XVII. No quiero volver a tu lado

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Tan Lejos - No te va gustar

Hay un silencio tal en la habitación del hostel que hasta resulta incómodo. Federico está sentado en el suelo doblando las remeras en la valija, Diego sale del baño con sus potes de crema, Agustín dobla las bermudas a la mitad y las tira en su valija abierta encima de la cama y Peter guarda las ojotas y cierra su bolso. Diego lo mira de reojo y abre la boca para preguntarle algo, pero la cierra porque se arrepiente. Repite la acción dos veces más y en el tercer intento Federico lo interrumpe.

−Te voy a hacer una pregunta.

−No quiero que me hagas nada -responde Peter sentado sobre su valija y mirando el celular.

−Te la voy a hacer igual porque también me compromete -desobedece- ¿Por qué te enojas con nosotros?

−Creo que ya quedó claro.

−Eh, no.

−No tengo ganas de hablar, Federico. Así como ustedes nunca tienen ganas de hablar pero solo hablan para meter a los demás en quilombos, ahora el que no tiene ganas soy yo.

−Disculpame -levanta un dedo- pero ninguno sabía que te estabas curtiendo a ella -se defiende- estuvimos un montón de tiempo preguntándote con quién pasaste las últimas noches y siempre te hiciste el enigmático. Soy tarado, pero tampoco tanto como para ir corriendo a preguntarle a tu amante a dónde se puede festejar una despedida de soltero porque nunca le contaste que tu actual está esperándote con los anillos en mano.

−No quiero seguir hablando del tema -repite manteniendo una seriedad que se mezcla con bronca y se levanta en dirección al baño.

−La culpa la tenés vos -Agustín habla de repente y lo abruma tanto que Peter hasta se detiene a mirarlo- nos dejaste sin ganas de festejar.

−¿Todo esto es porque no pudimos armar la fiesta de soltero? -pregunta esbozando una risa que roza lo ironía.

−No, pelotudo. Todo esto es porque por tu decisión de mierda estamos terminando las vacaciones para el culo -dice tajante. Diego y Federico lo miran bastante alertas, pero ubicándose en un segundo plano.

−Agus...

−No, Agus ¿qué? -lo mira y lo enfrenta- te lo dije desde un principio y decidí creerte porque no sos esa clase de persona. De éstos dos tarados lo puedo sospechar, pero de vos nunca -y Diego le levanta el dedo gordo marcando un okey como quien agradece por haberlo definido de tal manera- dijimos que en Brasil íbamos a pasarla bien, pero si tenías problemas con Gala no tenías por qué venir a canalizarlos acostándote con otra.

−Mis problemas con Gala son de ella y míos.

−Y de Lali -agrega Federico en un susurro mientras abotona una camisa, pero pide disculpas cuando Peter le clava la mirada.

−No pareció -continúa Agustín- ¿Me querés decir en qué mierda estabas pensando cuando decidiste dormir con ella? -pero Peter no responde- ¿Te gustó? ¿Te resultó divertida? ¿Te enamoró? -y Peter baja la vista- porque aunque me respondas que sí a todo, nada te daba derecho a engañar a la mujer que le prometiste casamiento. Por eso no la atendiste nunca, ¿no?

−Me estuvo llamando desde que subimos al avión y no tenía ganas de hablar -se excusa en un hilo de voz- sabes cómo es Gala...

−Sí, sé como es. Y como sé como es, es que sé que podrías haberla atendido la primera vez para decirle que estábamos bien y si le pedís que no te moleste durante el mes te iba a hacer caso -habla firme y con conocimiento- así que no digas que los problemas que tenés con Gala son solo de ustedes porque ahora por acostarte con otra terminaste involucrándonos a todos -sentencia y cierra la valija. Agarra su celular y no le pide permiso al pasar, chocándole la mitad del cuerpo antes de salir.

MI ÚLTIMA CANCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora