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También para solo lectores, que mejor comienzo es hacerlo jugando e internarlo.
Anímense a participar al menos cada cie...
Allí en el cementerio hay una tumba extraña; gritos de horror y risas demoníacas se escuchan a través de ellas y nadie sabe el porqué.
Esa es la tumba de Jackson Pierce.
Jackson Pierce era un joven de hermoso parecer, y buena posición social y económica que, lamentablemente, fue asesinado.
No hay mucho qué decir de su infancia y adolescencia pues su padre, Milton Pierce, se hizo famoso en los años 1880, por sus increíbles pinturas, y su madre, Victoria Florence de Pierce, era una famosa sastre francesa de gran belleza; por lo que venía de una familia conocida y adinerada, y nunca le faltó nada.
En 1917, cuando Jackson tenía 21 años, conoció a una mujer llamada Felicia, de la cual se enamoró y, años más tarde, con quien se comprometió.
Todos pensaban que Felicia estaba con Jackson solo por conveniencia, pero nadie podía asegurar nada porque no se sabía mucho de ella. Lo poco que se sabía era que ella era siete años mayor que Jackson y que tenía ascendencia italiana.
A decir verdad, nadie la conocía; cuando la relación de Jackson y Felicia salió a la luz, todos se preguntaban quién era ella. Nadie nunca la había visto y ella, al parecer, no tenía amigos, ni conocidos; ¿familia?, ella decía que, cuando su padre murió, su madre la envió a América para que mejorara su dominio con el piano.
Muchos decían que era una bruja practicante de magia negra.
Eso era extraño, y los padres de Jackson le advirtieron de muchas maneras, pero él estaba cegado por el amor y nunca hacía caso de estas advertencias.
Una noche, la fatídica noche del 19 de octubre de 1932, sucedió todo. Jackson y Felicia llevaban cuatro meses de compromiso, estaban en el bar del hotel en donde se estaban hospedando. Jackson ya estaba ebrio pero Felicia, dentro de su estado con el alcohol, estaba consciente de lo que pasaba a su alrededor.
El resto es algo rápido: gritos de horror a las dos de la mañana, un grito ahogado, una risa demoníaca y un silencio sepulcral, casi asfixiante.
Cuando los guardias del hotel fueron a investigar, lo único que vieron fue el cuerpo degollado de Jackson en la cama. No había ningún rastro de Felicia.
El día del funeral, las versiones de las personas que fueron son diferentes; ninguna persona cuenta la misma versión.
Una señora dijo que, mientras el ataúd estaba cerrado, se escuchaba como si alguien, desde dentro, le diera golpes al ataúd. Una niña pequeña dijo que, mientras velaban el ataúd cerrado, éste se abrió un poco, dejando ver a un grotesco ojo inyectado en sangre.
Nadie se acuerda del día del entierro.
Se sabe que, al día siguiente del entierro, el grotesco cráneo prematuramente descompuesto de Jackson Pierce estaba al lado de su tumba.
Y Felicia desapareció del mapa; nunca se supo su paradero.
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Palabras: 479
Ilustración asignada para este reto literario:
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