D.
Luego de un día largo me levanté temprano para salir a correr, la brisa matutina era fresca y pura, aunque no era en lo más mínimo como la brisa gélida de Rusia, me recordaba a mi hogar de alguna manera, llegué a Estados Unidos hace algunos años cuando comencé la universidad, mis padres sabían cuánto amaba mi país natal, y por eso me enviaron aquí como castigo.
Mi primer año en PEEN fue horrible, estaba enojado con la vida por haberme alejado de mi país, muchos chicos la pasaban mal por que sus vidas sufrían cambios como estar lejos de sus padres o vivir solos, yo en cambio tuve que acostumbrarme a otro país, otro idioma, otras costumbres, otra forma de vida y encima la universidad, pero conforme paso el tiempo, tome esto de vivir en Estados Unidos más como una oportunidad de vivir como quisiese.
Mientras corría por los edificios de dormitorios me maldije por no haber preguntado si me había llegado otra carta, me quedé mirando el edificio donde dejaba las cartas destinadas para B con quien sorprendentemente me gustaba hablar, y me encontré con una silueta extraña sentada en la cornisa del quinto piso, por su complexión no dudaría en decir que era una chica, usaba pijamas, el cabello castaño le caía elegantemente por los hombros y abrazaba las rodillas con sus brazos, tenía un perfil fino, con un rápido movimiento se limpió las lágrimas de los ojos, sabía que estaba llorando pues sollozaba tanto que sus hombros se levantaban a compás, me obligue a dejar de mirar y seguí por mi camino hasta el dormitorio.
Yo vivía en un dormitorio individual, lo que significaba que no compartía mi habitación con nadie más, aunque si el baño, pero el chico con quien lo compartía nunca me había dado ningún problema, además de que siempre despertaba más tarde que yo, y lograba utilizar el baño sin problema durante la mayor parte de la mañana. Llegue a mi edificio donde me entregaron una nueva carta, el olor a rosas era tenue y encantador, justo como me imaginaba a la remitente de estas cartas , subí hasta llegar a mi habitación, cerré la puerta y comencé a desvestirme para entrar a la ducha, cuando terminé de enjuagarme y una vez que estaba limpio, me quedé de pie mientras el agua caliente caía con fluidez sobre mi espalda, cuando sentí que la mayoría de los nudñ.os en mis músculos se habían ido, cerré la llave y me enrede la toalla en la cintura, me cepille los dientes y me peine el cabello hacia atrás, aunque de todas formas siempre terminaba cayendome en la frente, hoy no tenía muchas clases, así que me tomaría parte de la mañana para escribir a B y parte de la tarde para comprar las cosas que pondría en su primera canasta.
Abrí el sobre y leí todo su contenido, me sorprendió saber que ella nunca había visto la nieve pues yo había crecido rodeado de ella.Hola de nuevo B, si te da algún tipo de Consuelo Pennsylvania es muy frío, y comenzará a nevar en unos dos meses, yo crecí rodeado de navidades blancas en Rusia, no me imagino un diciembre sin nieve.
Soy de San Petersburgo, nací y crecí allí, luego me mudé a Pennsylvania para comenzar la universidad, has dicho que vivías al sur ¿de dónde vienes? , me agrada oír que quieres ir a una fiesta, esta bien salir de los carriles de vez en cuando ¿No te parece? Yo eno personal comparto tu opinión, creo que te arrepentirás más de no hacerlo, Si quieres, ya que todo esto de mantener nuestras identidades en secreto, podemos ir a una juntos ya sabes, para celebrar o deprimir nos porque somos dos universitarios foráneos.
Estoy preparando tu canasta, no soy el mejor decorando nada, pero en mi cabeza funciona lo que tengo planeado ;).
Me ha gustado de nuevo la ecensia de rosas.
-D
Ya sabía exactamente lo que iba a comprar para ponerlo en la canasta para Blair, más tarde luego de clases iría al centro comercial para comprar todo lo que necesitaba, doble el papel y rosee un nuevo tipo de Colonia en el sobre, el cual dejaría en el edificio de B de camino a clases.