Capítulo 6

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Narra Eddie

Richie y yo, como siempre, nos quedamos en el lago un rato más luego de que todos se habían ido. Ambos nos encontrábamos sentados en la orilla completamente en silencio. De repente, Richie sacó de su bolcillo un cigarrillo, lo puso en su boca y lo prendió.

—¿Desde cuándo fumas?

—Desde que me convenció Bev —sonrió, se acercó más a mí y me rodeó por los hombros prácticamente pegando su rostro al mío—. ¿Por qué no pruebas, Eds?

Negué con la cabeza girándome para verlo directamente.

—No. Y tú no deberías fumar —se llevó el cigarrillo a la boca, inhaló y me tiró el humo a la cara—. No hagas eso, idiota.

—Vamos, Eds, no seas aburrido.

—No lo haré, idiota, tengo asma —desvié la mirada de él con el ceño levemente fruncido—. Deja de molestarme.

Se colocó frente a mí y volvió a tirarme el humo a la cara. Tenía que admitir que me gustaba como olía el humo cuando él lo exhalaba. Lo miré manteniendo mi ceño fruncido, pero sintiendo las mejillas arder por la cercanía.

—Quítate, Tozier, mi madre me regañará si siente el olor de tu cigarrillo.

Se apartó de mi levantándose.

—Ya no te molestaré —contestó con el cigarrillo en la boca—. ¿Nos vamos?

Asentí levantándome también. Nos dirigimos hasta nuestras bicicletas y las levantamos, Richie tiró el cigarrillo, para luego mirarme. Decidimos tácitamente ir caminando hasta mi casa. Por alguna razón, no queríamos separarnos hoy.

—Eddie —lo miré—. ¿Te parece si vamos por un batido mañana por la tarde?

—Claro, a los chicos les gustará la idea —sonreí, pero él chasqueó la lengua.

—Solo nosotros, Eds.

—Claro, me gustaría.

Desvié la mirada con una sonrisa que vacilaba entre el nerviosismo y la vergüenza. Nuevamente nos quedamos en silencio. Nunca me había sentido tan incómodo con Richie como en este último tiempo. Se sentía como si algo entre nosotros hubiera cambiado estos días. Levanté la vista del suelo, donde la había clavado hacía un rato, me percaté de que no faltaba mucho para que llegásemos a mi casa.

—Nunca estás tan cansado —disipé el silencio.

—¿Quieres que te moleste como siempre, Eds?

—No me refería a eso. Me refiero a que últimamente te has alejado un poco, pero solo de mí, con los demás eres el mismo Richie de siempre —se detuvo en seco haciendo que me girase hacia él—. ¿Richie?

—Vamos, si se hace más tarde, tu madre no te dejará salir mañana.

Respondió con la cabeza a gachas, volví a suspirar mientras él se subía a su bicicleta. Comenzó a caminar de nuevo, me quedé unos instantes mirándolo, pero, finalmente, lo seguí. En pocos minutos llegamos a mi casa, Richie me recordó que pasaría por mí mañana por la tarde, para luego irse. Por mi parte, solté un suspiro, guardé mi bicicleta y entré. Mi madre me saludó, pero no le presté atención, simplemente me dirigí a mi habitación encerrándome, me recosté en mi cama y fijé mi vista en el techo.

***

Me alisté rápidamente y bajé para sentarme junto a la ventana a esperar a Richie. Estaba muy nervioso como si nunca hubiera estado a solas con él. Sabía que era estúpido, pero dada la tensión que estábamos pasando estos días cada vez que estábamos solos, era normal que me sintiera así. Miré mi reloj como si supiera a qué hora vendría exactamente.

—¿A quién esperas, osito Eddie? —preguntó mi madre a mis espaldas—. Espero que no estés pensando en salir solo con Marsh, ya sabes lo que pienso de ella.

Logré ver que Richie llegaba a mi casa, me levanté rápidamente y me acerqué a la puerta.

—Ya me voy, mamá —no esperé a que contestase, simplemente salí, tomé mi bicicleta y me acerqué a él—. Hola, Richie —lo saludé subiéndome.

—Pareciera que estuviste pegado a la puerta, osito Eddie —sonrió—. ¿Me extrañaste?

—Vámonos antes de que me arrepienta de haberte dicho que sí.

Fruncí el ceño, aunque no estuviera realmente molesto con él. Nos dirigimos a una cafetería del centro de Derry. Richie me tomó de la mano haciendo que mis mejillas comenzaran a arder un poco. Estaba comportándome como un idiota por sentirme nervioso solo por esto. Me condujo hasta una mesa algo alejada de las demás, rápidamente una muchacha se nos acercó, él pidió las malteadas y, cuando ella se fue, me dedicó una sonrisa.

—¿A qué se debe la invitación? —pregunté logrando que su sonrisa desapareciera—¿Richie?

—Solo quiero pasar tiempo contigo —clavó su mirada en la mesa—. Para Bill y Stan las cosas fueron más fáciles-lo escuché susurrar.

—¿Qué hay con Bill y Stan?

—¿No lo notaste?

Negué con la cabeza, él abrió la boca para contarme, pero se quedó callado cuando la muchacha se acercó a dejarnos las malteadas. Richie comenzó a molestarme como de costumbre. Pasamos horas en la cafetería, hablando sin más y riéndonos de todo como lo habíamos hecho siempre. Cuando nos aburrimos de estar allí, salimos para dirigirnos al parque. Por alguna razón, no parecía poder relajarse por completo en ningún momento, pese a mis intentos para que lo hiciera y disfrutase el tiempo que teníamos juntos.

—¿Por qué no vamos al lago? —propuse luego de haber dado unas pocas vueltas por el parque—. Tal vez los chicos no estén allí.

Él me miró y asintió. Tomamos nuestras bicicletas y rápidamente nos dirigimos al lago. Una vez allí, como siempre, dejamos las dejamos fuera de los baldíos, nos encaminamos hacia la orilla del lago, donde nos sentamos. Richie soltó un suspiro pesado, sacó un cigarrillo y se lo llevó a la boca.

—¿Seguirás fumando?

—¿Te molesta?

Dijo prendiéndolo, negué con la cabeza, inhaló, se acercó a mí y me tiró el humo a la cara ante de sonreírme.

—Deja de tirarme el humo.

Volvió a hacerlo, solté un suspiro.

—Deja de molestarme —se acercó más a mi rostro, pero no volvió a molestarme, simplemente se quedó allí mirándome—. ¿Richie?

Pregunté sintiendo mis mejillas arder levemente por la cercanía. Lo miré a los ojos percatándome que él tenía su mirada fija en la mía ya. Nunca se había acercado tanto a mí si no era para molestarme, pero ahora no parecía ser así, nunca se ponía tan serio cuando iba a hacerme una broma. 

**

Muy buenas~ acá traigo un nuevo capítulo. Comenzamos a acercarnos al final de este minifanfic. Espero que les esté gustando muchísimo, tanto como a mi me gustó escribirlo. Se les agradecen muchísimo los votos y comentarios.

Gracias a Zurkuz por el dibujo ❤

No quiero callarlo [Reddie parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora