Capítulo 1: Destino.

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Notas iniciales:

Me ha ocurrido un par de veces que insultan la decisión tomada para que X personaje sea el pasivo.

Así que he decidido poner esta advertencia antes de empezar con esto.

La historia aquí creada, aunque contengan algo de occ, fue hecha con amor, PERO también fue creada con la mentalidad para que Reborn sea el pasivo de la relación. Además, en este fanfic es usado el omegaverse, derivados de sus propios AU, y en general posibilidad de m-preg.

Como a muchos, a Krat le vale verdura el estereotipo que le hayan dado a X personaje, así que ama la versatilidad, no importa la altura, edad, o alguna otra característica. Con eso aclarado, y bajo su propio riesgo, pueden continuar con la lectura.





¿Por qué todos deben tener un alma gemela?

¿Por qué debes amar a tu alma gemela?

¿Por qué a la gente le gustaba decir "soulmate" en vez de alma gemela?

¿Por qué no simplemente olvidarte de eso y seguir con tu vida?

¿Por qué, a más de tu soulmate, debes preocuparte por tu casta?

Muchas preguntas en una pequeña cabecita. Muchas dudas sobre su futuro. Muchas y muchas decisiones que tomar. Era complicado, pero tenía que afrontarlo como cada ser humano que pisaba esa tierra.

«En tu piel está tatuada la primera frase que tu alma gemela te dirá al verse por primera vez»

La maestra de turno en cada año escolar se lo decía a su clase, era la primera cosa que se enseñaba, en lo que se ponía más énfasis porque era la razón de vida de muchas personas. Resultaba que tu alma gemela o "soulmate" —palabra dada para que sonara mucho más bonito—, era alguien con quien estabas destinado a encontrarte en algún punto de tu vida y con quien serías feliz, formarías una familia y cursarías los mejores tiempos de tu existencia.

Pero nada era tan bonito como en la escuela se lo enseñaron.

Porque a medida que los niños iban desarrollándose, también forjaban sus propios pensamientos y creencias. Esa primera frase que les enseñaban, también se volvía en la peor falacia de su mundo. Porque había tantas personas en la Tierra, tantos países tan alejados los unos de los otros, tantas almas ocupando cuerpos físicos, que hallar a tu alma gemela era una tarea colosal.

Había casos —incluso—, en donde una persona hallaba por casualidad una tumba en donde recitaba la frase tatuada desde el nacimiento, porque el que ya no pertenecía a ese mundo jamás pudo hallar a su soulmate. Otros más afortunados, encontraban a su alma gemela al final de sus días, o incluso cuando ya habían formado una familia con alguien más; y se veían en esa penosa situación de decidir qué era más importante: su familia ya formada, o vivir junto a su destinado y ser "feliz por siempre".

—La felicidad es relativa —solía escribirlo en un papel porque no se arriesgaba a decirlo en voz alta.

Y es que era así, porque incluso si tenías la fortuna de encontrar a tu alma gemela antes de fallecer..., nadie te aseguraba que el propio mundo no hubiese podrido a esa persona. Nadie te certificaba que al estar con tu soulmate no sintieras rechazo, o fueras infeliz con él o ella. Pero la sociedad te empujaba a creer que debías hallar a esa persona y ser feliz, o aparentar serlo.

Era peor cuando tu alma gemela no correspondía a una casta compatible y eras mal visto porque no podías cumplir con tu destino de procreación. Te relegaban a la parte más baja de la pirámide social. Sufrías de acoso, fobias, represiones y rechazo incluso por parte de tu propia familia.

Altivo, recurrente, y caótico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora