Narra Richie
¿Realmente estaba por besarlo? ¿En qué momento me había vuelto loco? No estaba seguro, pero no podía evitar pensar en cuanto quería besarlo. Tragué saliva nervioso, inhalé profundo y terminé de acercarme a él para besarlo, al instante sentí como se apartaba de mí.
—¡¿Qué mierda haces, Richard?!
Me gritó levantándose, noté que su rostro estaba completamente rojo, pero tenía el ceño fruncido, desvié la mirada avergonzado. Acababa de cagarla, Eddie no me dirigirá la palabra de nuevo.
—Eds...
—¡Nada de "Eds"!
—L-lo siento.
No recibí respuesta, solo escuché sus pasos alejarse de mi rápidamente.
—Mierda...
Musité sintiendo mis ojos arder. Me levanté, corrí hasta mi bicicleta, me subí de un salto y me dirigí a la casa de Beverly lo más rápido que pude. Al llegar, subí las escaleras de emergencia de dos en dos y toqué la puerta, no tardaron ni dos segundos en abrirme.
—Richie.
Fue lo único que alcanzó a decir, ya que la abracé escondiendo mi rostro en su hombro, no pude contenerme más y comencé a llorar.
—¿Sucedió algo? —me aferré más a ella—. Ven, pasa, mi padre se ha ido a un bar, no va a volver, o lo hará en la madrugada.
Colocó sus manos en mis brazos y me llevó con torpeza hasta el interior de su casa. Me separó de ella a la fuerza y me sentó en uno de los sillones.
—¿Qué pasó, Richie?
Se sentó a mi lado, me quité los anteojos y me sequé las lágrimas inútilmente.
—A-acabo de cagarla con Eddie —dejé mis anteojos de lado.
—¿Qué has hecho?
—L-lo besé.
—Oh, Richie —sentí que apretaba un poco mi hombro—. ¿Por qué lloras, entonces? Lo besaste, es lo que querías, ¿no?
La miré negando con la cabeza, la sonrisa que tenía en el rostro se hizo más pequeña, como si se hubiera decepcionado conmigo.
—S-sí, quería besarlo, q-quería hacerlo, Bev, p-pero quería que fuese correspondido.
Solté un suspiro, Beverly se levantó, tomó un par de pañuelos y me los extendió mientras se sentaba nuevamente.
—Se apartó de mí y, básicamente, me mandó a la mierda.
Sequé mis lágrimas con uno de los pañuelos y limpié mis anteojos con el otro.
—Tal vez solo lo tomaste por sorpresa, ya sabes cómo es Eddie —asentí, aunque no estuviera muy seguro con su teoría—. Lo llamaré, tú vuelve a casa —me sonrió.
—¿Me regalas unos cigarrillos?
Sacó de su bolsillo una cajetilla de cigarrillos y me la dio.
—Anda, desahógate —volvió a sonreírme—. No le diré a Eddie que me lo dijiste, eso lo avergonzaría más.
Asentí y la abracé. No había mejor amiga en este momento que ella. Sabía que podría tener la misma conversación con cualquiera de los chicos ahora, que ellos me apoyarían sin importar nada, pero Beverly era en quien más confiaba.
—Gracias, Bev —me separé de ella para mirarla unos instantes—. Sobre todo, por los cigarrillos.
—Ve, te esperaré mañana por la mañana.
Asentí, me puse mis anteojos, me despedí de ella, salí, tomé mi bicicleta y me dirigí a mi casa aun sintiéndome algo mal por lo que había sucedido. Al llegar a mi casa, corrí escaleras arriba hasta mi habitación, donde me encerré. Las cosas no salieron bien con Eddie, pero, al menos, pude probar sus labios por unos pocos segundos. Llevé mi mano a mis labios esbozando una pequeña sonrisa triste.
***
Luego de desayunar algo ligero, salí en dirección a la casa de Bev. Ella me esperaba sentada en la escalera de emergencia como de costumbre, me acerqué y me senté a su lado. Me dedicó una pequeña sonrisa y colocó su mano sobre una de las mías.
—¿Te encuentras mejor? —me encogí de hombros; solo quería saber qué le había dicho Eddie de lo que sucedió ayer—. Hoy no podré ir con ustedes, Eddie me ha pedido que hablemos en persona, parecía nervioso aún —acarició mis nudillos—. No sé cómo estará con todo esto.
—Espero que no me odie, o al menos no lo suficiente como para dejar de hablarnos.
—No creo que te odie —se levantó haciendo que me levantase también—. Eddie no podría odiarte, te quiere bastante como para hacerlo. Además, tengo una corazonada —la miré sin entender—. No me mires así, solo confía en mí. Ahora, vete, hoy se reunirían en la casa club.
Me besó en la mejilla a modo de despedida y se fue. Solté un pequeño suspiro, tomé mi bicicleta y me dirigí a la casa club. En realidad, no tenía ganas de ir con ellos, quisiera saber que piensa Eddie luego de lo que sucedió, pero si no iba con los chicos pensarán que algo sucedió. En la casa club, decidí limitarme en quedarme en la hamaca mientras leía mis cómics, sin concentrarme del todo en ellos. Bill me preguntó un par de veces por Eddie y Bev, pero me limité a decir que no tenía mucha idea. Permanecí en silencio en todo el día, intentando centrarme en algo que no sea en Eddie y en el beso que parecía estarme costando nuestra amistad. Comenzaba a dolerme la cabeza de tanto evitar que eso apareciera en mi mente. Cuando ya nos estábamos por ir de la casa club, Bev apareció, pero Eddie no se encontraba con ella; como creía, no quería verme de nuevo. Ella simplemente se dedicó a estar con los demás, tal vez porque no quería decirme lo que había hablado con Eddie.
—Estás muy callado, Richie —dijo Mike de repente—. ¿Sucede algo? —noté que los demás se giraban hacia mí al escucharlo preguntarme aquello, negué con la cabeza sin saber que decirle—. ¿Es por lo que ya sabemos? —me susurró. Bajé la mirada y asentí—. Ánimo, estoy seguro que las cosas irán bien entre ustedes.
Colocó su mano en mi hombro y lo apretó levemente. Al menos, los demás no se habían cuenta que me había quedado mudo de la noche a la mañana. Me hundí en la hamaca, saqué un cigarrillo, lo coloqué en mi boca y lo prendí. No me había dado cuenta de que tan callado podía estar cuando no tenía a Eddie para molestarlo. No me divertía molestar a nadie más que no fuera él, siempre me había gustado la expresión que pone cuando se enojaba conmigo. Cuando terminé de fumar, me levanté de la hamaca, tiré el cigarrillo y me coloqué mis zapatillas. Me despedí de los demás y salí de la casa club. Ya estaba aburrido, no tenía mucho que hacer ahora sin Eddie por aquí y sin saber que le dijo a Bev. Levanté mi bicicleta y comencé a caminar en dirección a mi casa sin ninguna prisa.
—Espera, Richie —escuché la voz de Beverly a mis espaldas—. ¿Me acompañas a mi casa? —metió las manos en los bolcillos de su short—. Podemos hablar de Eddie en el camino.
Asentí, ella se acercó un poco más para caminar a mi lado.
—¿Me dirás de una vez? Me has tenido en suspenso desde que llegaste, dime de una vez que fue lo que Eds te dijo —ella me sonrió como burlándose de mí—. Sí que te gusta el suspenso, Bev, pero déjame decirte que a mí no, menos con algo que tiene que ver con Eddie.
Ella soltó una pequeña risa antes de abrir la boca para hablar, un nudo apareció en mi garganta. Esperaba que me hubiera rechazado, pero que no me odiara, que pudiéramos continuar con nuestra amistad sin ningún problema.
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Muy buenas~ acá traigo el nuevo capítulo. Espero que les guste muchísimo, a mi me está encantando escribir este fanfic. Se les agradecen muchísimo los votos y comentarios.
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No quiero callarlo [Reddie parte 1]
FanfictionLuego de luchar contra Eso, los perdedores tienen un verano tranquilo para disfrutar sin ningún monstruo con el cual luchar, pero las cosas no estarán tan tranquilas para dos de los perdedores, Richie y Eddie, quienes tendrán que lidiar a algo más...