Sí, acepto : Capitulo Final

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LEER HASTA EL FINAL, PORFIS
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PETE
Ha pasado un año desde todo lo ocurrido, todo fue como un gran tornado que parecia no detenerse, mi cabeza terminó hecha un completo desastre, mi madre falleció y Erik desapareció del mapa, haciendo que no se vuelva a saber nada de él al igual que mi padre. El infierno llegó a su verdadero fin y yo terminé quedandome con la persona que más amo, la que siempre se mantuvo a mi lado. Era ironíco, hace tiempo atrás estaba en busca de mi propias heridas ocultas en el pasado y ahora estoy aca en el presente, con la persona que amo y con todas esas personas importantes alrededor mío. Al final de todo fue todo por dinero, todo por algo tan misero, tan estúpido, la gente puede llegar a matarse por el, pero no yo, a mi siquiera me importaba, solo si tenia a los que amaba al lado mío, me bastaba.

Hoy era ya un año desde que la mejor mujer en la historia de la humanidad habia fallecido, estoy acá frente a su tumba dejando las flores que más ama, las rosas. Siempre voy a dejarles estás, ya que lo mismo hacia para su cumpleaños.

- Ya ha pasado un año... - dije pensando en voz alta.

- Si, un año ya... - dijo Ae luego de mi.

- ¡Vamos! Dejen esas caras largas, la Srta. Pitchaya no le gustaria esas caras, ella quiere verlos felices. Tanto sacrificios para esas caras - ese era Can protestando con esa sonrisa que alegra a cualquiera que lo mira.

- Que raro Can, ¿A que se debe tu felicidad? - pregunté extrañado - ¿Acaso ocurrio algo bueno?

- No, pero va a ocurrir - dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿Por qué me ven asi? - dije por las miradas complices entre Tin y Can

- Pete... - cuando me di la vuelta me parecio raro el ver a Ae arrodillado enfrente mio, parecia que estaba nervioso.

- Ae, ¿Por qué estas arrodillado? - pregunté sin más

- Eres lento Pitchaya - dijo Tin

Me quedé pensando en lo que estaba ocurriendo, no se porque pero reaccioné tarde. Al darme cuenta de lo que Ae estaba haciendo no pude evitar emocionarme, me cubri la boca con las dos manos y poco a poco una sonrisa se formo en los labios de Ae. Can y Tin parecian disfrutar de la situación, pero era extraño, ¿Por qué ahora?

- Ae... ¿Por qué ahora?

- Porque queria que tu madre este presente en el momento que lo haga, ¿Sabes una cosa? Tu madre me habia insistido muchas veces para hacer esto, en el momento que volvi aquí supe que no podria vivir sin ti. Por eso, te iba a proponer matrimonio para que seamos uno ante esta unión, aunque claro, al menos que me rechaces, pero eso seria demasiado cruel de tu parte.

- N-no - Ae abrió los ojos como platos - no puedo creerlo - dije mientras intentaba contener el nudo en mi garganta.

- Me asustaste - dijo aliviado Ae - ¿Entonces?

- ¿Entonces? - dije confundido

- Pete Pitchaya, ¿Te quieres casar conmigo? ¿Compratir tu vida junto a mi hasta que nunca nada nos separe, ni quiera la misma muerte? - ¿Acaso estaba soñando? No podia creer lo que escuchaba, sentia que mi corazón estaba cuan emocionado al igual que mis lágrimas.

- Si y mil veces si - Ae prosiguió a ponerme la sortija en la mano y me depositó un dulce beso en mis labios, esos labios que eran la droga mas adictiva que pudiese existir

Hay una frase o he oido decir que las vueltas de la vida suelen ser inesperadas, pueden llegar a favorecerte como destruirte de igual manera. Aveces en las noches suelo preguntarme si todo lo que me habia ocurrido fue por algo o tenia un porqué. Entonces llegué a la conclusión de que todas estas pruebas que decidí enfrentar fueron para poder llegar a esa felicidad que mi madre tanto queria para mi, obviamente ella siempre supo que Ae estaria a mi lado al igual que todos estos años pese a la distancia. Me leí cada una de las cartas y si supieran que tanto habia en cada una, eran como dulces destellos que se iban esparciendo en mi cuerpo, eso inexplicable que no se puede describir con palabras, si, era amor, más de lo que me hayan demostrado nunca y solo en cartas, ¿Pueden creerlo? Yo tampoco lo creí, ese algo que muchos le dicen Amor, ese sentimiento que no se puede describir con palabras, aveces un beso o más que eso suele ser insuficiente para transmitirlo, pero con el tiempo te das cuenta de que en todo lo que recibes hay algo detrás, al igual que en sus cartas, detras de esas palabras, de esas mentiras, siempre hubieron amor.

Las barreras de los recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora