Chloé miraba con incredulidad a su acompañante, las palabras no salían de su boca y lo único que podía hacer era parpadear una y otra vez.
—Bromeas, ¿no?
—Solo si tú lo haces, Chlo —Nathaniel canturreó el diminutivo de la rubia.
—Pero... O sea... Yo...
—¿Creías que no aceptaría?
—Pues... Sí... Es que... ¡Ni siquiera lo pensaste!
—¿Qué parte de "necesito dinero" no se entiende?
—Pero hablamos de matrimonio... Eso no se toma a la ligera.
—Uno, lo planteaste como un negocio. Dos, ¿en serio sigues creyendo en el matrimonio? Ya no estamos en el siglo veinte —mencionó el pelirrojo riéndose.
Bourgeois se cruzó de brazos apretando la mandíbula, Nathaniel estaba en lo cierto con su primer punto, pero el que se burlara de sus ilusiones no era muy agradable que digamos.
—No es mi culpa si te hirieron en el pasado o que tus padres se hayan separado...
—Bah... Nunca han estado en mis planes esas formalidades, toda relación es pasajera. Es más fácil decir adiós y marcharse de una que estar negociando propiedades y custodias.
Chloé no pudo evitar recordar las veces que escuchó a sus padres discutir por cuestiones monetarias, apenas era una niña y no entendía cómo el dinero importaba más que el supuesto cariño que se tenían entre ellos a ella misma.
Aunque en su adolescencia permanecieron juntos, el dolor de ver a su madre irse de la casa sin ella en más de una ocasión nadie lo borraba.
—¿Entonces preferirías seguir casado?
—¿Qué?
—Dices que quieres evitar el proceso de divorcio, mi propuesta implica ese paso final después de un año aproximadamente, para evitar estar en la mira de los noticiarios.
—Bueno... —Nathaniel apoyó sus manos en las piernas y miró directo a los ojos azules de la muchacha—. Tomándolo más como un simple contrato no tendría sentido pelear en tribunales, desde el principio llegamos al acuerdo de bienes separados y ya está, total, no hay mucho que me puedas quitar.
—Nathaniel, ¿en serio no prefieres pensarlo unos días? —inquirió Bourgeois mordiendo el interior de su mejilla.
—¿Tú sí?
—Eso creo...
La rubia bajó la vista apenada, sin duda se reprochaba por ser tan impulsiva. Apenas se le metía algo en la cabeza era muy difícil que lo desechara por completo, por muy estúpido que fuera. Como aquella vez que retó a Kagami, creyó que por aprender rápido podría derrotar a la esgrimista, sin embargo, la diferencia de experiencia le jugó en contra y perdió la apuesta.
Aun odiaba recordar cómo estuvo a sus servicios cual sirvienta, desde entonces dejó de abusar de la lealtad de Sabrina, algo bueno salió de esa anécdota desagradable.
—Está bien, Bourgeois. Llámame en unos días —dijo el pelirrojo poniéndose de pie, la nombrada lo imitó rápidamente—. Y de nuevo gracias por auxiliarme, aunque nadie te lo pidió, eres una buena persona después de todo.
La rubia frunció el ceño y retuvo sus ganas de brindarle un golpe al ver los vendajes sobre su piel. Caminó a la isla de la cocina y tomó la chamarra que había intentado limpiar con agua del grifo, tal vez logró quitar la tierra, pero con la sangre no tuvo la misma suerte.
—¿Estarás bien? —Se atrevió a preguntar extendiéndole la prenda al más alto.
—Por un rato al menos, tu cafetera será de gran ayuda. Literalmente no tengo como pagártelo.
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[HIATUS] Nuestro Desastre | Nathloé [MLB]
FanficChloé necesita mucha ayuda después de confiar en la gente equivocada. Nathaniel necesita salir del hoyo en que se ha metido. Dos jóvenes totalmente diferentes dependerán del otro para librar sus propios problemas pero quizás la supuesta solución se...