La Guardiana

Es Una Trampa

Narro Yo

Hiccan no lo podía creer, Aster la está besando, el chico que amaba desde los 5 años la esta besando, obviamente ella le correspondió, le gustaba esa sensación de hormigueo que le producía sentir los labios de la persona que amaba, ella inconscientemente sonrió cuando sintió como el acariciaba su cabello, estaba dejándose llevar por ese hermoso momento pero en ese instante una voz en su cabeza la sacó de ese trance

Conciencia de Hiccan: no seas tonta Hiccan, el no siente nada por ti, solo está jugando contigo, solo se está burlando de tus sentimientos, de seguro lo hace por que perdió una apuesta o lo desafiaron a hacerlo, aléjate de él, te hará daño

La pequeña castaña no quería separarse de los labios de Aster pero savia que su conciencia tenia razón, siempre la a tenido y ademas era imposible que el pueda sentir algo por ella, a regañadientes se separó rápidamente de él y empezó a sentir que las lágrimas amenazaban con llegar, pero como estaba acostumbrada a esconder y disimular muy bien sus emociones no le fue problema esconder la tristeza y dolor que sentía en ese momento

Hiccan (molesta): por qué haces esto?, te estás burlando a caso?

Aster (sorprendido): de que hablas?

Hiccan: te desafiaron a hacerlo verdad?

Aster: Hiccan yo....

En ese momento Hiccan vio que los chicos salieron de detrás de los pilares, se estaban riendo

Tacio: vaya Aster si que te tomaste en serio el desafío

Tilda: eres un excelente actor amigo mio

Patán: cierto, por un momento creí que lo disfrutabas

Esas palabras lo confirmaron todo, todo esto fue solo un reto al que lo desafiaron y de paso una broma para burlarse de ella

Aster (preocupado): Hiccan no es......

Hiccan (furiosa): cierra la boca, eres lo peor que puede existir en los 9 mundos

Hiccan trato de salir de ahí pero Aster la detuvo agarrándola del brazo antes de que pudiera salir

Hiccan: suéltame

Aster: no hasta que.....

El rubio fue silenciado y se vio obligado a soltarla cuando sintió que un fuerte dolor en su mejilla derecha producto de una bofetada de parte de la castaña que casi lo tira al suelo

Hiccan (con odio en los ojos): todos ustedes son unos malditos

Narra Aster

Logre recuperarme de ese golpe, debo admitir que me dolió bastante, comenzaba a dejar de ver borroso cuando vi que Hiccan salió corriendo del gran salón dejándome con los chicos, no me había dado cuenta pero cuando mire mi reflejo en el casco de Patán note que tenía la mano de Hiccan marcada en la mejilla

Patán: oye estás bien Aster?

Aster (adolorido): el golpe ya me lo esperaba, pero imaginaba un golpe débil

Patán: aunque no lo parezca Hiccan tiene la mano pesada, créeme

Aster: tengo que hablar con ella

Tacio: bien ya cumpliste el reto, felicitaciones

Aster: pero a que precio?

Salí corriendo detrás de Hiccan, tenía que disculparme con ella por haberla lastimado pero entonces escuché un grito que venía del cielo y no se que sentí en ese momento cuando vi que Hiccan estaba colgando de cabeza mientras un Furia Nocturna se la llevaba sujetándola de su pierna derecha

Aster (aterrado y preocupado): HICCAN

No se que me pasaba, no se por que me preocupaba tanto ella, siempre la vi como alguien que no tenía nada especial pero no se por que ahora me preocupa tanto

Narra Hiccan

De todas las burlas que e tenido que soportar en toda mi vida que Aster hiciera eso era la gota que rebalsó el vaso, una cosa es que se burlen y me desprecien pero otra muy diferente es jugar así con mis sentimientos, aunque mi conciencia me gritara que eso era una trampa no quería creerlo pero sabía que tenía razón y cuando los chicos confirmaron mi hipótesis sentí que algo dentro de mi se rompió, quise salir corriendo pero Aster me detuvo, le di una bofetada para que me soltara y salí corriendo, solo quería desaparecer, corrí hasta en claro donde estaba Chimuela

Hiccan (llorando): nena nos vamos

Mi amiga gruño con tristeza

Hiccan: te explico después, hay que irnos

Subí a su espalda y nos fuimos pero en un momento un Terror chocó contra mi y caí pero ella alcanzó a atraparme, volví a subir a su espalda y desaparecimos en la noche