Debería odiarte, pero te amo. [Terminada]

capítulo once; pero más odio que no te pueda odiar.

Resulta que los poemas debían darse el día de ayer, pero yo fui la excepción, traté de sentarme lo más lejos posible de las primeras filas y al parecer logré ocultarme de Maria José, quién llegó rodeada de sus amigos, uno de ellos me logró ver, me regaló una sonrisa e hizo la seña de "me mamtendré callado", le articulé un gracias y miré al frente, después de diez minutos el profesor entró, llevaban un traje, era alto y moreno, se veía un hombre agradable.

—Buenos días, jóvenes-. dijo con una voz ronca y gruesa. —Hoy tenemos a una nueva compañera aquí con nosotros, y le pido que pase al frente, se presente y lea su poema-. pude ver a Maria José mirar a los lados y fruncir el ceño, ella nunca miró atrás como si supiera que la chica nueva estaba en frente de ella, me quedé paralizada y el maestro se sentó en su escritorio esperando a "la nueva compañera".

Me levanté y tomé mi libreta en donde había escrito el poema, no pasé cerca de Maria José, pero ella me miraba asombrada desde su lugar, me paré al frente y empecé.

—Mi nombre es Daniela Calle-. todos me miraban en silencio, unos cuántos chicos me sonreían, otros sólo no me ponían atención. —Mi poema se llama ❝Diez cosas que odio de ti❞, uhm.

—Puedes empezar-. escuché al maestro, lo miré y me regaló una sonrisa marcando el hoyuelo en una de sus mejillas, le sonreí y empezé a leer.

—Odio cuando me hablas-. inmediatamente se me vino a la mente cuando Maria José me decía algun comentario que yo no soportaba. —Y tu forma de conducir-. recordé el baile de primavera, donde todo empezó. —Odio tu tinte de cabello-. recordé cuando todas las chicas y chicos la comían con la mirada, Maria José es linda, ante todos los conceptos. —Y lo que llegué a sentir-. sentí mi voz romperse un poco, miré a Maria José y ella estaba seria, escuchando todo. —Odio tus espantosas botas-. miré sus botas y sonreí. —Y que me conozcas tan bien-. sentí una lágrima resbalarse pero no la limpié, quería acabar con esto. —Odio que sepas pensar y que me hagas reír-. todos volvieron a estar serios, estaban viéndome fijamente. —Odio que me hagas sufrir y odio que me hagas llorar-. mi voz se rompió completamente y mis lágrimas salían sin control. —Odio tanto estar sola, que no hayas llamado aún-. aquello lo dije mientras miraba a Maria José a los ojos, ella también estaba llorando y sus amigos miraban la escena asombrados, era la primera vez que Maria José lloraba en el instituto. —Pero lo que más odio es que no te pueda odiar, aunque estés tan loca, ni siquiera un poco lo he de intentar-. suspiré pesadamente mientras lloraba, no esperé a que el maestro diga algo o me diera permiso de salir, fui a mi lugar tomé mis cosas y salí del salón.

No sé cuánto tiempo llevaba encerrada en el baño, tampoco sabía cuánto tiempo llevaba Maria José dentro conmigo, viéndome fijamente y llorando conmigo.

—Daniela yo...-. escuchar su voz tan rota sólo me hizo llorar más, de alguna forma me dolía verla así.

—No tienes que decir nada-. la interrumpí, no quería escuchar ni una de sus excusas.

—Daniela, te amo-. ¿qué?. —Te amo cómo nunca imaginé llegar a amar, cuando te conocí y traté de acercarme a ti, tú simplemente me ignoraste y debí odiarte en ese momento-. era verdad, yo ni la miré. —Debería odiarte, tanto como tú me odias a mí, pero te amo tanto, te amo tanto que duele-. se acercó y me tomó de las manos, no podía verla a los ojos porque sabía que me rompería. —Mírame, Calle, te amo ¿me escuchas?-. me tomó de mis mejillas y me hizo mirarla, sus ojos estaban rojos al igual que su nariz. —Perdón por haberte dejado, perdón por haberme dado por vencida tan fácil, perdón por todo-. me abrazó y yo me derretí, no me había dado cuenta de lo mucho que la extrañaba tenerla de esta forma.

—Te odio tanto, Poché-. escuché su adorable risa y me pegué más a ella, no quería perderla nuevamente.

—Te amo más, Calle.

 

T     h     e          E     n     d.

Caché.