Kun estaba con toda la atención en su libro, pero cuando sintió una cosita peluda pasarse por sus pies vio a Sushi, el gatito de Lucas el cual estaba sano.
Kun tomo al pequeño gato en sus manos dejándole un besito en la nariz.
—Me alegra que estés bien Sushi, no vuelvas a asustarme así, menos a Lucas, sabes que es muy sensible.— después de su mini sermón al minino, camina a la casa de enfrente y toca el timbre, Lucas abre la puerta y sonríe con vergüenza.
—Me parece que esté lindo gato, pertenece a esté lindo chico.— Kun sonríe y las mejillas de Lucas van a explotar.
—¡Tú eres el más lindo!— responde Lucas con vergüenza mientras sostiene al gato, Kun sonríe más amplio antes de dejar otro beso en la nariz del gato.
—Nos vemos después bonito y hasta mañana Lucas, descansa.— Kun aprieta su mejilla y Lucas siente que se va a desmayar.
Aún no se acostumbra a hablar con él, a pesar de que la última semana se la pasaron juntos cuidando del gatito.
