Capítulo VIII

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La felicidad invadía a Natalia tras saber que Alba estaba enamorada de ella, pues nunca se había imaginado que eso ocurriera. Pero la felicidad se veía algo empañada por el remordimiento.

No sabía como cortar con Mikel, pero era algo que quería hacer. Tampoco quería hacerle daño a Alba ni que tuviera que esperar para que pudieran estar juntas.

El jueves de la charla y la confesión, Alba y Natalia cenaron juntas en el salón de su piso, como hacía tiempo que no hacían, y posteriormente vieron una película en Netflix. Ambas acabaron durmiéndose abrazadas en el sofá, y cuando Natalia se despertó a las tres y media de la madrugada, cogió a Alba en brazos y la llevó hasta su habitación, y tras arroparla y darle un beso en la frente, se fue a su cuarto a dormir.

A la mañana siguiente, Alba se despertó de primera, pues aquel viernes tenía clase a las ocho y media de la mañana, así que le dejó el desayuno preparado a Natalia antes de irse a la universidad, acompañado de una nota, donde ponía: "Nat, he tenido que irme a clase, pero espero que el desayuno esté rico. Sé que hemos dicho que nos lo tomaríamos con calma, para que hables con quien ya sabes, pero me apetece que vayamos a comer juntas hoy. Te paso a buscar a tu facultad a las dos, que sé que a esa hora terminas las clases. Nos vemos después. Te quiero. Albi".

Natalia se había derretido con aquel mensaje de Alba y con que la rubia supiera sus horarios y clases. Aunque le había prometido a Mikel que comería con él y con su madre, quedar con Alba era una idea que sonaba mucho mejor.

Natalia: Mikel, no voy a poder ir a comer hoy con tu madre y contigo. Seguro que todo va bien sin mí. ¿Qué tal lo llevas?

Mikel: Joder Natalia, ¿cómo puedes hacerme esto? Te dije que era importante para mí. Además, ¿cómo quieres que esté? MIS PADRES SE ESTÁN DIVORCIANDO.

Natalia: Mikel, seamos sinceros, yo no pinto nada en esa comida, no es el momento de que conozca a tu madre. Lo siento Mikel, ¿quieres que nos veamos después de comer?

Mikel: Siempre estoy ahí para ti, cuando me necesitas. Eres una egoísta de mierda. Si no apareces por la comida con mi madre, no quiero verte más.

Natalia: Mikel, te estás pasando. Y lo que dices no es verdad. Siempre estoy ahí para ti, pero como te dije el otro día, no creo que sea buena idea que vaya a esa comida familiar.

Mikel: ¿Qué quieres decir con eso? ¿Por qué no es buena idea que vengas?

Natalia: Mikel, seamos realistas, no tenemos nada lo suficientemente serio como para que vaya a conocer a tu familia.

Mikel: ¿Así que no tenemos nada serio? Primera noticia.

Natalia: Sé que estás mal y que quizás no sea el mejor momento para hablar de esto, pero lo justo es que seamos sinceros entre nosotros, y ambos sabemos que lo nuestro tiene fecha de caducidad.

Mikel: Sin duda, no teníamos la misma versión de nuestra relación, pero ya lo entiendo. No quieres que sigamos juntos, pero ¿sabes algo? Esto no se va a quedar así. No estoy dispuesto a tirar todo esto por la borda, y como mínimo, quiero una conversación. Me paso después de comer por tu piso, y espero que estés ahí.

Natalia: Nos vemos esta tarde.

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A las dos en punto, Alba estaba sentada en un banco que había frente a la puerta de la facultad de Natalia. Estaba emocionada porque, de alguna manera, esa comida era algo especial, pues aunque no era un cita como tal, sabía que era el inicio de algo. En realidad, era una tontería, pues salir a comer juntas no era nada nuevo, pero ese día, sin duda alguna, tenía un matiz diferente, y eso a Alba le encantaba, y esperaba que a Natalia también.

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⏰ Last updated: Oct 12, 2019 ⏰

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