Rencor ¹ / [MDZS] - Zhuiling

Capítulo 10: - Lágrimas y un incidente -

Cuando Jingyi bajó adelante de sus dos amigos, vió como su primo estaba sentado en las escaleras y las lágrimas bajaban por sus mejillas rojas. Sujetaba con mucha fuerza su uniforme en el sector del pecho haciendo que la camisa bien planchada se arrugará poco a poco. Al principio se quedó estático sin saber que hacer; hace tiempo que no lo veía actuar de esa manera y la última vez fue cuando su madre adoptiva falleció a causa de una enfermedad incurable. ¿Se supone que debía decir algo? ¡Vamos, apura!

¿A quien no le gusta que el timbre que indique que las clases finalizaron por el día de hoy? Nadie, ¿verdad?

A penas salió de su aula fue directamente hacía un salón en específico. Habló de manera tranquila con una persona y después salió como si nada hubiera ocurrido. Pero su semblante era diferente al como fueron las primeras horas de estudio. No habló con Jingyi ni se despidió de el, así que es muy obvio que tampoco lo hizo con el nuevo estudiante. No es que no quería despedirse de él, si no el motivo era que no podía verlo al rostro nuevamente.

Como es el primer día de clases - que ya había culminado - los alumnos tenían la libertad de salir de la institución sin tener que formarse en el patio como suele ser. Unas filas por cada grado, bien estructuradas y rectas; cuando alguien se posicionaba al frente de una fila, solo debía ver una cabeza y si veía otra, inmediatamente lecciones de postura recta con el profesor encargado de etiqueta y bellas artes antes de salir. El chico salió caminando lentamente, con una postura recta y sus dos manos a sus costados. Cargaba una mochila no llamativa en su espalda y nada más. Por un momento se detuvo para solamente mirar para atrás y sus dos ojos verificaron que definitivamente había hecho esa persona lo que le pidió. Ahora si, podría salir con tranquilidad.

Cuando salió por fin, visualizo a su padre a la vista a un lado del automóvil familiar. Levantó la mano para darle entender que estaba allí y sin apuro se dirigió a dónde él.

- Buenas tardes, padre. Gracias por recogerme - agradeció sinceramente e inclina medio cuerpo para adelante en señal de respeto.

- No te preocupes. Sube - habló con una voz suave o más bien intentó, haciendo sorprender un poco al hijo de este. No le dió más importancia, tenía el conocimiento que su padre intentaba algunas veces ser dulce con su hijo, no obstante, al haber crecido en una familia estricta en dónde se podía sonreír y ser dulce raras veces, no era fácil decir palabras o ser dulce. Pero claro, lo intentaba solamente con su amado hijo.

Luego de subirse al auto, el mayor encendió los motores y partió rumbo a la casa de ambos. Una casa algo grande para solo dos personas aunque no deja de ser acogedora.

El padre miró por el retrovisor a su hijo que estaba sentado en la parte trasera, el rostro del menor era de preocupación y miedo a la vez. Cómo si aguantará llorar en medio camino y no pudiera hacerlo por respeto y disciplina. Al percatarse, sus ojos se abren ligeramente y con la preocupación en su pecho, conduce con un poco más de velocidad con la finalidad de llegar más rápido a su hogar. Quería conversar con el menor lo más pronto posible para saber que ha pasado con su hijo, su único hijo al que ama con todo su corazón.