Grell al vernos nos dejó pasar inmediatamente, con cara de reproche.
–Florecilla, estaba tan aburrida, ni siquiera Sebas_chan quería visitarme...Ya sólo me quedas tú– dijo haciendo berrinches.
–Ya Grell, la verdad es que hemos estado muy ocupados con el tratamiento del conde, por lo que debo dar prioridad, además de que ya sabes a qué venimos hoy– dije mientras me sentaba en la cama y Grell sacaba un libro que tenía debajo de la almohada.
–Ya lo sé, hicimos un trato, aunque no sé porqué te empeñas a salvar a ese mocoso, deberías saber que una vez están los nombres y fechas en éste libro, simplemente no se puede evitar la muerte.– dijo Grell mientras pasaba las páginas del libro.
En ese momento sentí dos sensaciones que me sacudieron de forma violenta, la primera fue la pastillas que tomé y la segunda fue un dolor en la marca del pacto.
Miré a Sebastián y sentí escalofríos así que me volví a concentrar en Grell.
–Seguro que no han habido excepciones, ya que estoy segura de que él está bien y su nombre debería desaparecer.– dije mientras tomaba su libro de la manos.
– No que yo sepa, adelante, puedes ver, la primera vez es gratis.– dijo haciendo una pose seductora a Sebastián.
Mientras tanto yo seguía buscando el nombre de mi hijo hasta que al fin lo encontré, pero algo no estaba bien.
–Grell, encontré su nombre, pero no encuentro ninguna fecha, también su nombre está borroso.– dije mientras le mostraba el libro a él y a Sebastián.
Ambos observaban lo que les había mencionado, Sebastián mantenía su rostro indescifrable y Grell estaba poniendo su rostro muy serio, nunca había visto seriedad en Grell ya que a pesar que nos conocemos de días, he observado que Grell es una persona muy relajada.
Sentí un escalofrío que crispó mi cola, ya que Sebastián y Grell me miraron al mismo tiempo. Automáticamente me puse a la defensiva.
– No me miren así, yo no le hice nada a tu libro.– dije mientras cruzaba mis brazos, ya que así me siento protegida.
– Nadie puede eliminar una sentencia de un libro de la muerte, los ángeles pueden alterar su contenido pero no cambiar su sentencia, al menos no un ángel común.– dijo de manera acusadora
Algo que sí detestaba a parte de los demonios,los perros y el agua fría, son los ángeles, odio su maldita arrogancia y su insistencia con lo puro. Otro mareo me atacó.
– Solo les diré una cosa, y espero que se les grave en esa cabeza hueca que tienen. No soy un ángel y odio que me comparen con uno.– dije de manera irritada.
Ambos me vieron algo sorprendidos puesto que no se esperaban tal declaración mía, así que dejé el tema y volví a el libro pero me impresionó que las letras de estaban borrando solas otra vez, ya no quedaba nada de rastro de la sentencia de mi hijo, y esta vez todos lo presenciamos.
–Bueno creo que esta vez ya está todo claro, puede que en unos días despierte tu amo así que necesito que vuelvas a cambiar todo de su cuarto, lo desinfectes y dejes impecable.– dije viendo a Sebastián y este me miró de forma divertida, como esperando que terminara la frase.
–Es una orden– dije y este hizo una reverencia..
–Yes my lady.– dijo el demonio y se fue dejándome a sola con Grell.
Cuando escuché que Sebastián ya no estaba dentro del radar, me dejé caer al suelo y tomé mi cabeza, puesto que el efecto secundario de la pastilla estaba en su auge, Grell me ayudó a levantarme.
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Una Madre Para Ciel
FanfictionQuieren saber de mí? Solo les daré la curiosidad de esta gata, pero no se preocupen no los matará....bueno no aún. Llena de una vida de sufrimiento y penas durante siglos me llevó al inicio y no fue fácil pero aprendí a vivir con ello, pero todo suf...