capítulo siete; odio que sepas pensar y que me hagas reír.

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—Calle, ¿estás molesta?-. estaba más que molesta, estaba completamente celosa y si Maria José se me acercaba más le iba a dar una bofetada.

—No, Maria José, no lo estoy-. escuché su risa y eso sólo me hizo enojar más.

—Vamos, amor-. empezó diciendo antes de que me tomara por la cintura y me pegara a su cuerpo. —No deberías estar celosa o enojada, como sea que estés en este momento, sabes que sólo tengo ojos para ti-. claro, pensé mientras rodaba los ojos.

—Eres tan preciosa, que me tienes pensando solamente en ti y en lo afortunada que soy por tenerte, eres inteligente y eres mía-. continúo diciendo mientras dejaba besos en mi cuello, yo a ese punto tenía los ojos cerrados y deseando más.

—Perdóaname, ¿sí?, ya no dejaré que las porristas se me acerquen, porque soy tuya y deben de respetarlo, te amo Calle, te amo sólo a ti-. la enfrenté y le di un beso, sentí sus manos apretar mis caderas e inconscientemente me pegué más a ella, tratando de ser solamente una, de ser una misma carne, me separé y pude ver su pecho subir y bajar rápidamente, esta mujer me estaba matando. —Solamente así se te pasa el enojo, ¿verdad?-. reí, porque sabía cómo bajarme el enojo, sabía cómo controlarme, me tenía a su disposición siempre.

—Sí, y tus amigas las porristas vieron todo, ahora estoy mejor-. le di un beso antes de separarme de ella y caminar lejos, moví mis caderas de lado a lado y sabía que su mirada estaba en mí, especialmente en mi parte baja, en estos momentos agradecía la sangre latina.





















Caché.

Debería odiarte, pero te amo.  [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora