Las barreras de los recuerdos

No es un "Adiós"

AE
No puedo evitar el preocuparme, el que Pete haya perdido la memoria lo hace muy difícil, a pesar de que quiere que esos recuerdos vuelvan, yo no quiero, por mas que mi corazón me lo pida a gritos, si el llega a recuperar la memoria y recuerda toda esa mierda, no podría soportarlo. Pete siempre ha sido lo más importante para mi, incluso desde niños, ambos siempre estábamos juntos, ademas de Erik y Tin. Siempre estaba para Pete, él siempre era tan indefenso, pero trataba de ser fuerte, suprimiendo sus lágrimas. En el momento que teníamos la edad de 13 años me dí cuenta que quería proteger a Pete a toda costa, no solo eso, que quería estar con él por el resto de mi vida. Todo el tiempo que pasamos juntos, Erik de alguna manera se fue alejando, tanto así que cuando le pedía explicaciones discutimos, dijo que de alguna u otro manera me quitaría a Pete de mis manos, aunque eso lo haga abstenerse a las consecuencias.

Tiempo antes el destino fue cruel, me tuve que distanciar de Pete si no lo quería ver lastimado y para poder protegerlo tenía que irme, por lo que me mudé a Boston, allí seguí estudiando, pero no por mi, porque en cada momento, cada instante tu estabas en mi cabeza, todo lo hacia por tí. Pero en el instante que no pude soportar la distancia y volví, solo me quedo tu rostro suplicándome ayuda, estabas muriéndote en mis brazos, en ese momento sentí el terror más grande de mi vida. Cuando Erik intento ayudarte me dió tanta bronca que solo le dije que se fuera, no podía ponerme a pelear en el momento que Pete se estaba muriendo.

Era todo muy desastroso, ver las luces diciendo que estaban continuando con la operación de Pete, las horas eran eternas, me dieron ganas de todo al mismo tiempo, pero aún más de matar a Erik, por su culpa, por su maldita obsesión hacia Pete, lo termino destruyendo. El mundo pareció detenerse en el momento que dijeron que entraste en estado de coma e incluso más cuando dijeron que no sabían por cuanto tiempo estarías así, quería verte sonriendo, con tus hermosos ojos almendra, quería besar esos labios color carmesí, quería sentirte. Pero el ver tu imagen sin expresión alguna, con la piel aún más pálida, me estaba matando. Día tras día, esperando a que despierte, incluso sabiendo que tal vez no me pueda recordar, a pesar de ello, solo el poder ver sus ojos y esa sonrisa en su rostro era suficiente para mi.

Me sentí feliz cuando su color torno más color y sus manos no estaban tan heladas como antes, me agradaba contarte mis anécdotas de Boston, de lo que hice todo el tiempo ademas de pensar en ti. Me preguntaba si te habían llegado mis cartas, ya que nunca recibí respuestas de ellas, me acuerdo que siempre estaba escribiendo para ti, todo los días en frente del buzón, carta tras carta durante esos 3 años lejos de tí, incluso aunque no pudieses oírme o incluso recordarme, me bastaba con solo verte, ¿Sabes por qué Pete? Porque aunque el mundo sea tan injusto conmigo, siempre, siempre voy a estar ahí contigo, protegiéndote, aunque no seas feliz conmigo, si es con alguien de bien, estaría muy feliz.

Pero, en el momento que te ví despertar, que volvió ese brillo en tus ojos, tus expresiones en el rostro, créeme que nada me hizo más feliz, aunque no me recordases, aunque no sea parte de lo que recuerdas, no me importa, porque tu siempre estarás aquí Pete, en mi corazón. Sin embargo, no has cambiado, te gusta ir por lo difícil por más que otros intenten detenerte. Ahora quieres recuperar esos recuerdos, te voy a seguir diciendo que no estoy de acuerdo una y otra vez, pero no porque no quiero que lo hagas, no quiero verte sufrir, no quiero que termines llorando, que todo ese sufrimiento regrese en segundos a tu mente, quiero verte feliz, sonriendo, viviendo, solo eso. Por más que no pueda olvidarte, por más que solo puedo verte en cada segundo de mi maldita existencia, me haces feliz Pete y por esa razón quiero que vivas, vivas de verdad.

TIN
Ay Pete, ¿Qué será de ti amigo? Queriendo recuperar esos recuerdos, aquellos que de alguna manera no son tan bonitos, la vida no es siempre rosas. Sin embargo, desde niños siempre admiré tu capacidad de no rendirte, sin importar lo que otros digan. Incluso ahora sigues siendo así, me alegro que tu personalidad no haya cambiado a pesar de tu falta de memoria, pero ¿Estarás bien con todo esto? De seguro eres el que más sufre, pero no te preocupes, yo lo arreglare por ti, te prometo que encomendare mi error, haré que todo este malentendido se arregle, y aunque tú lo que más mereces, es felicidad, por la buena persona que eres y porque hay mucha gente que te quiere ver así. Siempre me decías que mi actitud arrogante iba a ir a mi favor algún día, a pesar que otros digan lo contrario, y así fue, gracias a esta actitud conocí a alguien como Can, tenias razón después de todo.