Narra Eddie
Richie y yo llevábamos un mes juntos. Bev era la única que lo sabía, los demás se enterarían con el tiempo, Richie había respetado mi decisión de mantenerlo en secreto algunos meses al menos. Lo miré con una pequeña sonrisa, él se encontraba completamente concentrado en su película de terror, por lo que no le presaba atención a nada más. Me acerqué un poco a él y coloqué mi cabeza en su hombro.
—¿Te aburres? —negué con la cabeza—. No le estás prestando mucha atención a la película —me miró, simplemente me encogí de hombros—. ¿Querías que te preste atención? —sonrió—. Solo tienes que pedirlo, Eds.
—No me llames así.
Me aparté de él cruzándome de brazos, él esbozó una sonrisa burlona.
—Está bien, Eds.
Solté un suspiro pesado, era evidente que no me haría caso jamás con eso. Se acercó a mi rostro con, supongo, la intención de besarme, pero rápidamente coloqué mi mano sobre sus labios.
—Podrían bajar tus padres —le susurré—. No quiero que nos vean, no sabemos cómo podrían actuar.
Soltó un pequeño suspiro, apagó el televisor, tomó mi mano y se puso de pie.
—Vamos a mi cuarto entonces.
No esperó a que contestara, simplemente hizo que me levantase y me guio hasta su cuarto. Una vez dentro, cerró la puerta a nuestras espaldas. Sonreí, para Richie era más importante poder besarme con tranquilidad que sus amadas películas de terror.
—Ahora no hay ningún problema, ¿verdad?
Me tomó de las mejillas con una sonrisa en el rostro, al instante sentí que mis mejillas comenzaban a arder. Coloqué mis manos en sus muñecas, sintiéndome completamente avergonzado. Estábamos juntos hacía un mes ya y aún no me acostumbraba a que Richie se comporte así conmigo.
—¿por qué tienes esa cara? —se acercó a mi rostro haciendo que cerrase los ojos automáticamente, escuché que soltaba una pequeña risa—. Eres realmente lindo, osito Eddie.
Me besó, correspondí torpemente. Tampoco había aprendido a besar este tiempo. Nos separamos unos instantes después, nos miramos sin decir ni una palabra. Bajó sus manos de mis mejillas a mis hombros para llevarme hasta su cama y hacer que me sentara, él se acomodó a mi lado.
—¿Quieres dormir conmigo? Puedo cerrar con seguro la puerta.
Asentí, se levantó de nuevo y le puso seguro a la puerta, por mi parte, me levanté para ponerme mi pijama, aunque solo logré quitarme la camiseta, al instante, Richie pasó sus manos por mi cintura abrazándome por detrás.
—¿Qué sucede?
Pregunté cuando colocó su mentón en mi hombro, no respondió, solo pasó una de sus manos de mi abdomen hasta mi pecho haciendo que me estremeciera.
—No me toques así... —susurré apartando sus manos—. Deja que me cambie.
Volvió a tomarme de la cintura y me giró para que lo mirase.
—¿Quieres que te ayude a desvestirte?
—Déjame, idiota —me aparté de él, recibiendo por su parte una sonrisa socarrona.
—¿No quieres que te ayude? —intentó tomar mi cintura, pero me alejé.
—Sé lo que quieres, pero ahora no quiero hacerlo, prefiero pasar la noche tranquilo.
Soltó un pequeño suspiro para luego asentir, se apartó de mi dejándome cambiarme. Luego de cambiarnos, nos acostamos en su cama uno frente al otro. Normalmente dormía en una cama aparte, esto era nuevo para nosotros. Cruzó su mano por mi cintura y me acercó a él, simplemente le sonreí quitándole los anteojos.
—No debes dormir con tus anteojos, romperás otro par.
Me los quitó de la mano y se los puso nuevamente.
—Me los sacaré luego. Si lo hago ahora, no podré verte.
—Está bien, Richard, solo por eso.
Sonreí como un idiota sin poder evitarlo. Coloqué mis manos en sus hombros, las subí lentamente a sus mejillas, le di un corto beso y, luego de acomodarme, cerré los ojos.
***
Desperté temprano en la mañana luego de haber escuchado a sus padres pasar por el pasillo. Me senté con sumo cuidado y miré a Richie soltando un suspiro pesado al notar que se había quedado dormido con sus anteojos. Me acerqué con la intención de quitárselos, pero me distraje mirándolo dormir. Pasé mi pulgar suavemente por su labio inferior, para luego besarlo igual de suave, no quería despertarlo. Me levanté, tomé mis cosas y me dirigí rápidamente al baño para asearme.
—¿Ya te levantaste, Eddie?
Escuché la voz somnolienta de Richie del otro lado de la puerta, me asomé con el cepillo de dientes en la boca, él me miró y sonrió—. Qué sexy te ves hoy.
Puse los ojos en blanco volviendo a ponerme frente al espejo. Él entró también parándose justo detrás de mí, rodeó mi cintura con sus brazos y colocó su cabeza en mi hombro.
—Quiero llevarte a que veas algo.
Lo miré por el espejo, él no levantó la vista hacia mí, simplemente se quedó como estaba. Escupí la espuma que tenía del dentífrico, me enjuagué la boca y me giré hacia él.
—Entonces, alístate, desayunemos y llévame —asintió—. Apresúrate.
Junté mis cosas y volví a su cuarto para esperarlo. No tardamos mucho en bajar a desayunar y menos en salir. Richie decidió que camináramos hasta donde me quería llevar, y así lo hicimos. Caminamos unos minutos hasta llegar al puente de los besos.
—¿Esto querías mostrarme? Ya conocía el puente, Richie.
Negó con la cabeza acercándose a uno de los tablones completamente tallado por todo Derry a lo largo de los años.
—Tallé esto luego de que acabáramos con Eso y tu madre decidió que te apartaras de nosotros.
Apuntó hacia donde debía ver, al instante mis mejillas comenzaron a arder. Richie había tallado en aquella madera "R+E" entre los demás nombres que habían tallado. Pasé mis dedos por las letras suavemente, con una pequeña sonrisa en el rostro.
—¿Por qué no me lo dijiste antes? —me giré hacia él—. Es de hace un año. Me hubiera gustado que me lo dijeras.
Noté que comenzaba a ponerse algo nervioso, desvió la mirada de mi rostro hacia nuestras iniciales, me levanté y tomé su mano intentando que se calmase.
—No estuve seguro de enseñártelo hasta hace poco. Tenía miedo de que te alejaras de nuevo si te lo hacía.
—El puente no es solo para tallar nuestras iniciales.
Aun sabiendo que nos podrían ver, me acerqué a su rostro y, tomándolo de la remera para acercarlo a mí, lo besé. El beso no duró mucho, dado que nos encontrábamos donde podían vernos fácilmente. Decidimos ir por helados luego de aquello. Posteriormente, nos dirigimos al lago para juntarnos con el grupo y pasar la tarde con ellos. Cuando el sol comenzó a caer, decidimos volver a la casa de Richie por mis cosas. Luego, nos dirigimos a mi casa. Al llegar, nos quedamos en la entrada hablando sin más, sin querer separarnos aún.
—Ya llegaste, osito Eddie —ambos nos sobresaltamos al escuchar salir a mi madre. Quiero hablar contigo.
Solté un pequeño suspiro, me despedí de Richie y entré a mi casa. Esperaba que no me hubiera visto con Richie, aunque fuimos muy cuidadosos estando en público, siempre tenía miedo que alguien se diera cuenta de lo que había entre nosotros. Los rumores en Derry corrían con tal rapidez que en una hora todos lo sabrían. Si eso pasara, equivaldría a burlas y palizas por parte de Bowers y sus amigos. Estaba seguro que esos idiotas nos darían una doble a Richie y a mí por maricones.
**
Muy buenas~ acá está el nuevo capítulo. Espero sepan disculpar la tardanza en traer este nuevo capítulo, pasé dos semanas reconectándome con la escritura y quería tomármelo con calma nuevamente. Espero que les guste tanto como a mi me gustó escribirlo. Se les agradecen muchísimo los votos y comentarios.
ESTÁS LEYENDO
No quiero callarlo [Reddie parte 1]
FanfictionLuego de luchar contra Eso, los perdedores tienen un verano tranquilo para disfrutar sin ningún monstruo con el cual luchar, pero las cosas no estarán tan tranquilas para dos de los perdedores, Richie y Eddie, quienes tendrán que lidiar a algo más...