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Kitchen: 3

... Y por esta razón empecé a llevar una vida de parásito.
Me permití estar sin hacer nada hasta que llegó mayo.
Así, disfruté cada día como si estuviera en el paraíso.

Iba, por supuesto, todos los días a mi trabajo de media jornada y después, limpiando, mirando la tele y haciendo pasteles, llevaba la vida de una ama de casa.
Poco a poco fueron entrando la luz y el aire en mi corazón y esto me hizo muy feliz.

Hyungwon: las clases y el trabajo; Suni: el bar de noche; por eso casi nunca nos reuníamos todos.
Al principio no estaba acostumbrada a dormir en un sitio de vida tan liberal, pero decidí ordenar mis cosas poco a poco, y pronto me habitué, a pesar de que era muy engorroso ir y venir de casa de los Chae a mi antiguo hogar.

Quería tanto el sofá de casa de los Chae como la cocina. Allí se podía saborear el sueño.
Oyendo la respiración de las plantas y sintiendo el paisaje nocturno al otro lado de las cortinas, me dormía al instante.
No podía desear nada más y era feliz.

Siempre había sido así: nunca me he movido hasta llegar al límite. También entonces,  cuando estaba en un momento realmente desesperado, apareció alguien y me ofreció una cama caliente, y eso, exista o no, se lo agradecí a Dios de corazón.

Un día volví a mi antigua casa para ordenar algunos paquetes que aún quedaban.
Cada vez que abría la puerta sentía un escalofrío. Aquel lugar, desde que ya no vivía allí, había acabado por aparecerse a la cara de un extraño.
Silenciosa y oscura, no hay vida. ¿No es como si evitaran mirarme todas aquellas cosas que estaba acostumbrada a ver? En vez de decir: 《Hola, ya estoy aquí》, debo entrar de puntillas diciendo: 《¿Molesto?》.

Mi abuela murió, y con ella murió también el tiempo de aquella casa.
Realmente sentí eso. No puedo hacer nada, ya... Sólo irme... Limpié la nevera mientras tarareaba sin pensar El viejo reloj de mi abuelo.

Entonces sonó el teléfono.
Era Minhyuk, tal como imaginaba al coger el auricular.
Era un antiguo... novio. Nos separamos en la época en que mi abuela se puso peor.

—¿Oiga?¿Yang Mi?— dijo aquella voz que añoraba hasta las lágrimas.

—¡Cuánto tiempo sin verte!

Pero lo dije con desapego. Hablar así quizá sea una mala costumbre, pero no tiene nada que ver con el fingimiento o la turbación.

—Como no vas a clases, he preguntado por ahí que pasaba y me han dicho que ha muerto tu abuela. No me lo esperaba... Ha debido de ser muy duro, ¿verdad?

—Sí, por eso estoy un poco ocupada...

—¿Puedes salir ahora?

—Sí.

Mientras quedábamos, alcé la vista hacia la ventana y, fuera, el cielo era gris y sombrío.
Vi que algunas nubes iban alejándose empujadas con fuerza por el viento. En este mundo..., con seguridad, no hay tristeza. Sin duda, no hay nada en absoluto.

Minhyuk era un chico al que le gustaban los parques.
Le gustaban tanto los lugares verdes, el aire libre y el campo que, incluso en la universidad, estaba a menudo en el jardín o en un banco al lado de los campos de deporte. Ya antes era leyenda que, si lo buscabas, podías encontrarlo en un lugar verde. Dicen que en el futuro quiere dedicarse a un trabajo relacionado con la botánica.

kitchen ;; chae hyungwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora