Introducción

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Mi nombre ya fue olvidado, no tengo apellidos, tampoco un origen seguro, pero de lo que si estoy segura es que soy una fenómeno, tengo una estatura de algunos 1.65 metros, buen cuerpo, cabello largo y color fuego de ese fuego embravecido, ojos de un azul cielo, normales hasta cierto punto y tengo una apariencia de unos 20 años. Entonces ¿Porqué soy un fenómeno? eso es muy fácil de decir.

Desde que tengo uso de razón nunca tuve padres pues solo sé que vivía debajo de una cueva en la cual tenia a un leopardo de compañía, siempre me pregunté porqué vivía en el bosque cuando había muchas personas como yo jugando junto a su familia, solía preguntármelo cuando aprendí a caminar y observaba una aldea con todas esos humanos jugando y fue esa misma tarde que me di cuenta el porqué me dejaron, fue cuando me di cuenta de que era un fenómeno.

La que era como mi madre trajo mucha comida y yo devoré esas toneladas de carne de ciervo, desgarraba con mis pequeñas manos la carne tal cual me había enseñado mi madre, o la que era como una madre para mi y que sin ella no estuviera viva.

Después de comer fui a jugar y llegué a un rio quise cazar algunos peces y fue en ese instante...ese instante en que vi mi reflejo y comprendí de que yo no era uno de ellos...

En mi cabeza había un par de orejas, unos ojos que, en ese momento los comparé como los de mi cuidadora pero a la vez diferentes ya que a pesar de ser ojos gatunos los míos poseían un cambio de color según tres estados de animo. Normalmente eran de un azul cielo, cuando despertaba los instintos cambian a un dorado pero al final si me enfurecía estos se tronaban desde un furcia hasta un rojo intenso. De los dedos de mis manos poseía garras en vez de uñas y por ultimo una cola con el mismo color de mis orejas y cabellos, un color como de las llamas.

Pasó el tiempo pero creció la curiosidad por ir a la aldea que se encontraba cerca del bosque en el que me encontraba, deseaba conocer a los humanos de cerca, quería saber y comprobarlos con mis propios ojos, lo diferente que éramos, solía sentarme a observar su comportamiento y miraba muchos machos con su hembras muy felices, a veces hasta se encontraban cargando a una de sus crías, miraba con ojos soñadores que eran bondadosos y muy sociables así que un día me escapé para que me aceptaran, había visto su bondad y pensaba que podría tener una familia de verdad... pero solo fui una tonta...fue cuando aprendí de que los humanos pueden ser destructivos con todo lo que temen y los humanos le temían a lo diferente. Me temían a mí.

Sólo recuerdo que llegué y un macho adulto gritó algo que para ese entonces no entendía, pero al parecer no era nada bueno y fue cuando de la nada sentí un golpe, luego otro y otro, cuando traté de enfocar la vista de di cuenta que eran los mismos humanos que me tiraban piedras y palos con fuego fue cuando me asusté y grité llamando a mi protectora la cual acudió a mi rescate pero ese seria el segundo error que cometería en mi vida.

Pude ver como ella atacaba a los humanos y estos retrocedían asustados pero en eso un macho grande con un extraño instrumento golpeó a mi cuidadora y fue allí el detonante que despertó un poder que no sabia que tenía. Lo demás fue muy borroso solo pude ver como a aldea se consumía por las llamas, llamas que yo provocaba llamas que no dejó a nadie con vida, solo yo abrazando a la que consideré como una madre, después de eso me dejé llevar por la oscuridad.

Lo que pasó después se contara en otra ocasión pues una historia muy larga y seria muy aburrido de solo recordar.

Actualmente me encuentro en el puerto viajando de un gran barco del cual me colé como polizonte, pues no traía dinero y no sabia en que lugar exactamente me encontraba por lo que una vez abajo le pregunté a una personas que estaban hablando al parecer su idiomas es el ingles pero por fortuna ya lo manejaba con antigüedad.

Al preguntar me respondieron que estaba en Inglaterrra, ya que tenia mucho tiempo libre no me importaría ver un poco pues desconocía como había evolucionado la humanidad.

Una Madre Para Ciel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora