Primeros Pasos

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- Ae...

Sí, era completamente extraño, lo veía a él, estaba conmigo, estábamos juntos. Ae estaba con una cajita de regalo en sus manos, parecía nervioso, esa sonrisa suya que demostraba todo con tan solo mirarme. Pero lo que más me sorprendió era mi mirada, mi forma de actuar, estaba feliz, como si nunca lo hubiese sido.

En el instante que me ví con esa mirada, comprendí que tal vez ese vacío que se encontraba en lo más profundo de mi corazón, se debía a que Ae no estaba a mi lado, que tal vez la razón por la que tenia pesadillas y no me sentía seguro, era porqué él no estaba conmigo.

Todo volvió a teñirse de negro y me encontraba en un aeropuerto, estábamos ahí, yo y Ae. Sin embargo, mi cuerpo estaba temblando, tanto en el recuerdo como en la realidad, el pecho me estaba pidiendo que me detenga. Pero en el momento que me ví a mi mismo tratando de detener a Ae y él me rechazase, fue en el momento en el que todo perdió sentido, estaba llorando, el vacío que sentía en ese momento se sentía tan doloroso, tan desastroso. La imágen de Ae yéndose, dejándome, yéndose de mi vida, como si nunca hubiese estado, todo era doloroso.

Una viñeta negra se esparció ante mis ojos, llevándome a lo que seria mi habitación en la casa de mi madre, estaba llorando sin más no poder, pero pude notar que en la mesita de luz se encontraban fotos de nosotros. Al parecer éramos más jóvenes, se podía notar tanto en mi sonrisa, como en mis ojos que Ae no era cualquier persona. Pero entonces, ¿Por qué Ae no quiere que lo recuerde? ¿Sera por qué se fue? O ¿Por qué sabía que me había hecho sufrir? Nada cobraba sentido, al contrario, me generaban más dudas. El verme destrozado por mis lagrimas, por las imágenes, me hacían sentirme nuevamente como estaba en el hospital, me sentía solo, por más que hablé con Erik o con mi madre, algo muy en el fondo me decía que estaba tan vacío como un pozo desolado por lagrimas, susurros, recuerdos borrosos, gente que te mira y tú siquiera la reconoces, es horrible. Mucha gente cuando me saludaba, cuando me sonreía, no sabia que hacer porque no las reconocía, no las recordaba. Me odio y me odiaba cuando no recordaba nada, ver todo como si fuera nuevo, los paisajes, a mi mismo, me estaba encerrando en una burbuja vacía.

Otra vez en otro recuerdo, otra vez en mi vieja casa, pero esta vez si estaba Erik, estábamos hablando, pero al parecer yo estaba perdiendo la cordura por sus palabras.

(recuerdo)

- ¡Callate! P-por tu culpa Ae (Sollozo). El se fue...me dejo por tu culpa...

- Pete, escuchame, fue por tu bien - en el momento que Erik dijo eso lo mire con lagrimas en los ojos muy serio, a punto de estallar, no podía creer lo que escuchaba.

- ¿Por mi bien? ¡¿ACASO ESTOY BIEN AHORA?! ¡ME ARRUINASTE LA VIDA ERIK!

- No Pete, no digas eso...

- ¡ANDATE!

- Pete...

-¡QUE TE VAYAS, DÉJAME EN PAZ!

- Ae se fue porque quiso, no porque yo le puse un arma en la cabeza, ¿Acaso no entiendes lo que pasó?

- ¡¡¡BASTA!!!! ANDATE, NO TE QUIERO VOLVER A VER, ALÉJATE, NO QUIERO QUE TE ME VUELVAS A ACERCAR , ¡¿ENTENDISTE?!

(Fin del recuerdo)

Sentía esa sensación aun cuando no lo recordaba a Erik, sabía que de alguna manera el estar cerca de él estaba mal, me sentía raro, pero a la vez sentía alguna clase de afecto. Cuando me dí cuenta de que esos sentimientos se confundieron por los recuerdos y más porque opte por creerle a Erik, ahí el mundo dejó de girar, el tiempo se detuvo entre mis lagrimas, entre las puntadas en mi corazón, quería que sea un sueño, me duele, me lastima, me siento como si el mundo ya dejase de tener el mínimo sentido en sus segundos, en sus minutos, en cada milésima que pasaba a través de esas lagrimas que caían en estos recuerdos retenidos por el miedo, por la angustia del saber más.

Las barreras de los recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora