Las llamadas eran constantes, Tsuna no se podía quejar de eso, incluso si la diferencia horaria era una dificultad. Reborn siempre contestaba las llamadas o era Tsuna quien no le importaba la hora de la noche, al menos podía tener una plática corta con el azabache. Era lindo de cierta forma.
Sin embargo, algo se distorsionó en cierta época que Tsuna no supo identificar.
No tenía idea que era época del celo de Reborn.
Tsuna se hallaba en la cafetería de Enma, hablando con este sobre la expansión del negocio. No fue raro que contestara la llamada de Reborn y que su amigo se quedase porque generalmente las llamadas no eran largas. Escuchó la voz ajena algo agitada, aun así, siguió con la llamada intentando averiguar qué sucedía, hasta que identificó un jadeo lejano de aquella voz y después un gemido ahogado. Hasta Enma lo escuchó, o eso parecía, porque las mejillas de su amigo se volvieron de carmín intenso. El castaño no pudo hacer más que retirarse avergonzado, aunque en realidad se encerró en el baño porque fue amenazado para que no cortase la llamada.
—Jamás he hecho esto —decía en medio de su bochorno, tratando de que su voz no temblara para no molestar al omega—, ¿qué se supone que haga?
—Solo habla —jadeaba del otro lado, perdido en medio de su celo y sus hormonas—, solo... habla.
—Te estás tocando —boqueó un par de veces—, ¿verdad?
—No tengo de otra —Reborn maldecía entre dientes, encerrado en su cuarto, e intentando disminuir la desesperación de un celo en solitario—, a menos que vengas aquí justo ahora —gimió al final.
—Reborn... esto es... —se encogió de hombros— muy vergonzoso.
—Carajo —murmuraba—, usa tu voz... de mando —suplicó entre jadeos—. Hazlo.
—¿Qué? —enrojeció aún más— ¡No! —estaba en el baño de la cafetería de Enma, era obvio que no iba a...
—¡Hazlo, maldición!
Detalles, solo detalles.
Y vergüenzas, muchas vergüenzas.
Fueron dos años llenos de incidentes telefónicos o presenciales.
Reborn era el que viajaba hasta Tsuna, se daba la libertad de quedarse en casa del castaño quien no le negaría hospitalidad, trabajaba y realizaba los asuntos que tenía que realizar. Pero en la noche, a pesar de las protestas, se colaba en la cama del castaño de vez en cuando, porque en ese punto era estúpido que el alfa le cediera la habitación de invitados para su estadía.
Le enseñó italiano a Tsuna porque era obvio que quería llevarlo a visitar sus tierras por un tiempo, además, la razón también fue basada en que seguían construyendo una relación que parecía duradera y dulce. Reborn se tomó como tarea principal fortalecer la autoestima del castaño, darle confianza para que aceptara su naturaleza alfa, y lo liberó de aquellos miedos que acunó desde la infancia. Todo eso pasó hasta que un día inevitable Tsuna accedió ante su destino.
—Digamos que te presentaré a mi familia en Italia —Reborn jugaba con su cuchara—, para hacerlo oficial y para que nos casemos allí.
—¿Ca-casarnos? —Tsuna enrojeció y casi deja caer su taza de té—. Pero... eso...
—Sí, casarnos —sonrió porque si Tsuna se negaba, ya habría tiempo de convencerlo. Tenía varias estrategias en mente para doblegarlo—. Y tiene que ser allá porque si no, mi abuela me matará.
Detalles más, detalles menos, Reborn lo tenía planificado todo. Empezó por avisarles a los amigos cercanos del castaño porque obviamente quería presumirles que se casaría con Tsunayoshi; además, se presentó con los padres de su amado novio, con quienes trató cuando estos regresaron de su viaje de "x"-ava luna de miel.
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Altivo, recurrente, y caótico.
FanfictionEl alma gemela de una persona describirá su futuro feliz o su frustración eterna. Así lo veía Tsunayoshi, así lo creyó hasta que un día halló a la persona que jamás quiso encontrar. R27Week2019 Día 1: Soulmates.