0

619 18 14
                                    

1.90 m, un cabello negro que caía con gracia sobre sus ojos rasgados, igual de oscuros y enmarcados por unas largas pestañas, delgado pero sorprendentemente fuerte, y sin poder quitarse un cigarrillo de la boca.

Más o menos así se veía la causa de mi perdición... Exagerando un poco.

Sabía que el final sería irremediablemente desastroso. No me importó.

Jugando con FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora