Pasaron los días y todo era igual. Cada día el mismo entrenamiento, la misma rutina, la misma persona pero nunca una conversación. Todo parecía tan lento, hasta que note que el día se había acercado. El fin de semana comenzaba, y era tiempo de ir por mi hermana.
El sol apenas salía, pero este día no era igual a los demás. Marcus se levantó antes que yo, como es común y preparó un desayuno. Esta vez consistía en dos paquees bañados en miel de maple. Al ver la mesa preparada me quedé sorprendida, pues lo único que habíamos desayunado toda la semana era cereal. Era lo único que había en la cabaña.
- ¿Y esto? - mi voz estaba sorprendida y agradecida.
- Me tomé la libertad de cocinar algo distinto. Hoy es el día y tenemos que planear bien nuestra estrategia. Supuse que habría menos presión si había algo que alegrara tu dia. -
Ante su respuesta mi corazón se siente halagado, pero aun así no logro concentrar ninguno de mis sentimientos mas allá del miedo.
- Tengo miedo Marcus. Se que debo de ser fuerte por Edith, pero siento que entraré a la boca del lobo para nunca salir. Ella es lo único que me queda, y no dejaré que nadie más muera a causa mia. - Mi voz tiembla mientras digo cada palabra.
- Mira, se que Nicolai te dijo que fueras por tu cuenta, pero que te parece si no vas sola. -
- ¿Y dejar que Edith muera en las manos de ese monstruo? ¡Para nada! -
- Tecnicamente podría ser de ayuda. ¿Has pensado que tal vez no cumpla su palabra? El que vaya contigo te permitira sacar a tu hermana sin ningún rasguño. Soy mas fuerte que tu. Si el intenta faltar a su palabra, estaré ahi para evitarlo. -
Por un momento, mientras saboreo los panquees, me doy cuenta que tiene razón, asi que acepto.
Al terminar el desayuno, empiezo a empacar para un fin de semana. Entre un corazón palpitando lo más fuerte posible y un miedo terrible un ataque de ansiedad empieza en mi. Trato de calmarme pero es inútil, quiero salir corriendo. Dejo caer las cosas que estaban en mis manos, e intentó correr hacia la puerta. Inmediatamente Marcus corre hacia mi, a tal velocidad que me detiene como si hubiera chocado con algo. Inmediatamente me toma de los hombros.
- No puedo. No puedo. - Mi voz quebrantada, con lagrimas en los ojos me desplomo al suelo.
- Tranquila. - Marcus me abraza fuerte. Mi cabeza reposa en su hombro. El abrazo me empieza a tranquilizar. - No será facíl, pero por algo eres la elegída.
Después de un tiempo asi, logro tranquilizarme por completo y regreso a hacer mis maletas. Exactamente a las 7 de la noche salímos de la cabaña. En menos de 5 minutos, llegamos al lugar donde Nicolai me había citado.
El chico tan hipnotizante, de cabello negro y ojos azules sale de la casa abandonada con tal prepotencia como un niño con los mejores juguetes.
- Te dije sin compañia. ¿Quieres poner a tu hermana en riesgo? -
- Esta aquí por ella. ¡¿Donde está?! - Mi voz toma fuerza y sale con toda seguridad.
- Cariño, sal. - gritó hacia dentro de la casa.
Edith sale con sangre en el su blusa y con un aspecto muy descuidado.
- ¡Máldito! ¿Que le hiciste? - Trato de atacarlo pero Marcus me detiene del brazo.
- Te puedes ir - le dice Nicolai a Edith, quien corre hacia mi para abrazarme.
Las lagrimas en sus ojos y la desesperación en su voz hacen que la abrace con fuerza y se la entregue a Marcus.
- Cuida de ella. Es tiempo que acabe con este patán. -
- Ven a mí "Futura Reina". - puedo notar un tono burlón en su voz.
Casi de inmediato Marcus me tomá del brazo. Antes de irse me entrega una caja de cuero y una nota.
"Querida Jen,
Esta es un arma de los cazadores, solo funciona con humanos. La podrás utilizar un día y otro podrá ser letal para ti. Espero sea de ayuda.
con cariño, Michael"
Asiento con la cabeza.
- Estoy lista. Tenemos el plan. Todo saldrá de acuerdo a lo planeado, lo prometo. Despúes de esto, podremos tener de vuelta el Elixir, y esta guerra finalmente comenzará. -
- No caigas en sus trampas. Sus mentíras entrarán en ti si no tienes la precaución debida. - Marcus susurró a mi oido
- Si tardas un poco más cambiaré de opinión y tu hermana ya no saldrá de aqui con vida. -
Al escuchar esas palabras entré de inmediato a la casa. Mi mirada regresó a ver a mi hermana, quien con una tristeza profunda se volteó y se fue con Marcus.
- ¿Para que tanta vuelta al asunto? Dime para que me querías aqui. ¿Para matarme? Estoy preparada ¡Atreveté a hacerlo! -
- No cariño. Estas aqui para escuchar mi versión de la historia. Verás, yo no quiero asesinarte, pero pienso que la que tiene mucho que perder aqui eres tu. -
Enredó su brazó alrededor de mi cuello y me llevó a mi habitación. Un cuarto con mucho lujo para ser abandonado. Una cama como de princesa; colchas rojas, cortinas rojas y habitación cafe con detalles dorados.
- Sabes que la profecía habla de la conexión mística ¿Cierto? -
Mi cabeza asienta.
- Pero esa no es la verdad. Nosotros fuimos elegidos para reinar juntos, para tomar el poder. La Sociedad Vampiríca es la que ha cambiado la historia. - Se recuesta en mi cama mientras pronuncia esas palabras.
- ¿Y que te hace pensar que te creeré? -
-Conviviermos por tres días, y al final, tu me dirás si miento o no. -
- Trataste de matar a mi hermana. Te alimentaste de ella. ¿Crees que no puedo simplemente pelear de una vez e irme? -
- Si podrías, pero sabes que no ganarías. Además, hice todo eso por que era la única forma de que vinieras. ¿Acaso no vez que estan detrás de mi? Un paso en falso y muero. Entre mas agresivo, más cerca estoy de la verdad. - Se levanta de la cama y se posa frente de mi. Sus ojos son tan azules que me dejan sin palabras
- Solo damé estos tres días. Prometo que si quieres seguir con esto, entonces seguiremos. Tu y yo, de enemigos como ha sido predestinado. -
- De acuerdo - mi voz sale sin dudar de mi respuesta.
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The Vampires Prophecy: La elegida
Wampiry¿Qué pasaría si la obsesión de toda tu vida en realidad solo fueran señales de tu destino? Una investigación, una pasión, una obsesión que llevó a mi vida al borde de decidir entre la vida y la muerte. Esas creaturas que se alimentan de sangre, con...