Capítulo 1

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Narra Richie

Salimos de la escuela y nos reunimos en la entrada de esta, abrimos nuestras mochilas y tiramos nuestras carpetas y cuadernos dentro de un bote de basura. Los seis nos miramos y sonreímos con felicidad. Al fin terminábamos las clases y teníamos un verano libre de mierdas, de payasos y cosas raras; tendríamos un verano normal como todos en Derry.

—¿Qué haremos ahora?

Preguntó Bev, mirándonos. Nos miramos entre nosotros y recordamos a Mike, había prometido que volvería a estar con nosotros cuando las clases terminasen.

—A-a-a-hora, volver a casa —dijo Bill con algo de dificultad debido a su tartamudez—. N-nos r-r-reuniremos en el lago m-mañana —nos miró a todos—. Llamaré a Mike.

Asentimos antes de dirigirnos hasta nuestras bicicletas. Esperé unos minutos hasta que mis amigos comenzaron a salir para detener a Eddie.

—¿Quieres venir a mi casa, Eds? Podemos pasar por tus cosas a tu casa, si quieres.

Eddie me miró, pensó unos segundos para luego asentir.

—¿Le preguntarás a tu mami si te deja quedarte? —le sonreí de manera burlona.

—Idiota —se subió a la bicicleta—. Vámonos antes de que me arrepienta.

Sonreí nuevamente imitando su acción, sin dejar de pensar en lo mucho que me gustaba su rostro cuando se enfadaba conmigo. Ambos emprendimos camino hasta su casa y, luego de que Eddie tomara algunas cosas, dejara otras y se despidiera de su madre, nos dirigimos a mi casa. Una vez allí, nos encerramos en mi cuarto, dado que mis padres no estaban. Me desplomé en la cama y lo miré esperando que él también lo hiciera.

—Tu habitación es un chiquero —se quejó acercándose para mirarme desde arriba—. ¿Cómo no te enfermas? —sacó su inhalador.

—Ya acuéstate y deja eso. Ya sabes que es un placebo.

Lo tomé de la muñeca, tiré hacia mí haciendo que se acostase a mi lado para quitarle de un tirón el inhalador.

—Lo he usado desde siempre.

Intentó sacármelo, pero se lo impedí.

—Richie, devuélvemelo, si vuelvo a casa sin él, mi madre volverá a alejarme de todos.

Recordé cuanto tuvimos que rogarle a la madre de Eddie para que lo deje salir, hasta que, al final, le ganáramos por cansancio. Me quitó el inhalador aprovechando mi pequeña distracción.

—No vuelvas a quitármelo.

Se levantó de la cama y buscó en la mochila que había traído, sacó unos cuantos cómics, volvió a acostarse y colocó sus pies sobre mi pecho.

—Vamos, Eds, no me digas que solo eso vamos a leer hoy —me miró sin entender—. Veamos algo mejor —aparté sus piernas y me senté—. Levántate.

Ambos nos levantamos de mi cama, levanté un poco el colchón y saqué unas cuantas revistas porno que había conseguido. Miré a Eddie con una sonrisa, él solo me dirigió una de sus clásicas miradas de desagrado, puse el colchón en su lugar, volvió a acostarse rápidamente y tomó uno de sus cómics.

—Realmente eres asqueroso —cubrió su rostro con la revista.

—Vamos Eds, no me digas que no te gusta esto —le quité el cómic, abrí una página cualquiera de una de mis revistas y se la enseñé—. ¿O es que prefieres una mujer más parecida a tu mami?

—Cállate, idiota. Simplemente no creí que vendríamos a tu casa solo a masturbarnos con revistas porno.

Eddie no debió hablar así, no debió hacerlo, no ahora, no cuando podía pensar algo más, cuando estábamos solos. Había imaginado una situación similar muchas veces durante el último tiempo.

—¿Qué tienes? —preguntó—. No me digas que te pusiste triste porque acabo de descubrir tu plan.

Negué con la cabeza, abrí la boca para decirle la verdad, pero, al último segundo, me quedé callado, acomodé mis anteojos y le devolví el cómic que le había quitado.

—¿Richie?

