A Hinata le gusta el café con leche, que sea dulce y que lleve crema.
A Sasuke le gusta el café negro y que no lleve azúcar, ni crema.
Ambos tienen gustos diferentes pero a pesar de ello, ambos le gusta el café.
Ambos se encuentran diariamente en la...
«Cuando los días pinte de color gris, dales color con un buen café y una gran sonrisa»
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Hinata observaba la lluvia a través de la ventana, así como también a las personas que iba de un lado a otro con sus sombrillas en la mano, también había una que otra persona que corría para refugiarse de la lluvia.
La cafetería estaba nuevamente llena y las conversaciones llenaban el lugar, dándole así una sensación de calidez. Hinata tomó su taza de café tratando de calentar sus manos, a pesar de estar adentro aún tenía frío.
-¿Otra vez sola? -preguntó una voz ronca y varonil.
Hinata se sonrojó al reconocer esa voz, alzó la mirada y ahí de pie estaba el mismo hombre de las otras veces. Hinata en ese momento recordó el día anterior donde se ahogó con su rollo de canela, su sonrojó se hizo más evidente al recordar que él había estado presente.
-Yo... Etto... Sí.
Esta vez el hombre se sentó sin preguntarle antes. No es que a Hinata le importarse al fin y al cabo no esperaba a nadie.
Los ojos azabaches de él se quedaron fijos en ella.
Hinata se sintió incomoda ante la penetrante mirada y trato inútilmente de ocultarse tras su taza de café. Él debió notar su incomodidad porque desvió la mirada no sin antes de sonreír le ladinamente.
La Hyūga se relajó visiblemente cuando él dejó de mírarla y concentró su atención en su periódico. Con un sorbo de café Hinata se dedicó a ver las gotas de lluvia caer.
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