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~Café SasuHina~

CAPÍTULO: 24

«El café fuerte me resucita, me causa un escozor, una carcoma singular, un dolor que no carece de placer. Más me gusta, entonces, sufrir que no sufrir.»

~Café SasuHina~

—Sasuke-san, debió tener algo urgente que hacer para no venir hoy —intentó animar Tenten, acercándose a su amiga. Ambas eran las únicas dos personas en la cafetería—. Y aunque me gusta su contribución diaria a las ganancias de mi cafetería, no todas las personas pueden venir todos los días —terminó con humor la castaña.

Hinata la miró y sonrió.

—Ti-Tienes razón —concordó la Hyūga, sonriendo, no tan alegre como siempre, comprensible  bebido a la decepción que acompañaba a su corazón. Con una negación de cabeza, Hinata intentó sonreír más naturalmente al ver la preocupación escrita en el rostro de Tenten, lo último que quería la joven era preocupar a su amiga.

Hinata tomó sus cosas, se despidió de su amiga y se fue. Dándose ánimos a sí misma, Hinata trato de no pensar demasiado en Sasuke, algo difícil considerando todo lo que habían pasado juntos. Pero obstinadamente, la Hyūga se obligó a no pensar en eso, tratando así de concentrarse en otras cosas, funciono bien a lo largo de la tarde, pero…  Aunque al final del día en la comodidad y soledad de su alcoba, Hinata no pudo evitar pensar: ¿Sasuke se había arrepentido de su propuesta y decidió no volver más? No. Sasuke se había esforzado para que ella lo perdonará... Entonces ¿En realidad no había ido porque estaba muy ocupado? Tal vez, ella sabía que Sasuke era un estudiante como ella y sabia por experiencia que la universidad podía absorber demasiado tiempo.

Con toda clase de pensamientos, Hinata cayó en los brazos de Morfeo. A la mañana siguiente estaba lloviendo de nuevo, Hinata se abrigó con prendas cálidas y aceptó la oferta del chofer, Kō, de llevarla a la universidad, aunque se negó a ser recogida a pesar de la insistencia del mayor.

El día fue frío y húmedo, algo deprimente, pero Hinata intentó de ver el lado bueno. La lluvia era buena para el planeta y las plantas e incluso, las personas la necesitaban de vez en cuando.

Hinata llegó temprano a la cafetería, compensando su tardanza del día anterior y para su suerte, su mesa estaba vacía. Con una sonrisa se sentó.

Debido que Hinata estuvo todo el día anterior en la cafetería, no tuvo tiempo de hacer sus tareas por lo cual estaba atrasada... Bajar sus notas no era una opción, y más con su padre aun enojado con ella.

La Hyūga sacó sus libretas y comenzó a realizar sus deberes, con una taza de café caliente y unos rollos de canela para renovar su espíritu y energía. Con una sonrisa en el rostro, Hinata paso la tarde adelantando sus deberes, desconectándose de la realidad, esperando que la silla al frente de ella fuera movida para dar paso al hombre que no la dejaba tranquila en pensamientos.

Sasuke tampoco fue ese día.

~Café SasuHina Continuará~ 

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