Capítulo 3: Casi en problemas.

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NARRA HELENA.
Lo agarro fuertemente del brazo a Tobi e intento correr, pero es inútil ya que él es mucho más fuerte que yo.
-¿Qué ocurre? Pregunta desorbitado.
Antes de responder el chico de la moto se nos acerca y pregunta:
-¿Pidieron una pizza?
-Si, yo. Dice Tobi.
Luego de que él la pagara, el chico de la moto se va.
-¿Qué era eso de motochorros? Pregunta.
-Ya sabes... Ladrones que roban en motos. Digo, como si fuera algo lógico pero luego me acuerdo que acá, en Oregon, no existe esa palabra y nadie sabe su significado.
-Nunca había escuchado esa palabra.
-¿Vives cerca?Intento cambiar de tema ya que me siento como una tonta.
-Allí. Señala con su dedo un departamento en diagonal nuestro.
Recuerdo que debo irme a mi casa, mis padres deben de estar preocupados por mi.
-Oye Tobi, debo irme. Otro día te lo explico. Digo rápidamente.

Estaba frente a mi casa.
Entro.
Veo en la mesa del comedor a mi madre y padre sentados, mirándome seriamente.
-Hola, se me hizo tarde. Digo con una sonrisa.
-¿Dónde has estado? Pregunta mi madre.
-Había ido a hacer las compras, pero me quedé hablando con la señora Thompson, entonces se me hizo tarde y el supermercado ya había cerra..
No pude terminar de hablar ya que mi padre me interrumpió.
-No puedes irte así, sin avisarnos. Grita furioso mi padre.
-Pero..
-Pero nada. Dice mi madre enojada.
-¿No me van a dejar que les explique?
-Pensamos que te había pasado algo, no respondías nuestros mensajes. Dice mi madre con la voz entrecortada.
-Helena, te fuiste de la casa cuatro horas sin avisarnos nada. Comenta mi padre.
-Lo siento, es que me había quedado sin batería y no pude responderles. Trato de aliviar las cosas.
-¿Tanto tiempo para ir y volver del supermercado? Pregunta mi madre.
-No, me quedé hablando con un viejo amigo de la primaria.
-¿Y porque no nos contaste? Pregunta Lorenzo, mi padre.
-Les iba a contar pero no me dejaron terminar, por eso no les..
-¿Quién es ese viejo amigo? Me interrumpe mi padre.
-Tobías Wilsonn. Respondo.
-¿El pequeño que venía a casa, el de ojos celestes? Pregunta mi madre.
-Sí, él mismo. Digo.
Luego de aliviar la conversación, me despido de ellos y me dirijo al baño, necesito una ducha urgente.
Luego de una cálida ducha, me pongo una larga remera blanca que uso de pijama, conecto mi celular al cargador y me recuesto en mi cama.
Miro el reloj, van a ser las 00:00.

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   Holaa, acá tienen el tercer capítulo. Espero que les guste💕

¿Más que un simple profesor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora