6. ¡A la mierda!

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Era lunes, un lunes normal como cualquier otro, sin más ni menos.

Me despedí de Adele para poder entrar a mi salón de clases, ya que se había acabado el recreo. Camino directo a mi asiento.

—Oye, Joe.— alguien me llama a mis espaldas, y no quiero voltear porque no quiero encontrarme con el dueño de esa voz, pero sin otra cosa que poder hacer lo hago.

—¿Qué pasó?— le pregunto cortante y sin rodeos, no quiero hablar con él.

—¿Cómo has estado?

—Bien.

—¿No quieres hablar?, pensé que quedamos en ser amigos.— dijo en modo de reproche.

—Jayr, nunca quedamos en nada de amigos, la veces que lo intentamos tu echaste a perder todo, contigo no se puede tener un conversación normal y decente.— contesté enojada con él.

—Pero, ya te había perdido perdón todas las veces que la cagué, solo quiero saber de ti y si estás bien.

—Estoy súper genial.— levanté mis pulgares hacia él. —No te necesito en mi vida, ya te superé, ya no quiero tener contacto contigo, por eso no he contestado tus estúpidos mensajes. Aparte siempre te quieres meter en mis asuntos, en sí conozco a alguien nuevo o si salgo con alguien, ya no es tu puto asunto, Jayr.

—Te entiendo, perdóname pero fuiste una persona muy importante en mi vida.— comenzó a decir y lo tuve que interrumpir.

—Si fui tan importante en tu puta vida no me hubieras lastimado y mentido como lo hiciste, así que ahórrate tus palabras.— contesté molesta y tratando de terminar la conversación.

—Lo siento, bueno te dejo y ya no te molesto más.

—Gracias, y adiós.— me despedí y antes de seguir avanzando escuché que me volvió a llamar, volteé hacia él. —¿Ahora qué?—

—¿Todavía tienes la sudadera que te di hace tiempo?, es que la necesito.

—¡Vete a la mierda, Jayr!, esa sudadera ya la tiré hace más de un año.— y me volteé para seguir mi camino hacia mi asiento.

★★★★★★

Al terminar la clase fui directo hacia la salida de la Preparatoria, para encontrarme Adele que ya estaba en la entrada hablando con un chico del cual ya me había hablado.

—¿Cómo te fue?.— preguntó Adele después de haberse despedido del chico.

—Lo normal, creo. Jayr me habló y discutimos, bueno sé que yo tuve la culpa porque me puse a la defensiva pero me cansa hablar con él.— respondí subiendo los hombros al final para decir que no tiene importancia.

—¡Ay, Joe!. No seas dura contigo misma, el wey se lo buscó, no sabe cerrar sus ciclos y al final siempre busca a alguien más quien culpar de sus errores.— dijo con la voz más seria que había oído de parte de ella.

—Tal vez tienes razón, Adele.

—¿Tal vez, estúpida?, tengo la maldita razón sin más.— se defendió con su voz arrogante y haciendo un ademán con los brazos.

—Vámonos, que por tu culpa se nos va hacer tarde.

—¿Ahora porqué es mi culpa?

—¿Quién se quedó platicando a la salida con el chico guapo?

—Yo, pero en mi defensa tiene buenos argumentos.— contesto tomándome de la mano y con la otra haciendo como si se estuviera echando aire de lo caliente que está de pensar por el chico.

Lo Peor De MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora