Capítulo 11 - Morgan

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El invierno estaba empezando a dejarse ver por Virginia, y noviembre estaba disipando las temperaturas veraniegas a las que acostumbrábamos. Esto sería muy bonito, si no fuera porque estaba empezando a dejar de sentir el culo, por estar sentada en el maldito, frio, congelado y gélido tejado del instituto. Al menos la compañía era buena.

—Oye, Steven. ¿Qué opinas de la escasez de ardillas en Virginia?— Solté espontáneamente. —Joder, qué rara eres. Pero bueno. Por este tipo de cosas te quiero, ardillita—. Me dijo Steven tras darle una calada a su cigarro. Creo que en ese instante mí estomago dió un vuelco. O tengo gases o mariposas, y si son mariposas tiene que estar borrachas cómo mínimo. —Este es el momento en el que me arrepiento de haberme sincerado contigo, gilipollas—. Dije insultandole en broma.

—No te arrepientes, y lo sabes. Anda, ven aquí—. Dijo Steven. Que se levantó y se acercó a mí con intenciones de abrazarme. Enredó sobre mi cintura sus fuertes brazos y nos fundimos en un abrazo de oso. Por mucho frio que hiciera en ese pequeño tejado, Steven me transmitía una agradable calidez. Y entonces, cuando estaba tan a gusto y feliz, sonó la puñetera campana. —Ay, no—. Me quejé entre pucheros, con voz de niña pequeña, cuando Steven se separó de mí.

—Venga, capitana, que vamos a llegar tarde—. Dijo Steven divertido. —Qué remedio, mi equipo me necesita—. Dije encogiéndome de hombros y adelantando a Steven que estaba cogiendo su bolsa. —Eh, oye, ¿te piensas quedar con mi sudadera?— Dijo este, ya a lo lejos. —No sé, primero tendrás que alcanzarme—. Le respondí yo, y eché a correr escaleras abajo.

Tras correr por el instituto, llegamos a la pista de atletismo, justo antes de que llegara el entrenador para empezar los entrenamientos. Dejamos las bolsas en los vestuarios y nos unimos al resto del equipo, que ya había empezado a calentar. —Hey, pst, ardilla—. Llamó mi atención Steven. A lo que le respondí con un gesto de cabeza. —Aún no has respondido a mí pregunta—. Dijo entre susurros. Y la verdad es que no sabía por qué lo hacía, porque estábamos bastante alejados del resto del grupo.

—No sé de lo que me hablas—. Eludí el tema haciéndome la sueca. —Venga ya, Morgan. Sabes perfectamente de lo que hablo. Me refiero a lo que hemos estado hablando antes, en el tejado. Sobre...—Me intentó explicar Steven, pero el entrenador llegó y nos indicó los ejercicios, dejando a medio nuestra conversación.

—Venga va chicos, seguid con los ejercicios que empezamos ayer. Morgan, tú diriges—. Nos ordenó el entrenador, con su característica voz rasposa. Tras veinte minutos ininterrumpidos de salto de valla, decidí que era un buen momento para hacer un descanso. La verdad es que yo no estaba cansada, pero como ví que las animadoras habían parado también, decidí hacerlo para hablar con Scarlett.

Fui con decisión hasta las gradas donde las animadoras estaban reunidas bebiendo agua. No sabía las consecuencias que tendría lo que estaba apunto de hacer. Tenía ganas de darme la vuelta y huir pero ya era demasiado tarde, mis piernas andaban con rumbo fijo hacia una imponente pelirroja.

—Hey, Morgan. ¿A que no sabes qué?— Mi hermana me interceptó camino de hacer explotar una bomba, que oportuna. —¡Voy a ser la protagonista del baile de inicio de temporada! Bueno, junto con Scarlett, claro—. Y sin apenas darme tiempo a responder me soltó alegremente su logro. —Genial, Ronnie, me alegro muchísimo—. Dije sin mirar a mi hermana, porque estaba controlando que Scarlett no se fuera.

—Ah, y ¿te puedes creer que Valerie quería quitarme el puesto a ? Súper fuerte, ¿verdad? si ni siquiera sabe seguir el ritmo—. Terminó de añadir Veronica criticando a Valerie. —Sí, es increíble, bueno, nos vemos luego—. Dije apenas sin dejarla reaccionar. No podía perder esta oportunidad. Me acerqué a Scarlett que estaba parloteando con un par de chicas.

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