El Diario De Kirito y Asuna

El Inicio De Nuestras Vidas

Día Final

-¿Como me veo Yui?

-Te ves muy bien papá, estas muy guapo.

La pequeña niña observaba a su papá desde el pequeño sillón que estaba al otro lado de la habitación, y si, Yui se encontraba en el mundo real.

Poco después de que Kazuto y Asuna lograron salir de Underworld, una idea surgió dentro de la cabeza del pelinegro, ¿Por que no tratar de traer a Yui de la misma manera que trajeron a Alice?, De esa manera con ayuda de Higa y la Dr. Rinko, la consciencia de Yui fue puesta en uno de los nuevos cuerpos para IA que estaban en desarrollo, y luego de un gran trabajo de programación del cuerpo por parte de Kazuto, finalmente Yui pudo moverse libremente, desde entonces ella no se separaba de sus padres, debido a que todavía no estaban casados se turneaban para cuidarla cada 2 días, ambas familias se habían enamorado de la pequeña niña y en algunas ocasiones peleaban por qué se quedará definitivamente en una de las 2 casas, pero al final los jóvenes padres se opusieron terminantemente, pues de todos modos cuando se casarán Yui se iría a vivir junto a ellos, y ese día por fin había llegado.

-Yui, ¿por qué no vas a ver cómo le va a tu mamá? Y después ve a prepararte.

-Ire a verla enseguida.

La pequeña salió corriendo de la habitación en donde estaban en dirección hacia la otra en donde se encontraba su mamá, quien de seguro todavía se estaba acomodando su vestido, él no había tenido ni siquiera el privilegio de ver cuál fue el vestido que ella escogió para ese día, pues cuando fue a comprarlo sólo las chicas la acompañaron, estaba ansioso, de verdad quería verla, pero se tenía que aguantar sus ganas hasta estar en el altar.

Tratando de controlar su ansiedad, decidió salir a tomar un poco de aire, era un hermoso día, cerro sus ojos un momento para poder sentir la suave brisa que corría.

-Me voy a casar con la mujer que amó.

Dijo al aire sin abrir los ojos, mientras mantenía una sonrisa en su rostro.

-Eugeo, como desearía que estuvieras aquí.

Una pequeña lágrima rodó por su mejía, y al caer hacia el suelo fue llevada por el viento, mientras la imagen de su amigo permanecía en su mente.

-Oye Kirito-chi.

El llamado de su amigo pelirrojo lo hizo salir de sus pensamientos para ver qué el junto a su moreno amigo se acercaban a él.

-¿Que quieres Klein?

-Incluso en el día de tu boda sigues con esa misma actitud.

Lo regalaba Klein, cosa a la que él no le ponía atención.

-Como sea, ¿No deberías estar preparándote?

-Acaso no ves.

-Kirito, creo que Klein no se refiere a eso.

-¿Y a que sería entonces Ágil?

-A si ya te preparaste mentalmente para contener la emoción en el altar.

-Ah, eso, la verdad es que no.

Admitió un poco avergonzado mientras se rascaba la mejía.

-No me sorprende, a todos nos pasá, cuando yo me casé por poco me desmayo de la emoción en frente del altar.

Dijo con una gran sonrisa el moreno mientras ponía su mano en el hombro del jóven pelinegro.

-Estamos orgullosos de ti Kirito, seguro de que Asuna se debe encontrar en tu misma situación en este instante.