Me acosté justo frente a él y comencé a mirar la revista sin mucho interés. Hacía tiempo que había descubierto que las mujeres no me gustaban, pero no quería decírselo a nadie y arruinar mis amistades, mucho menos la que tenía con Eddie. Ya lo habían alejado de nosotros casi medio año, no quería que volviera a pasar, menos por mi culpa.

—Últimamente actúas raro —se recostó quedando enfrentado a mí—. No, últimamente no. Lo haces desde que he vuelto al grupo. Siento que nos ocultas algo.

Colocó sus piernas sobre mí como lo hacía siempre. Solté un suspiro pesado sintiéndome incómodo con Eddie por primera vez desde que nos conocíamos. Tenía razón, pero antes de que pasara, no me había dado cuenta de lo mucho que lo quería.

Cuando comenzó a anochecer y se acercaba la hora en que mis padres llegaban del trabajo. Guardé mis revistas y lo miré, él seguía concentrado en su estúpido cómic. Busqué en una caja que tenía debajo de mi escritorio algunas películas de terror.

—¿Quieres hacer una maratón de películas? Tengo varias nuevas.

Me giré hacia él, Eddie dejó de lado su revista y me miró, para luego asentir. Sonreí, salimos de mi habitación y nos dirigimos a la sala. Puse el vhs, nos acomodamos en el sofá cada uno en un extremo como de costumbre, Eddie fijó al instante su mirada en el televisor, mientras yo solo me dedicaba a mirarlo. Me alegraba que Eddie estuviera aquí luego de pasar casi medio año sin poder vernos. Unos cuantos minutos después de empezar la película, llegaron mis padres, ambos nos saludaron sin mucho interés en nosotros y nos dejaron solos en la sala. Un rato más tarde, mi padre nos dejó un par de cajas de pizza, algunos dulces y una gaseosa para comer mientras veíamos las películas que teníamos pendientes.

***

Nos levantamos temprano a pesar de habernos dormido bastante tarde, nos alistamos y salimos en dirección al lago, dónde Bill nos había citado ayer. Al llegar, nos encontramos con Bill, Bev y Ben sentados en una roca, ni bien nos vieron los tres nos saludaron. Cuando Mike y Stan llegaron, nos metimos al agua, aunque Eddie se negó unas cuantas veces a meterse, al final lo hizo. Un par de horas después, decidimos salir del agua, Beverly se acostó en el suelo bajo la atenta mirada de cinco de nosotros. Por mi parte, desvié la mirada a Eddie que babeaba por ella. Solté un suspiro, me levanté, me vestí y me alejé de ellos. No me apetecía seguir viéndolo así. Unos instantes después, justamente ella se acercó a mí, me tomó del hombro y me miró.

—¿Por qué tan apartado?

—No es nada, Bev.

Se giró para mirar por encima de su hombro, supuse que miraba al grupo que seguía sentado junto al agua.

—Ven, alejémonos de ellos, así me dices que sucede.

No me dejó siquiera contestar, me tomó de la muñeca y me alejó aún más.

—Dime, ¿qué sucede? Nunca estás tan callado cuando estamos juntos y nunca dejas de molestar a Eddie, de hacer que algo le dé asco, o empiece a gritarte —desvié la mirada acomodando mis anteojos, luego solté un suspiro—. ¿Tiene que ver con Eddie? —la miré rápidamente, ella sonrió—. Acerté.

Volvió a sonreírme, solté un suspiro pesado girándome hacia los demás, no parecían haberse percatado de que nos habíamos alejado para que no nos escucharan, esperaba que siguieran así. Volví a mirarla para que continuara.

—Llegaron juntos, así que, no creo que se hayan peleado. Algo sucede entre ustedes dos —se cruzó de brazos—. Anda, dime de una vez, no se lo diré a nadie.

Inhalé conteniendo el aire unos instantes. Parecía no tener más opción que hablar con Bev sinceramente, solo esperaba que fuera tan confiable como decía serlo, no quería que todo se fuera a la mierda y terminara recibiendo más golpizas por parte de Bowers y su grupo de imbéciles.  

**

Muy buenas~ acá traigo el primer capítulo de este mini fanic. Los capítulos serán cortos, pero espero que les guste mucho y lo apoyen aún más. Se les agradecen los votos y comentarios.

No quiero callarlo [Reddie parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora