Dulce

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28 de Octubre 1996

Los minutos que los separaban se habían vuelto interminables, el autobús la había dejado a poco menos de dos calles y la intriga sobre que habría hecho su amiga la estaba matando. 

El edificio se veía algo diferente a la luz del sol, la primera vez que vino sintió como si este fuera mucho más pequeño, pero en realidad era enorme y antiguo. 

- Hola - al oír la puerta, Ville se levantó corriendo del sofá, tenía una sonrisa de oreja a oreja y al verla la saludó con suave beso en los labios.

- Llegaste temprano - él se quedó observándola mientras la abrazaba por los hombros - ¿Tuviste problemas con la puerta?-

- No, Linde me explicó sobre las cerraduras- Kalevi cerró la puerta tras de si - ¿Te interrumpo? Se que se suponía que llegaría más tarde, pero Cecilia y Mikko llegaron temprano y quise dejarlos a solas - la chica se notaba apenada y al notarlo Ville la abrazo.

- ¿Qué? No. Claro que no interrumpes en absoluto, estoy feliz de que ya estés aquí, moría de ganas de que llegaras. Estaba haciendo una pequeña siesta, estoy un poco dormido perdóname linda - le acarició la espalda - No hemos tenido casi tiempo de estar tranquilos, estuvimos corriendo siempre. Perdóname por eso también. Desde que la banda es tan formal, tenemos una agenda tan apretada. Cada vez que hago algo para mí que no tiene que ver con el álbum me siento culpable - 

- Ville- esbozó con pena y le hizo una caricia en la mejilla - Cuéntame, ¿como han ido las grabaciones? - luego de cerrar la puerta, los chicos estaban apoyados contra la pared conversando. Él apoyaba su antebrazo para sostenerse sobre ella. 

- Bien, algo estresados. Era necesario este fin de semana si te soy sincero. Las cosas entre nosotros siempre han estado bien, pero tener a alguien arriba nos pone tensos. Si por mi fuera el disco lo haríamos aquí- suspiró con cansancio - Basta de mí, ¿como fue tu día en el trabajo? -

No sabía si aquello era algo exclusivo con ella o que, pero Ville tenía la costumbre a la que ella llamaba, "chico caballo". Cosa que consistía en agacharse escondiéndose en su pecho sin dejar de abrazarla para quedar en su pecho y pedirle caricias. A Valo le fascinaba que le peinaran el cabello con los dedos y que le rascaran la nuca y claro que mientras tanto, también se aprovechaba de tener su rostro cerca del pecho de la chica.

- Nada fuera de lo común- comenzó a acariciar su cabello- ser mesera en Helsinki no tiene muchas emociones, pero no hablemos de trabajo, será nuestro día de descanso ¿si? -

- ¿Día? Cecilia me dijo que estarías hasta el lunes- Cuestionó confundido.

- Ahora entiendo porque ella armo mi bolso - su amiga se la había jugado. 

- ¿No te alegra pasar el fin de semana conmigo? - Ville hizo un puchero pero no puedo evitar que se le salieran unas risas.

Luego de una pequeña ronda de besos y caricias la joven se encaminó al baño, no había podido refrescarse desde que salió del trabajo y se sentía algo incómoda de estar ahí sin antes tomar una ducha.

Al fin estaba frente al misterioso bolso que Cecilia le había preparado, lo primero no fue nada sorprendente, era la ropa que había separado antes de irse a trabajar: "¿Que diablos?", dijo para si misma al ver su ropa interior. La morocha solo había puesto conjuntos de encaje bastante provocativos, Levi solía diseñarlos pero luego nunca los utilizaba, ahora no le quedaba de otra, pero cuando regresara se las iba a cobrar de alguna forma. 

La ducha logro relajarla, Ville pensó varias veces en meterse con ella, pero luego de debatirse, prefirió ayudarla a relajarse de su jornada de trabajo.

Ambos pasaron la tarde acurrucados en el sofá que él había acondicionado. Colocó la estufa, varias mantas y calentó agua para hacer café. De pura suerte encontraron en la tele "Dracula" de Francis Ford Coppola y junto a un bowl de palomitas, los dos se mantuvieron ocupados solo haciéndose compañía. Lo que había sido una mañana soleada ahora era una tarde lluviosa, el frío comenzó a hacerse obvio y durante el primer comercial Ville fue en busca de una manta para ambos.

Era increíble pensar que aquello le estaba sucediendo, si alguien siquiera le hubiera sugerido a la Kalevi adolescente que un día estaría así, junto a él, en el mismo sofá, disfrutándose mutuamente. Pobre chica, se habría burlado incrédula.

Para él también era una situación increíble y nueva, hacía tanto tiempo en que no se interesaba en algo más que no fuera la música o el vulgar sexo. Tenía sus "situaciones", pero nada a lo que realmente se comprometiera, al menos no por su parte. No insinuaba que ahora cambiaría una vida por otra, pero quizá había comenzado a pensarlo. Al fin se sentía cómodo con alguien, habían hecho un click como nunca antes. 

Normalmente no llegaba a nada serio con nadie, no le costaba conseguir mujeres, era el problema, por eso nunca tubo seriamente algo relevante con ninguna y a pesar de que tenía un tiempo viendo a una chica, tampoco se sentía atado a ella como para no estar con alguien más. 

La canosa estaba colocada de forma en que Ville pudiera apoyar su cabeza en su busto, el contorno del rostro de su enamorado era incomparable, tanto que si apenas podía concentrarse en la película, ni siquiera el gallardo Gary Oldman podía hacerle pensar en alguien más que no fuera Ville. Por un momento quedo perdida en sus pensamientos, tan así que no pudo notar que el joven le estaba solicitando atención desde hace rato.

-La tierra llamando a la chica más hermosa - simuló un teléfono - Necesito qué vuelva aquí, la extraño -

Levi le reprochó con dulzura mientras el silenciaba sus "quejas" con besos.

 
Eran tan exquisitos, dulces como el chocolate y suaves como el terciopelo, ese hombre era único y aun no comprendía como era tan afortunada.

- ¿Tienes hambre? - consulto pícaro

- Un poco, ¿sabes cocinar? -

- Oh muñeca, no se si te lo hayan dicho pero yo- hizo una pequeña pausa - soy un profesional  llamando repartidores -

El reloj marcaba las ocho treinta mientras ambos organizaron la sala, Ville colocó vasos y platos mientras Levi se ofreció en busca de alguna bebida.

La calle estaba terriblemente fría, no era una novedad, pero si algo a lo que debía enfrentarse con una chaqueta liviana, buscó el local más cercano y volvió corriendo con dos botellas de vino y limonada.

La cena estuvo deliciosa, y mientras observaban otra película, en este caso The Nigthmare on Elm Street una tormenta se desataba afuera. Levi estaba a punto de lavar los platos cuando la luz comenzó a ir y venir hasta finalmente dejarlos a oscuras. Kalevi, algo desorientada llamo a Ville, ya que no recordaba bien donde estaban las puertas.

-Cariño espérame allí que voy por ti - pronto el joven estaba junto a ella en la oscuridad. Este se alejó un momento hacia un aparador en donde tenía velas de emergencia y un encendedor, con cuidado de no quemar nada por accidente colocó la vela en un plato y se dispuso a buscar mas.

Una hora había transcurrido desde que se había cortado la luz y parecía no tener planes de volver. 

La tormenta no cesaba y los truenos y relámpagos resonaban en toda la casa.

El castaño la guió hasta el dormitorio, pues dado el panorama, no había mucho más que pudieran hacer.

All I ever wanted was you, my love...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora