas caras, las joyas que portaban, las conversaciones que parecían discuciones entre burócratas y la forma que sus manos se movían con gracia, todo aquello hicieron dudar a Huelga de como fue que llegó ahí.

¿Cómo carajos término entre personas de clase alta?

Helga no era más que una simple panadera de treinta años que venía de la clase media. Nunca portó aretes de esmeraldas o brazaletes de oro. No tenía experiencia alguna con ese tipo de personas, ni siquiera tenía los modales necesarios para estar ahí. Era muy sucia a la hora de comer —su boca siempre se manchaba y para su desgracia, su ropa igual—, subía los codos a la mesa, no se sentaba de la forma adecuada, no sabia usar los diez cuchillos y los diez tenedores que eran obligatorios en cada jodido restaurante que iba y sobre todo, no hablaba de manera aristócrata o "menos vulgar", según ella.

Era tan diferente. ¿Por qué Salazar quisiera estar con ella? Ni siquiera lo sabia. Apenas llevaban cinco meses de relación, Salazar parecía ser el tipo de hombre que odiaba a todos por igual y podía tener a cualquier chica a sus pies si él así lo quisiera. Pero con ella era tan diferente.

Amable. Caballeroso. Atento. Considerado. Todas las cualidades que ella deseó y ahora había conseguido. Era muy pronto pero Salazar era el primer hombre que provocaba en Helga tantas cosas que ella única había sentido.

𝐒𝐋𝐘𝐓𝐇𝐄𝐑𝐏𝐔𝐅𝐅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora