YukHei se levantó algo desorientado, aquella habitación no era suya. Luego recordó que estaba en la casa de Qian, quién dormía a su lado como un bebé. Sintió coraje otra vez, quería tener a TaeYong y de pasó al idiota de JaeHyun en frente para pegarles con un bate.
—Kun, Kun, despierta. — el chico abrió sus ojos lento, ¿cuánto tiempo había pasado?
—Lucas... ¿Qué hora es?— preguntó en voz baja, el moreno sacó el teléfono de su bolsillo.
—12:04 am Kun. Creó que debería volver a casa.— Lucas sonrió de forma débil y quiso levantarse, pero Kun lo sostuvo del brazo.
—Quédate, y- yo... El pastel se va a desperdiciar, podemos salir a caminar, sólo, por favor no me dejes solo. Estoy tan avergonzado, nunca me había pasado algo así... TaeYong se olvido de mí— su voz salio quebrada y sus ojitos estaban llorosos.
—A decir verdad Kun, no hay nada más que quiera hacer que probar ese pastel, sería lo mejor que me podría pasar. Y no hablemos de TaeYong, no ahora.— el más bajo sonrió amplio antes de abrazarlo con fuerza.
—En serio que no sé que haría sin ti.— murmuro con los ojos cerrados y Lucas solamente lo apretó más a su cuerpo. —Te quiero mucho, Lucas.— y su corazón se acelero, realmente había dejado de ser tan tímido con Kun.
—Yo te quiero más. — respondió alejándose del pequeño cuerpo ajeno y plantando un dulce beso en su frente.