Partes del rompecabezas

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AE
En el momento en el que Pete dijo “otra vez” mi corazón se detuvo, el hecho que haya mencionado esas palabras una vez mas era totalmente hiriente, la última vez que dijo eso fue el día mas horrible de mi vida, en el momento en el que los problemas aumentaban, tanto para mi como para Pete. Juré que protegería a Pete aunque mi vida dependiera de ello, sin embargo, fue lo contrario, Pete tuvo que pagar las consecuencias y aún me culpo por ello.

Pete se desvaneció en el suelo, antes de que cayera en el suelo me tire hacia él y lo tomé de la cabeza y espalda. Aún seguía flaco, delicado, suave como una pluma, era tan bello como siempre, al haber deleitado sus labios sentí que volví a nuestro primer beso, uno tierno, suave y a la vez acelerado por la desesperación de no querer alejarse nuestros labios, por miedo a que no volviesen a unirse.

Me levanté y lo lo llevé entre mis brazos hacia su cuarto, lo acosté y arrope, antes le puse una pijama, esa rayadas de color azul y blanco. Me acomodé a su lado en una silla, sentía que debía quedarme con él, sentía que si me iba Pete comenzaría a llamarme como loco y buscarme, por lo que opte quedarme, acariciando sus mejillas y tomando sus manos, entrelazadas una a la otra.

Me había dormido tomando la mano de Pete, hasta que sentí que Pete estaba susurrando palabras.

“No te vayas...”

“No me dejes solo...”

“Quiero que te quedes...”

Pete comenzó a susurrar eso, él comenzó a apretar mis manos y yo pose mi otra mano sobre la suya, en ese instante Pete se tranquilizó, comenzó a respirar tranquilo. Me puse cerca de su oído y comencé a decirle.

“Todo va a estar bien Pete, estoy contigo”

Mientras acariciaba su cabello le susurraba esas palabras hasta que se quedó dormido. Al mirar de nuevo su rostro pude recordar en los momentos en donde se acurrucaba a mi lado diciéndome “Ae no te vayas” con un lindo puchero, de esos que me mataban y no podía decir que no, Pete nunca se daba cuenta que con cada mínima expresión o palabra me seducía en cada momento, lo que me provocaba querer besarlo hasta morir.

Sabes una cosa Pete, sé que aunque no me puedas recordar, sé que tú corazón lo hace, porque yo ya no soy dueño de mi corazón, tú me lo robaste, tanto como para volverme loco y tu corazón es mío y por eso sé que en algún momento te preguntarás si en realidad quisiste a alguien y si lo quisiste porque no lo sientes de alguna manera. Eso se debe a que en cada momento en el que estamos juntos cada corazón vuelve a su lugar haciendo que nos amemos, entrelazando como los cordones de las zapatillas, como nuestros besos en aquellas ocasiones, como en esta ocasión.

PETE
Tuve una pesadilla, alguien se estaba alejando y estaba llorando, no quería que se vaya, quería que se quede a mi lado, quería que me siga abrazando, que siga tomando mi mano. Cuando de golpe sentí la mano de una persona me estaba acariciando,me sentía protegido, sentía que esa persona había vuelto a mi lado por lo que apreté con fuerza su mano.

Perdí a alguien que ha vuelto, pero ¿Quién es esa persona? Aveces tengo el sentimiento de perdida, de algo que busco constantemente pero no sé que o quién es. En el momento que desperté y vi a Ae con su cabeza recostada en mi cama y sentado en una silla, me sentí aliviado, lleno de alguna manera. Ese vacío que siempre sentí se había ido y sé que por algo era.

Ayer al decir de que no se vaya una vez más, se vino un recuerdo a mi cabeza, no vi a la otra persona, pero gritaba que no se aleje, que se quede conmigo. Odio el hecho que nunca pueda recordar a esa persona, me preguntaba si era Erik, tenía dudas, la última vez él no era el de ese recuerdo, por lo que comencé a preguntarme si era Ae, él de alguna manera hace que todo tenga sentido, más sentido de lo que Erik tuvo en mi vida, aveces me preguntaba si el niño con el que siempre estuve fue Erik.

Las barreras de los recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora