Capítulo 23

264 25 0
                                    

Me voy de allí, voy a la cocina a coger más hielo, ya que se me está hinchando un poco la muñeca y me dirijo a mi cuarto. Me tiro en mi casa boca arriba y apoyo la muñeca en ella poniendo el hielo encima. Al poco tiempo tocan a la puerta. No contesto, no tengo ganas de hablar. Vuelven a llamar, pero sigo sin contestar. A lo que la puerta se abre. Mierda, tengo que poner más el pestillo.

_ ¿Puedo pasar? _pregunta Peter

_Es evidente que no, no te he contestado, pero veo que ya has decidido que sí. _Es evidente que el ambiente es más que tenso.

_Ari por favor, he venido a disculparme. No sé qué me ha pasado, no debí de tratarte así. ¿Te he hecho mucho daño? _A lo cual no contesto, es evidente que sí, aunque no sé si ha sido más físico o psicológico.

Peter se acerca despacio, poniéndose de rodillas al lado de mi cama y levanta la bolsa de hielo para ver mi muñeca. No dice palabra. Empieza a hablarme llorado desconsoladamente, nunca lo había visto así.

_Por favor perdóname, por favor, perdóname... no quería hacerte daño... _no para de llorar _me han podido los celos imaginándote con él, y encima cuando llegaste olías tanto a él... me volví loco... no podía pensar que él te había tocado... por favor perdóname.

Me levanto de la cama y me siento sobre el borde al lado suyo. Lo cojo de la mano y lo invito a sentarse junto a mí.

_Te perdono Peter, por favor, no llores más. Me parte el corazón verte así. _A lo que él me abraza.

_Muchas gracias... sé que no me merezco tu perdón después de lo que te he hecho pasar... de verdad que no ha sido mi intención, solo intentaba protegerme, soy un cobarde.

_No entiendo... _Peter me mira a los ojos.

_Ari, yo te quiero, me llegaste al corazón desde el primer día, cuando me di cuenta de que empezaba a enamorarme me dio miedo, por lo que decidí que si te hacía creer que no sentía nada por ti todo sería más fácil. Pero yo te amo, Ari. Lo que te dije no es cierto, fue cierto hace mucho tiempo, pero fue una excusa muy cobarde por mi parte.

_Peter... yo solo quiero estar contigo, quiero conocerte... no he estado con nadie esperándote a ti. Te dije que quería que mi primera vez fuera por amor, y no tengo prisa en ello. ¿De qué tienes tanto miedo?

_De enamorarme de ti, y perderte por la razón obvia de que soy un vampiro, y que yo me negaría a convertir a un ser tan bello como tú en un monstruo como yo.

_Peter ya hablamos de que no me gusta que te veas así, además, no sé si escuchaste abajo, pero tendré juventud eterna al parecer... y me gustaría pasarla acompañada contigo.

_ ¿Aún sigues queriendo conocerme? ¿Después de todo lo que he hecho?

_Claro que sí, todos merecemos una segunda oportunidad.

Peter me abraza y me besa de una manera increíble, primero con pasión, saboreando mis labios, mordiéndolos, luego con ternura y amor, y vuelve a besar con urgencia, metiendo su lengua en mi boca, enlazándose con la mía. Tras un beso bastante largo se separa y me mira.

_No pienso decepcionarte, Ari. Eres la mujer más maravillosa que he visto nunca, y haré todo lo que esté en mi mano para hacerte feliz y ser digno de ti. _A lo que vuelvo a besarlo apasionadamente. _Te voy a preparar un baño, y mientras te relajas voy a preparar la cena para subírtela, sé que estás muy cansada y voy a cuidar de ti, es lo menos que puedo hacer.

_No es necesario Peter.

_No es negociable, ¿o acaso prefieres los de Nicolae?

_Vaya eso es un golpe bajo... tendré que aceptar. Si no te importa Peter, tengo que hablar con Drogo un momento ahora vuelvo _Peter siente con la cabeza.

Voy hacia la habitación de Drogo y llamo a la puerta, el cual me abre enseguida invitándome a pasar.

_Drogo, quería darte las gracias por tus palabras de antes y por cuidar de mí siempre, aun sabiendo que no que no obtendrías todo lo que tu quisieras.

_No tienes que darlas cosita, yo que te quiero mucho, pero sé que no estás enamorada de mí, me lo dijiste el primer día y sé que eso no ha cambiado. Tu corazón siempre ha estado pensando en Peter. De todas formas, te agradezco que te hayas molestado en venir a decirme eso. Yo lo dije de verdad, estaré aquí si me necesitas o si el idiota de mi hermano no sabe valorar lo que tiene. _me lanzo contra él y lo abrazo con fuerzas.

_ ¡Muchas gracias! Y no te preocupes, aunque no funcione lo de Peter, no me iré con Sebastian, puedes dormir tranquilo _ambos reímos. _Hasta mañana sexy y pervertido vampiro... _le digo giñando un ojo.

_Cosita no me provoques que no respondo... _me dice con una sonrisa.

Salgo de su habitación y me dirijo a la mía donde me espera Peter. Cuando llego me ha llenado el baño de velas y sales aromáticas y me invita a entrar. El baño tiene mucha espuma y un calor relajante.

_Vamos entra, yo me saldré para que te metas tranquila en el baño, voy a preparar la cena mientras.

Me quedo en el baño relajada, no me imaginaba la falta que me hacía un baño relajante. Estoy medio dormida cuando Peter llama a la puerta diciéndome que me ha traído la cena. Me dispongo a salir del baño y me pongo el pijama para ir hacia la cama.

_Peter gracias por todo, te has tomado muchas molestias.

_Gracias a ti por darme otra oportunidad _y me besa en los labios.

Termino de cenar, y Peter se dispone a retirarlo todo para dejarme descansar.

_Peter, ¿te importaría quedarte a dormir? No quiero quedarme sola...

_Claro que si, voy a dejar esto en la cocina y enseguida subo.

Enseguida está de vuelta, y se tumba a mi lado en la cama abrazándome. Empieza a olerme despacio, deleitándose con mi fragancia. Cuando llega al cuello pasa muy lentamente su nariz, intentando aspirar cada minúscula esencia de mí. Suspira de satisfacción y empieza a besar mi cuello.

_No sabes cómo he añorado tener tu aroma tan cerca...

_Peter, tengo miedo. Sebastian me dijo que vendrían otras criaturas, no sé qué me encontraré, y no quiero que os hagan daño a ninguno.

_No te preocupes por nada, yo estaré aquí para protegerte. Ahora descansa, estás agotada. _Y sin más me duermo profundamente.

Entre los colmillos de los Bartholy. It is love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora