Lo Malo - 11

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NARRA PETER:

Aquella noche había dejado de ser virgen, bueno, en realidad ambos habíamos dejado de ser vírgenes. La había perdido con Lali y Lali la había perdido conmigo. En poco tiempo, había aprendido a amar a una persona, en muy poco tiempo: un par de días. Desde que vi a Lali por primera vez, descubrí que existía el amor a primera vista, que era palpable, real...

Estaba feliz, muy orgulloso. Había tratado de cuidarla lo más posible, hasta que me di cuenta de algo, algo importante. me tapé la cara y suspiré hondo: "Mierda" dije para mí mismo. No había hecho una de las cosas principales que debería haber hecho. ¿Debía decirle a Lali? Tragué saliva... Igual si la decía me metía en un lío, y si no le decía también. Así que opté por callarme y no decir nada, tal vez al ser la primera vez nos sonreía la suerte y no ocurría nada.

Llegué a las cabañas donde dormía con el perfumito de Lali impregnado en la piel. Era hermoso oler así.

Al meterme en la cama, noté como Agus se movía en la cama de al lado:

— ¿De dónde venís? Miré hace un rato hacia tu cama y no estabas — me dijo.

— De dar un paseo por el bosque.

Agus olió algo:

— Mentira... Oles a perfume de mina, ¿qué hiciste Lanzani?

— Pasear por el bosque, te lo prometo. ¿No me crees?

— Te creería si no apestaras a perfume de mina. Sos un winner, man. Me alegro de que te comas a más minas que yo, recién llegado y ya triunfaste. Yo llevo años y años intentándolo con Candela y no ha dado resultado, podrías darme algún consejo.

Suspiré:

— Mañana, hoy ya tengo sueño — dije —. Por cierto, ¿Candela es la que se lleva bien con Lali?

— Sí. Bueno, no sé, antes sí se llevaban bien, ya no se si se llevan tan bien porque de muy chiquitas pelearon, pero sí, ahora durante las comidas hablan y eso, así que supongo qiue habrán retomado el contacto, ¿por qué me preguntas?

— Por saber.

— Candela es mía. La quiero desde hace tiempo, aunque no me haga caso, pero lo seguiré intentando — dijo Agus.

— ¿Tiene experiencia? — le pregunté.

— No mucha... O al menos eso creo.

— ¿Y entonces?

— A veces hay que seguir al corazón y no al cerebro. Candela es linda, y me parece buena mina. No es la mejor del campamento, ni la que más experiencia tiene, pero tiene fondo.

— Ah bue... Así que ahora también te gustan las normales. Yo pensaba que solo ibas a por las chicas populares, pero ya veo que no.

— Candela es hermosa, no destaca, ni es popular. Pero me gusta. Y a todo esto, tanto hablar de Candela y todavía no me dijiste quién te gusta a vos — susurró Agus —. Decime, dale.

— De momento, nadie.

— ¿Nadie seguro? El tío Agus te conoce bien y no se cree eso, dale, contame. Si no pasa nada por decirlo — dijo Agus riendo.

— Es un secreto quien me gusta, no te puedo decir — dije —. Son cosas mías Agus, a veces hay que guardarse esas cosas, no te preocupes que al final del verano, habrás descubierto quién es.

— No seas tan malo y contame — suspiró Agus —. Lo de Candela también es un secreto, solo lo sabes vos, y te lo he contado, dale, ahora decime quién te gusta a vos, por favor.

— Ya te dije que te contaré más adelante.

— Bue, promete que me lo dirás más adelante.

Suspiré:

— Lo prometo.

-...-

NARRA LALI:

Me levanté temprano para dejar arreglado el desastre de anoche. Me bañé, me vestí, desayuné y salí antes de que mis padres estuvieran despiertos. Me fui caminando hasta la cabaña de Peter y toqué en la ventana, con la esperanza de que se levantara. Pero nada, allí solo se escuchaba la respiración de adolescentes durmiendo, así que me di la vuelta y fui hasta la entrada del comedor, esperando a que llegaran los primeros.

Y fue cuando de repente, vi a Candela saliendo del baño. Ella también me vio y me saludó desde lejos. Después, vino conmigo:

— ¡Buen día! ¿Cómo estás? — me preguntó ella dándome un beso en el cachete.

— ¡Buen día! Yo bien, ¿vos cómo estás?

— Bien. Pasa que dormí un poco mal y me desperté temprano — Candela se sentó a mi lado en la entrada del comedor.

— ¿Por qué dormiste mal? — la pregunté.

— Por un pibe. Anoche en el comedor me pasó algo con él y bueno... Me da cosa contarles a las chicas, porque no se llevan bien con él y se van a burlar. ¿Te importa que te lo cuente a vos?

Negué con la cabeza:

— ¿Somos amigas o no?

Cande sonrió:

— Sí, obviamente somos amigas. Te cuento, es uno de los mejores amigos de Peter Lanzani, el que tiene el pelo castaño claro, el cachetón, Agustín.

— ¿Agustín Sierra? — pregunté.

— Sí, Agustín Sierra. Me gusta mucho, pero el no me da ni bola, e incluso anoche me tiró el plato de fideos en el comedor. Es horrible. Pero aún así, no se que pasa que me gusta.

— Te entiendo, a veces te enamoras del que nunca pensaste que te ibas a enamorar. Es la psicología, es rara.

— Y bastante... A vos te vi con Peter ayer, unas cuántas veces.

— Lo sé. Nada, mi mamá nos castigó y tenemos que hacer trabajitos juntos. Pero todo bien, suele ser bastante bueno. No hay ningún problema.

— A ver si te va a empezar a gustar.

Reí y negué con la cabeza. Si vos supieras Cande...

Y fue justo en ese momento, cuando de repente, como si de magia se tratara, aparecieron Agustín Sierra y Peter Lanzani delante de nuestros ojos.

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