Blasphemy

L O S T

Ella siempre se preocupaba por mí.
Decía que era un niño especial.

Estaba dañado, yo lo sabía, mamá también. Por eso se esforzó tanto en hacerme sentir bien, en sacarme de ese oscuro abismo, salvarme de mí mismo.

Pero al igual que todos, se rindió.
No porque ella quisiera, sino porque...la obligaron.

y es que, algunos ángeles están destinados a caer.

Desde ese momento me hundí en lo único que tenía cerca; recuerdos.

Porque cada vez que estaba solo, se oían pasos de alguien que nunca llegaba. Y estuve solo por mucho tiempo.

Hasta que llegó él.
Él es lo más cercano a una familia que tengo.

Observo el anillo en mi dedo, juego con él. Es lo único que tengo de ella.

En realidad, a nadie le importa si estamos solos.

Mamá siempre fue tan linda.
Un ojo verde, el otro azul.
Siempre me gustaron.

Y no era el único que pensaba lo mismo.

No, no lo eras.

Él también lo hacia.

Como una historia de terror, todo iba de mal en peor.

Recuerdo la sangre.
Mucha sangre.
No mía, de ella.

Y que finalmente, el caos se desató.

Dolor.

Sólo la recuerdo a ella.
A ella sobre la sangre.

Sobre su propia sangre.

Su cuerpo sin vida.

Y sus hermosos ojos abiertos.

Un responsable.

¿Padre qué haces?

¿Por qué hay tanta sangre?

¿Por qué huele a muerte?

Muerte.

Queremos muerte.
Queremos tú muerte.

Nunca podré olvidar los gritos de mamá.

Y es enfermizo, ya que..

Son los que más me han gustado.

oh madre, lo siento tanto.

¿por qué me dejaste?
Nadie es como lo fuiste tú.

Ninguno de todos esos gritos se parecen a los tuyos.

Y es triste.
Porque ya no sé qué hacer.

Ya no sé cómo sentirme.

Dolor.

Y a pesar de todo lo que vi y sentí, puedo decir con seguridad algo.

Aún con la sangre cubriendo su rostro, y su pálida piel con cardenales.
Matilda era hermosa.

Kemény, estás tan roto. Que nadie nunca podrá arreglarte.

El dolor es la única forma de sentirme vivo.

Caminaba por los jardines de mi memoria, acompañado sólo de una vieja libreta.
Porque estoy solo.
Malditamente solo.
Y siempre he sido sólo yo.