Impulsos

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AE
Me había ido del departamento de Pete, no pude evitarlo, sentí de nuevo el calor de su cuerpo, lo cálido que era, me destrozaba, al menos me alegraba que me haya abrazado, aunque no se porqué lo hizo.

Llegué a mi departamento, no pude hacer mas que tirarme en la cama, recordando aquellos momentos con Pete, era todo tan doloroso que aveces enfrentarlo dolía mas, debía alejarme, debía dejarlo con su vida. Pero lo único que me detiene es ese idiota de Erik, lo que no quiero que se acerque a Pete, no sería bueno, no sé si lo recuerda o que, pero no lo quiero cerca de él, me volvería loco, perdería el control sobre mi mismo.

Pete tal vez no sepas cuan importante eres para mí, tu felicidad lo es todo y si tengo que alejarme, lo haré, porque el amor que siento por tí es más fuerte que cualquier otro, esperé un año al lado tuyo, sosteniendo tu mano, cambiándote, lavándote, hablándote sobre mis exámenes, sobre los goles que metí en los partidos, en cómo pude aprobar mi primer exámen de inglés en la historia de la humanidad. Las veces que te susurré "Te Amo" en tu hermoso oído, esperando una respuesta a cambio, las veces que lloré por tí, también pensé que si no despertabas me iría contigo adonde fuese que vayas, te acompañaría, porque mi corazón solo te pertenece a ti y solo a ti, porque siempre fuimos "Tu y Yo".

Ae estaba parado tomando licor mientras miraba hacia las estrellas, pensando en Pete una y otra vez, sacarlo de su mente era tan difícil que a veces se culpaba a sí mismo, las lágrimas se esparcían en sus mejillas, haciendo que no pudiese dormir en toda la noche. El sol mañanero ya había iluminado su rostro, que estaba posado en la almohada de su cama, los rayos del sol iluminaban su vista, como si hubiese esperanza alguna todavía para que todo salga bien. Esa esperanza que estuvo siempre con Ae, de que todo iba a estar bien, pero siempre se preguntaba así mismo "¿Lo estará?". Siempre era así, se ahogaba en sus penas, para salir con una gran sonrisa a la calle, para ver a Pete o tal vez ir a lugares donde estuvieron juntos.

Si Pete es feliz, yo también...

Una vez sus pensamientos fueron interrumpidos por una llamada, lo más sorprendente es que era de Tin, nos llevábamos bien, ya que le demostré cuanto lo amo a Pete, además de que es novio de Can.

COMIENZO DE LA LLAMADA

- ¿Hola?

- Hola, Ae, tengo malas noticias, respira profundo para poder tragar esto, por favor no te vuelvas histérico, ¿Okay?, ¿Dónde estás hora? -su voz se notaba un poco agitada, en serio debe de ser algo importante, es la segunda vez que escuchaba esa clase de voz de parte de Tin

- Estoy en la cafetería del área internacional, ¿Por qué? - Era todo tan repentino que no sabia como reaccionar

- Genial, estamos cerca, esperanos, será mejor hablar en persona, esperame ahí - Cortó ni bien dijo eso.

- Ok. - no me dejó siquiera responder.

FIN DE LA LLAMADA.

Estaba en la cafetería donde siempre nos juntábamos con Pete, ahí aveces nos juntábamos cuando no queríamos ir hasta mi universidad o caía de sorpresa. Había pedido un batido, mirando hacia la ventana, esperando a Tin que me tenía intrigado con lo que iba a decirme o mejor dicho de que iba a enterarme. A los cinco minutos estaban Tin y Can entrando, al parecer vinieron corriendo porque estaban agitados, me los mirando, esperando la noticia, esperando como siempre.

- Pete se confundió y por culpa de Erik.- eso vino de parte de Tin, me miró muy serio y comencé a fruncir en ceño, era totalmente confuso, pero ya escuchar el maldito nombre del diablo comencé a enojarme.

Las barreras de los recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora