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En medio del campo de batalla, se enfrentaron Sirona, Celaswen y Sevaretriem.

Maximus y Aran van al frente de la legión. Son los primeros en dar inicio a la sangrienta guerra.

Los militares de Sevaretriem eran los más sangrientos de todos, estos iban con hachas, con catapultas y arpones.
Sirona y Celaswen solo contaban con Espadas, Flechas y perros rabiosos.

Si hubiese una forma de describir lo que iba a suceder solo hay una: Caos.

Si, el caos invadió a los de Sirona cuando en el tercer día de la guerra, un arpón traspasó el pecho de Maximus y salió por la espalda de este. El cayó de su caballo. Pero la guerra ahí no acabó, Aran llevó a Sirona más allá, empujó y lucho por dos semanas completas hasta llegar al rey de Sevaretriem Martín IV, allí, fue donde la guerra acabó.

Cuando Aran le clavó su espada en el abdomen y él le clavó el arpón justo en la garganta.

Ese fue el fin de la guerra... Sevaretriem quedó sin rey. Saejan, esposa de Martín, hermana del difunto Rey Sarada de Haejan, queda al mando de la gran nación de Haejan y Sevaretriem ahora unidas...

Y los hombres de Sirona junto a su rey lograron salvar a Celaswen y a Sirona... Con su vida.

Diarmid se arrastra por la tierra herido en una pierna, logra ponerse en pie y con los pocos sobrevivientes parte hacia Sirona con la devastadora noticia.

Diarmid se arrastra por la tierra herido en una pierna, logra ponerse en pie y con los pocos sobrevivientes parte hacia Sirona con la devastadora noticia

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Si bien sabía Artemis que Sevaretriem era un gran contrincante, su pecho latía con esperanza, al ver a su amado esposo, entrar por la gran puerta.

-¡Han llegado de la guerra!-Habla el mensajero y Artemis sale disparada con sus súbditos detrás.

Pero la esperanza desaparece en menos de un segundo.

Diarmid entra sollozando en su caballo. Detrás, es donde viene lo peor.

Un carruaje negro entra detrás de Diarmid.

Y Artemis siente que el corazón se detiene.

Corre hacia el Carruaje, y cuando abre las puertas, encuentra el cuerpo de su esposo, casi en estado de putrefacción debido a los días que tenía ya de muerto.

Un grito desgarrador sale de lo profundo de Artemis. Cae de rodillas y se golpea el pecho con fuerza.

Melody se acerca y la abraza evitando que se haga daño.

-Él... Él no... Él... Yo...

-Shhh...Ya Artemis... Ya...-Susurra Melody mientras acaricia el pelo de su amiga.

Cuando perdí a mi padre, tu estuviste ahí...Cuando perdí a Ruby, tu estuviste ahí, cuando perdí a nuestro hijo, tu estuviste ahí, cuando perdí a Luna, tu estuviste ahí... Pero nunca estuve preparada, para perderte.

Rosetta corre hacia el otro carruaje que llevaba el cuerpo de Aran. Y está se quedó paralizada...Y se rompió.

-¡TU!-Gritó ella caminando como una desquiciada hacia Artemis y la empezó a extrangular.-¡ME QUITASTE A MIS HIJOS! ¡ME QUITASTE MI HOGAR! ¡Y AHORA ME QUITAS AL HOMBRE QUE AMÉ!

Las lágrimas de Artemis caen por sus mejillas sin pretender parar.

Los guardias separan a Rosetta y la alejan de la reina.

-Si lo hubieses amado tanto... No le hubieses negado la paternidad a Demetrius, Madre.-Habló Melody y todos se quedan sorprendidos ante dicha conversación.

-¿Co-cómo te atreves Melodía?-Dice Rosetta indignada.

- ¡SI! Sabias que el era el padre de Demetrius pero decidiste que creciera como bastado privando a todos el conocimiento de que Aran era su padre ¿y ahora?

-No supe lo que tenía...-Solloza Rosetta mientras que sus hermanas llegan a apoyarla.

-No...-Interviene Artemisa y todos la observan.-Siempre supiste lo que tenías... Pero pensaste que no lo ibas a perder.-Dijo Artemis mientras se levantaba y arreglaba su corona.

-¡Tu eres igual o peor Artemis... Solo porque llevas una corona no eres mejor que nosotras!-Respondió una de sus tías.

-Claro que soy mejor que ustedes... Yo soy la reina, ¿que esperaban?-Artemis mira a los guardias.-Preparen un funeral. El rey de Sirona ha muerto.

-¡No tienes corazón! ¡ERES UN MONSTRUO ARTEMIS!-Grita su abuela ante todo el mundo que presencia aquella escena.

-No se que te duele más...Que sea un monstruo... O que lleve la corona que siempre quisiste y no tuviste.

Los murmullos se extienden como una gran ola.

-Si, refugiate en esa maldita corona... Crees que eres indestructible por eso.-Dice la vieja a Artemis mientras consuela a su hija Rosetta en su regazo.

Si supiera lo rota que estoy... Maximus... Si supieras lo muerta que estoy.

Artemis se quita la corona que lleva puesta y se la coloca a la vieja y esta la mira confundida al igual que todos.

-Ahí esta... Lleva la corona. Pero no es una reina... Lleva la corona... Pero yo soy la reina... Y ante mi se arrodilla el pueblo con o sin corona.-Pausa Artemis mientras le da la espalda y la mira por encima del hombro.-No es la corona lo que me hace una reina, yo nací siendo reina de Sirona. Y peleo por mi pueblo como una. Si quieres puedes quedartela abuela.-Dice refiriéndose a la corona.-Al fin y al cabo es lo más cerca del trono que estarás en toda tu vida.

Y cada presente, incluso Diarmid quién estaba shockeado por el asunto, abrió su boca sorprendido por el comentario que lanzó Artemis.

Artemis se dio la vuelta dejando a todos lamentandose por la perdida de su rey mientras que otros se burlaban de la vieja madre de Astor. Y entró al palacio cual elegante, con su frente en alto y sin un rastro de emoción en su rostro.

Los guardias del palacio y gente del servicio, sienten escalofríos al ver que tan rígido y frío es la expresión de Artemis en este momento... Como si estuviese vacía.

Si Astor era frío... Artemis era antártida.

Te odio Maximus. Por dejarme aquí sola... Te odio y te odiaré... Por no cumplir tu promesa de volver a mi.

Artemis entra a su recamara y allí se le cae su máscara. La Artemis soberbia, fría que era enfrente de su familia y los demás... Se había roto.



A veces el rey, debe de ser una reina...

Recordó las palabras que tanto Aran le repetía.

-¿Cuando le dí la orden de desaparecer General Aran?-Susurro Artemis mientras miraba el techo de su habitación con su rostro lleno de lágrimas.-¿Y ahora que?

Eso era una pregunta que mortifica a todos... ¿Y ahora que?

La Reina está sola.
Sin rey.
Sin mano derecha.
Sin heredero.

Y una enemiga. La reina Saejan.

ARTEMIS DE SIRONADonde viven las historias. Descúbrelo ahora