Capítulo 2: Primeros resultados, primeras sospechas

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El de 50 estrellas iba despertando, notó que tenía una manta, incluso había un olor peculiar, olía a waffles, sus favoritos, se levantó del sofá, se dirigía a la cocina, ahí estaba su amado preparando el desayuno.

—Que bueno que despiertas chikibaby—dijo sonriente— Ya te iba a despertar para desayunar.

Dejó un plato el cual tenía huevos revueltos con tocino, acompañado de un pan francés y de tomar una malteada de chocolate con crema batida y una cereza encima.
El tricolor fue a sacar los últimos waffles, los puso en un plato, conformando una torre de 7.

Mientras que el estadounidense se sentaba en su silla, el mexicano puso el desayuno para si mismo (dos waffles y una taza de café)

Mexico, where you were yesterday?— preguntó algo inseguro.

México estuvo a nada de escupir el café, pero debía de mantener la compostura.

—Tuve que salir por asuntos de mi país, nada grave—daba pequeños bocados a su comida.

El de franjas blancas y rojas, no estaba del todo convencido, pero no le dio importancia, decidió comer su desayuno que le hicieron con tanto amor.

Pasaron las horas, México vio la hora; tenía que terminar lo que inició con Rusia.

—Bueno gordis, tengo que salir, llegaré tarde, no me esperes, te amo— le mandaba un beso al aire mientras salia de su casa otra vez con su bolso de mano.

I... love you...—se quedó preocupado.

México iba revisando si llevaba todo lo necesario, en especial su cuaderno donde tenía sus planes, también llevaba otro donde iban sus recetas de todo tipo, unas fichas donde estaban las calorías de los ingredientes que suele usar, desde menor hasta altamente caloricas.

Llegó a donde el ruso, tocó la puerta; Rusia tardó un poco al abrirle.

3 meses después

Era junta de la ONU, todos iban llegando, México iba tomado de la mano de USA. Todo iba relativamente normal, hasta que varios notaron que el de ushanka estaba bastante cambiado.

La cara se le caía de vergüenza, a pesar de haber comprado ropa nueva (más grande) no se ocultaba tan fácil su ganancia de peso.

— 俄羅斯! —habló sorprendido China — ¡Estas gordo!

Заткнись! —gritó sonrojado.

Pues no sólo su vientre era lo que tenía grasa, también en sus muslos, cadera, brazos, incluso ya tenía cachete.

México sonreía con satisfacción, pero USA lo veía extrañado, si Rusia era de tener músculo, ahora que estuviera así, eso era demasiado extraño.

La junta fue lo de siempre, los problemas que habían; de vez en cuando México volteaba a ver de reojo al ruso, el cual estaba incomodo, ya que no entraba bien en su asiento.

El mexicano le dio un codazo al argentino para que viera, ahora si que empezaron las burlas hacia el de ushanka.

—Tal parece que por fin demuestras que eres el país más grande Rusia —dijo el argentino burlón — ¿Necesitas doble silla para caber? Digo, hay que procurar que no te vayas a atorar.

Los presentes empezaron a reír, incluso sus hermanos, unas pequeñas lágrimas se asomaron en los ojos del mas alto.

México solo tenía una sonrisa en su rostro, ahora sabía el como se sentía el de 50 estrellas, estaba en sus zapatos.

Ya estando en casa, México fue a su oficina, su pareja lo miraba preocupado, pues seguía sospechando que había algo (alguien) que el mexicano ocultaba.

El tricolor sacó su libreta, anotó unas cuantas cosas sobre el ruso, después cambió de hoja para ver la siguiente víctima.

— Brasil... ja, quien lo diría—mientras ponía una sonrisa de maldad — Serás mi cuate carnal, pero, cuando se trata de venganza, las relaciones de amigos quedan de lado.

Sacó su cuaderno de recetas y se dispuso a buscar el postre perfecto para dárselo al brasileño. Después de unos cuantos minutos se decidió por hacer brownies.

—Bien, es momento de ponerme manos a la obra— salió de su oficina para ir a la cocina.

Ya cuando se encontraba haciendo la mezcla para los brownies, el estadounidense decidió acercarse.

What are you doing, honey?

—Estoy haciendo la mezcla para brownies— respondió mientras seguía mezclando.

Oh, I really your brownies.

—Gracias, pero, no son para ti gordis. Cuando termine de hacer esto haré algo para ti, ¿si?

Yeah...

El angloparlante salió de la cocina y comenzó a subir las escaleras para ir a su habitación.
Ya estando en su cuarto, se paró frente al espejo de cuerpo completo que tenía.

Comenzó a mirarse.

"¿Le seguiré gustando a México?" se preguntó en su mente.

Y es que el comportamiento de su pareja era extraño. Salía todo el día y llegaba tarde, se la pasaba en su oficina o bien, en la cocina.
Incluso ya no le cocinaba tan a menudo como antes.

N-no, maybe... puede que el tenga mucho trabajo. Y-yeah! Él no me cambiaría— trataba de mantener la calma— ¿Cierto?

Al día siguiente.

USA, cuando bajó las escaleras y fue al comedor, encontró que el desayuno ya estaba servido, pero no había rastro del tricolor.

Notó que había una pequeña nota junto al desayuno.

"Fui a ver a Brasil, tenía negocios que hacer con él.
Regresaré tarde, no me esperes.

Por cierto, te deje el desayuno. La comida y la cena están en la cocina dentro de toppers, cuando tengas hambres lo calientas en el microondas.

Con un chingo de amor.

México"

Suspiró pesadamente al ver la nota.

Y trato de no pensar en lo peor.

A mano [CountryHumans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora