Capitulo 7

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El silencio es el amo y señor de este momento. Después de que Ana abandonó la biblioteca, mi hermano y yo fuimos incapaces de pronunciar palabra alguna. Simplemente entendí que debía seguir a mi esposa y continuar con lo que tenemos previsto. Pensaría que Anastasia estaba dispuesta a irse sin mi, eso me preocupa. Pedí ser yo quien quien conduzca la caminata que transporta a mi familia, mientras Tayloy y Sawyer se enfocan por completo en la seguridad. Al llegar a la catedral de la Almudena nos encontramos con una gran número de reporteros. Llamo a Taylor para saber los planes que tiene ante esto. Nos informan que debemos entrar por la puerta principal de la catedral ya que por seguridad las demás entradas fueron selladas. Luke se acercará hasta nuestro auto para escoltar a Teddy y Becka, Taylor y otros elementos nos escoltarán a nosotros. Antes de sacar a mi bebé del auto me aseguro de cubrir muy bien su Capazo, no quiero que la prensa obtenga ninguna imagen de ella. Nuestro avanzar es lento debido a que mi mujer debería estar en reposo debido a la cesárea. Aunque no me lo diga puedo notar que le causa mucha molestia, mañana contactaré a la mejor ginecóloga de Madrid para que la revise.

Al entrar a la iglesia muchos de los asistentes se acercan a mi mujer para darle sus condolencias. Su actitud cambia dependiendo quien se acerque a ella. Después de unos veinte minutos de saludos y condolencias, podemos sentarnos. Teddy pregunta dónde está su abuelo Ray, Anastasia le explica que en esa urna se encuentra todo lo bueno de su abuelo y que aunque su abuelo se fue al cielo, nosotros debemos resguardar esa cajita para que su abuelo siempre esté con nosotros, en nuestra y corazón. Mi hijo sonríe como si las palabras de su madre es justo lo que necesitaba oír. El cardenal comienza a prepararse para oficiar la misa, pero un extraño comportamiento en la zona izquierda del recinto llama mi atención, Luke se acerca a Leandro y Armando, ambos giran la cabeza en dirección a nosotros y se levantan, se pierden en una puerta lateral en lugar de dirigirse a la puerta principal. Una rotación de guardias, enciende mis alarmas, algo está sucediendo. En este punto no debo preocupar a mujer, decido enviarle un mensaje a Taylor preguntando qué ocurre.

< Señora Steele, exige derechos como viuda>

Joder! Otra jodida piedra en el zapato ha decidido emerger. Le muestro el mensaje a mujer, entendí que ocultarle información es lo peor que puedo hacer. Se levanta por impulso y comienza a buscarla dentro de la iglesia, le digo que me siga y le hago señas a mi cuñado para que me siga. Si estuviera en su lugar no permitiría que nadie dañe este momento.  Le pedidos al cardenal que nos permita unos minutos. Becka entiende que algo pasa, acerca a Teddy y a la bebé. Indicó a la los guardias que se quiten, la puerta por la que entraron los tíos de mi mujer nos lleva a un pasillo largo que conecta con otro pasillo, los gritos de una mujer nos guían hasta donde se encuentre mi incomoda suegra.

-Nadie tiene el derecho de prohibirme estar aquí, Ray era mi amado esposo, todos ustedes deben quitarse o saldré y le daré de que hablar a la prensa.

Los tacos de Anastasia resuenan logrando que todos se percaten de nuestra presencia.

-Lárgate de aquí! No quiero escucha toda la muerda que sale de tu boca. Tú no tienes nada que hacer aquí.

-Apreció la insolente de mi hija. Yo tengo más derechos que nadie en este lugar, soy la viuda.

-No, eres la ramera que engañó a mi padre durante años, eres una tragedia como madre, un cruel verdugo. Estabas tan perdida en la cama de tus amante que ni siquiera te enteraste que mi padre se divorció hace muchos años de ti y no hubo ni necesidad de que estuvieras presente. Que no se supone que tú gritabas a los cuatro vientos querrás la mujer de ese maldito perro con el que vives. Lárgate Carla, no me obligues a condenarme en la casa de Dios por matar a la mujer que me dio la vida. A la desgracia humana que me parió.

Puedo sentir la rabia de mi mujer ya que con cada palabra que dice su mano aprieta la mía como si quiera romperla.

-Anastasia, eres igual que yo. Yo soy tu madre, gracias a mi eres lo que eres, aunque ahora que lo pienso debí educarte mejor. Necesitabas más mano dura, solo así no serían tan arrogante ni estúpidamente creída. Date cuenta que eres tú el mal de quienes te rodean. Primero murió mi padre, ahora tu padre, mañana quien será tu sobrino o quieras tu engendra.

Maldita sea, ella se metió con mis hijos, Anastasia se le quiere ir a los golpes pero la abrazo con fuerza, ella no merece que Ana se condene de esa manera. Elliot se para frente a mi mujer y le pide que la ignore mientras le grita a Carla que se largue.

-Te odio Carla, no sabes cuánto me duele que sea mi padre quien está en esa urna y no tú.

La mezcla de rabia y dolor se apoderan de Ana, quien lucha por librarse de mis brazos. Armando y Leandro toman a Carla por los brazos y comienza a sacarla del lugar.

-Deténganse-

No sé de donde salió o en qué momento llego hasta aquí pero Becka camina hasta donde está Carla y sin esperarlo la abofetea.

-Nunca en tu vida vuelvas a decir que Anastasia es el mal de quienes la rodean, si algún piensas acercarte a Ethan y Anastasia, debes saber que estaré esperándote y haré de tu vida algo tan miserable que arrepentirás el haberlos dañado. No sé en qué momento te convertiste en este ser tan miserable, pero debes saber que en esta familia no eres nada, no eres nadie. Su madre murió el día que los abandonó, cuida tu lengua si alguna vez piensas en decir que Teddy es el sobrino de Anastasia, para ti y para el mundo es su hijo. Te fuiste porque según tu eras infeliz, pero sabes que ni siquiera en la cama de tu amante lograste encontrar felicidad, el problema no es la gente que te rodea, el problema eres tú. Porque vayas dónde vayas, huyas de quien huyas, siempre te encontrarás a ti misma y eso, será tu mayor castigo, tú mayor infelicidad, tu karma, tu juez y verdugo.

Becka abraza a mi mujer mientras Carla desaparece. Ana llora desconsoladamente. Estoy en shock, en qué clase de mundo vivimos? Una madre hablándole a su hija de esa manera después de dañarle la vida. Una mujer que tiene más instinto y amor de madre para dar sin tener hijos.

La misa en honor a mi suegro transcurre, con un discurso que los hace entender que nuestro paso por la vida terrenal es solo temporal, que nuestra vida debe ser una guía para nuestra descendencia, y sin importar la forma de abandonar la vida terrenal, la mejor honra que se le puede hacer a nuestra muerte, es recordarnos con todo lo bueno que dimos y dejamos, no en aspecto material sino espiritual.

«La muerte no nos roba a los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo»

CICATRICES DEL ALMA 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora